sábado, 12 de mayo de 2012

Y DALE CON LA CRISIS


MUCHO MÁS QUE  LA CRISIS
 
Benigno Martínez Ojeda CPS CATALUNYA
dale con la crisis
Se ha hablado tanto de la crisis, todos hemos hablado tanto de la crisis que existe como una inflación desbordante del hecho y del concepto. Y se dice desde tantos flancos que uno acaba por no saber exactamente de qué estamos hablando. Si además no eres economista (como es mi caso) pues entonces el lío, el barullo, es total.
Todo el mundo da sus recetas después de dar su diagnóstico del enfermo (incluso sin el diagnóstico). Son, dicen, causas económicas, de falta de competitividad, Primero viene la burbuja inmobiliaria (¿cuántas burbujas hemos tenido antes?), luego es el déficit y acaba con la deuda…
Algo está claro: esa burbuja, primero, y esa deuda pública, por privada, después, es lo que ponen en la balanza los poderosos para decir que esto no se aguanta. Pero creo que hay que recapitular y arrancar de más atrás:
El capitalismo no es malo en unos sitios y bueno en otros. Aunque hemos visto las diferencias en cómo se reproduce en unos u otros sitios. Se trata más bien de la correlación de fuerzas.
Mientras estaba el Bloque del Este, había una lucha política ideológica entre los dos sistemas y valía todo para vencer al otro. No es el momento de entrar a defender a uno u otro, sino de reconocer el hecho. Digamos que hubo un claro vencedor, el capitalismo, y posiblemente una de las bazas mejor jugadas fue la que supuso los avances hacia un estado del bienestar. Es evidente que en este caso jugó un gran papel la socialdemocracia: yo no te pongo en cuestión, acepto “tus bondades” y me das parte de la tajada del gran pastel. Esta sería la caricatura de lo que podría ser el Estado del Bienestar, solo implantado en los países más avanzados económica pero sobre todo socialmente. El motivo por qué este estado de Bienestar no se implantó en USA no lo acabo de entender aunque creo que algo tendrá que ver el hecho de que EEUU era la cabeza del nuevo imperio y todas las ventajas que este hecho le daba. Seguramente en la consecución de este Estado del Bienestar un papel disuasorio y decisivo lo jugó la existencia del otro bloque. Podríamos decir que la existencia del bloque del Este benefició más a Occidente que al propio bloque del Este.
En el momento que ese bloque cae, los que dirigen el capitalismo (por simplificar) desde no sé dónde se han debido plantear que por qué hay que darles a los plebeyos, a esos pueblos, todos esos derechos (los derechos universales de educación, sanidad, etc), cuando ese campo de servicios es una plataforma de negocio inmensa.
Volviendo atrás, decíamos que los capitalistas ponen en la balanza desde la burbuja inmobiliaria, pasando por el déficit para acabar en la Deuda, como demostración de que esto no se aguanta. Pero ¿No será que eso es la disculpa, pero que lo que se quiere conseguir es simplemente el desbaratamiento del Estado de Bienestar? ¿Qué supondría ese desmantelamiento? Primero pasaríamos de disfrutar de unos derechos universales (a la sanidad, a la educación, a una política para la dependencia, a unos servicios sociales) por el hecho de ser o estar en este país, a disfrutar de esos servicios…el que se los pueda pagar, claro). Aquí, en este caso, habría más que derechos, dinero para hacer frente a los imponderables que pueda haber en la vida. En el mejor de los casos el cambio sería el Estado del Bienestar por la Sociedad del Bienestar. . Esto sí, si eliminamos los derechos universales, el Estado ya no tendrá por qué dirigir y/o gestionar los servicios correspondientes, y podrán asumirlos las empresas o corporaciones privadas, cuya principal divisa es y será el lucro y en cuanto menos tiempo mejor.
Esto permite, lleva, a que como no hay obligación para el Estado, este no tiene por qué dar esos servicios, el siguiente paso es que esos servicios los dará, los “venderá una empresa privada, una multinacional. Y aquí sí que hemos cerrado el círculo. No se necesitará guarderías públicas, ya las pondrá el mercado…si ve que hay o habrá quien las podrá pagar, lo mismo de los colegios, las universidades, los hospitales, las medicinas, y no digamos la televisión, la radio, la comunicación, la luz, la telefonía. Todo a mayor gloria de las corporaciones privadas.
Simplemente volveremos a los orígenes del capitalismo en el que el pago por horarios de 12 y 14 horas, sin sábados ni domingo podía ser, era la simple manutención y esto con dificultades

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