sábado, 17 de octubre de 2015

Paseando por la ciudad

 

                               UN BUEN EJEMPLO URBANO
Arturo González
Camino por las calles y me da la impresión de que a aquellos con quienes me cruzo no les interesa absolutamente nada la política ni lo político. Es comprensible: van a lo suyo y bastante tienen con ganarse la vida. Pienso en a quién votarán – porque, llegado el momento, votan, aunque sea por inercia – y tengo la sospecha de que todos votan al PP. No quieren líos ni aventuras peligrosas, son más de fiar. Son como los fans del Real Madrid o del Barça, que pase lo que pase y por mal que lo haga su equipo lo defienden. -además, nos sacaron de la crisis, (nadie les aclara que gracias al Banco Central Europeo y a la bajada brutal del precio del petróleo), y a ver quién les explica que nos han metido en otra mucho peor, la de la desigualdad y aumento de la pobreza, y la rebaja del nivel de vida. Pero están conformes por resignación. Catalunya creo que no les preocupa lo más mínimo, pasan de ello, intuyo, no sé si porque confían en que al final no pasará nada o porque les da igual su independencia. En ningún caso culpan a Rajoy, aun siendo el verdadero responsable de la situación. Creo que si pusiéramos en el plato de una balanza la tan pregonada y falseada salida de la crisis y en el otro la independencia de Catalunya, el plato de la remontada de la crisis pesaría más. Incluso aunque en el otro añadiésemos las limitaciones laborales, sociales y de libertad habidas. Son felices con Catalunya y sin Catalunya en un asunto tan vital para España. La gente joven va con la cabeza baja husmeando en sus teléfonos móviles. La ciudad está llena de turistas, que lo ven todo con admiración. Los comercios, especialmente los de ropa, están llenos de gente del país. Parece una ciudad tranquila y satisfecha. Aunque cada ciudadano porte su drama personal o económico. No da la sensación de que algo vaya a cambiar de hoy a dos meses. Nada huele a revolución o siquiera a cambios políticos sustanciales. La ciudad es como una colmena en orden. Ya no hay ni putas ni manteros. No se ven negros, pero sí inmigrantes latinos. Son nuestro retén de servicios. Es una ciudad no muy limpia y ruidosa. Constantemente pasan ambulancias y coches de policía. También constantemente la sobrevuelan helicópteros para vigilarnos. Llego a barrios más extremos, pero las sensaciones son las mismas. La gente pasa de política. No me atrevería a decir a quién votan. Una cosa que no sé por qué intuyo es que para ellos los sindicatos han desaparecido, con la consiguiente pérdida de fuerza colectiva. Y los ciudadanos no han protestado, incluso paradójicamente les parece bien. Cada uno va a su aire y si acaso se refugian en asociaciones de barrio. A sus habitantes, la vida les resulta dura, pero se guardan el odio y el rencor. No son del sistema, pero tampoco antisistema. No hay más remedio que ir tirando con lo que hay. El 20 de diciembre veremos. A lo mejor España en un volcán que entra en erupción. Nunca se sabe. El 20 mediremos el cabreo. Cojo el metro y regreso a casa. Rafael Nadal acaba de ganarle a Stanislas Wawrinka, y Belén Esteban ha estado en Barcelona defendiendo a España. Los verdaderos poderes están ocultos. Pero no hay poder más fuerte que el voto.
FUENTE: PÚBLICO.ES

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