jueves, 27 de octubre de 2016

El Podemos que necesita la gente

Pablo Iglesias y Pablo Echenique, en la pasada Fiesta de la Primavera de Podemos. Voz Populi


Fernando Luengo y Lorena Cabrerizo

Miembros de Reinicia Podemos, han participado en la redacción del documento “Relación con los partidos políticos y la sociedad civil”

La celebración de la asamblea ciudadana de Podemos Comunidad de Madrid es una gran oportunidad que no debemos desaprovechar. Oportunidad para debatir, dentro y fuera de los círculos, y para decidir qué partido y qué proyecto político queremos para la gente, avanzando en su democratización y en la conciencia de lo colectivo

Podemos ha entrado en las instituciones…y se ha notado. Las preocupaciones y los anhelos de la mayoría social, olvidados o negados por los partidos y los políticos de siempre, han ganado visibilidad. Ahora, en los ayuntamientos y en la asamblea autonómica, se tratan asuntos que sencillamente hasta hace poco no existían en la agenda pública o, cuando se abordaban, se presentaban desde la perspectiva del poder.

Si bien el balance es, sin duda, positivo, no debemos cerrar los ojos a una realidad cada vez más evidente. Para que nuestra presencia en las instituciones se convierta en una herramienta al servicio de un cambio que beneficie a la mayoría social, necesita de la movilización y la politización de la ciudadanía, en los barrios, en las calles y plazas, en los centros de formación y estudio y en las empresas.

Esa movilización -que tuvo en el 15M su hito más importante y que alcanzó sonadas victorias, como la reversión de la privatización de la sanidad pública- ha experimentado un evidente reflujo, por diferentes causas, en las que no entraremos. Tan sólo mencionaremos dos que nos conciernen de forma directa. La primera, tiene que ver con las expectativas que supuso nuestra entrada en las instituciones (que también llevó a las mismas a un buen número de activistas sociales); la segunda, está relacionada con el propio proceso de encaje en un sistema institucional preestablecido y que nos ha llevado a darle un excesivo protagonismo a la acción institucional, relegando, de hecho, la protesta y la movilización ciudadana a un segundo plano.

No obstante, y a pesar de que desde las instituciones hemos promovido o participado en numerosas iniciativas y propuestas, siempre en beneficio de la mayoría social y de los colectivos más vulnerables, lo cierto es que la agenda del cambio en Madrid permanece básicamente intacta siendo necesario y urgente reactivarla. Crear empleo suficiente y decente, aumentar los salarios de las y los trabajadores, democratizar las relaciones laborales, promover una economía sostenible y una ciudad habitable, corregir la desigualdad y la brecha social, denunciar y castigar la corrupción, pública y privada, conseguir que paguen más impuestos los que más tienen, garantizar que los municipios tengan capacidad financiera para ofrecer los servicios públicos que sus habitantes necesitan, avanzar hacia la igualdad de género y el reconocimiento de la diversidad cultural de nuestra sociedad.

Seamos conscientes que avanzar en esa dirección significa cambiar las reglas del juego, que hasta ahora han beneficiado a las elites políticas y las oligarquías económicas. Este es el enorme desafío al que nos enfrentamos. Porque en ese camino encontraremos (ya estamos encontrando) resistencias por parte de los poderosos, que no quieren perder ni renunciar a sus privilegios necesitamos la movilización ciudadana.

Podemos dejar esta frase en el terreno de la retórica grandilocuente y vacía, o actuar con rigor y coherencia. Si esta segunda es nuestra opción, tenemos que impulsar un reencuentro con los movimientos y las organizaciones sociales, dialogar con ellos y respaldar sus luchas, ayudar a que la sociedad civil se organice en defensa de sus intereses, apoyar las reivindicaciones y protestas de los trabajadores que se traduzcan en propuestas políticas para la acción, abrir las instituciones a las demandas sociales y crear y consolidar cauces de diálogo y espacios de debate permanentes con las plataformas y los colectivos que los representan. Todo ello desde un escrupuloso respeto de la autonomía de los espacios sociales, huyendo de cualquier instrumentalización y contribuyendo a su expansión. Necesitamos, asimismo que los círculos, los consejos municipales y el Consejo Ciudadano Autonómico y sus áreas de trabajo se impregnen de ciudadanía; no sólo activando la movilización social, sino repensando el conjunto de nuestra estructura organizativa para que la colaboración y el diálogo entre Podemos y los espacios sociales se haga realidad.

Estos son los parámetros desde los que abordar las relaciones con otros partidos. Lo hemos dicho muchas veces: no se trata de sumar siglas. Hay que ir mucho más allá: exigimos construir desde abajo, con la gente y con el cambio, en la línea de lo señalado antes. Es, en esta dinámica, donde queremos encontrarnos con los partidos que también se reclaman del cambio; en los movimientos sociales y en la construcción de ciudadanía, y en una acción institucional presidida por este objetivo.

Todo lo anterior está en el adn con el que nació Reinicia Podemos. Y este es el núcleo central de la argumentación contenida en el documento “Relación con los partidos políticos y la sociedad civil”, consensuado entre los colectivos Escucha, Ahora Podemos y Reinicia Podemos, y que sometemos a la aprobación de quienes participan y dotan de sentido a los círculos. Pero, sobre todo, más allá de Podemos y de nuestra asamblea ciudadana, este documento será útil si ayuda a que la gente nos reconozca como su instrumento para conseguir poner la vida, la decencia y la equidad en el centro de la acción política.

Fuente: Público.es

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