lunes, 10 de octubre de 2016

La falta de gobierno compromete el macroconcurso de trenes de Renfe

Alstom Euroduplex. El modelo, de dos pisos, enlaza Barcelona con París (Pedro Madueño)

Alstom, CAF, Siemens y Talgo vuelven a pujar por el pedido, valorado en 2.642 millones
La falta de gobierno compromete el macroconcurso de trenes de RenfeAlstom Euroduplex
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ÓSCAR MUÑOZ, Barcelona

El conocido en el sector ferroviario como contrato del siglo, el pedido de Renfe de nuevos trenes para el AVE, en concurso por un valor máximo de 2.642 millones de euros, se ha convertido en un asunto incómodo para la compañía pública. Su previsión era resolverlo a lo largo de este mes, pero la falta de Gobierno podría dejar el asunto para más adelante. Según las fuentes consultadas, la elevada cuantía de la operación, que en buena parte se financiará con deuda, aconsejaría que fuese el ejecutivo definitivo quien diera el visto bueno definitivo. De todos modos, la decisión aún no se ha tomado. La empresa asegura que se está trabajando en plazo. El jueves pasado, el ministro de Fomento en funciones, Rafael Catalá, aseguró que “el proceso de contratación sigue su curso, está en proceso de evaluación, en el que se están analizando las ofertas presentadas”. Pero no dio fechas.

Lo que ya es seguro es que competirán los mismos fabricantes de trenes que se presentaron el pasado mayo al concurso, inicialmente abierto en diciembre del 2015. Son las españolas CAF y Talgo, la francesa Alstom y la alemana Siemens. En aquella ocasión, el proceso tuvo que interrumpirse porque una de las empresas que resultaron preseleccionadas pero que finalmente no se mantuvo en la puja, la canadiense Bombardier, lo impugnó. Ese mismo mes, el Tribunal Administrativo de Recursos Contractuales dio la razón a esta compañía en uno de los puntos que puso en cuestión –la prima en la valoración a la fabricación en España– por lo que la licitación se suspendió. Se reabrió tras corregirse el pliego de condiciones. Renfe recibió las nuevas ofertas en julio.

Bombardier, que en esta nueva ocasión sí se presentó, ha vuelto a quedar finalmente fuera porque, según Renfe, su propuesta, resumida en un primer sobre que ya se ha abierto, no cumplía con las condiciones de los pliegos. La operadora dio el correspondiente plazo para cambiarlas. Sin embargo, la firma se ratificó en la propuesta y, en consecuencia, quedó descalificada.

La dimensión de este concurso ha planteado muchas dudas a los fabricantes, principalmente económicas. Fuentes del sector aseguran que las condiciones fijadas por Renfe son difíciles, lo que obligará a un elevado apalancamiento y los márgenes que obtendrá el ganador serán pequeños o, cuanto menos, inciertos. La licitación incluye la fabricación de 30 convoyes –15 iniciales y otros 15 adicionales, opcionales– y su mantenimiento durante 30 años con un periodo extra de 10 años. Esta última actividad, clave para cumplir con los estándares de calidad del servicio fijados y que vincularán al adjudicatario con la operadora ferroviaria por un periodo muy largo, dificulta todavía más que salgan las cuentas, apuntan en el sector. Es la primera vez que la empresa pública contratará el mantenimiento de los trenes para toda su vida útil. En anteriores contratos lo hizo para periodos más cortos. El último del AVE, del 2005, adjudicado por 4.046 millones, incluyó el suministro de 126 convoyes y su mantenimiento durante 14 años.

Los siguientes pasos en el concurso son la apertura de los sobres con la oferta económica, que tiene un peso del 65% en la valoración, y la técnica, que supone el 35%. Una vez puntuadas todas las propuestas, la mesa de evaluación elevará el resultado a la dirección de Renfe y esta, a su vez, al consejo de administración. Este último órgano se reúne habitualmente los últimos martes de cada mes. Así, si se cumplieran las previsiones iniciales de adjudicar este mes, el proceso debería culminar el 25 de octubre. Aunque la decisión corresponde formalmente a la compañía, cuando se trata de contratos de tanto valor se suele consultar al Ministerio de Fomento, la administración de la que depende la operadora ferroviaria.

Con este macropedido , Renfe pretende dar respuesta al aumento del pasaje del AVE previsto para los próximos años. Las prospecciones que ha hecho Renfe estiman que en diez años la demanda podría prácticamente doblarse y alcanzar los 50 millones de viajeros anuales en el 2025. Los cuatro fabricantes en liza ofrecen sus modelos estrella, algunos en servicio desde hace años pero actualizados en sus últimas versiones y otros completamente nuevos. Son el Euroduplex, de Alstom; el Oaris, de CAF; el Velaro, de Siemens, y el Avril, de Talgo.

Los trenes de este concurso deberán superar los 320 km/h y ofrecer un mínimo de 400 plazas (los actuales tienen entre 350 y 390) con un peso mayor (80%) de la clase turista. Así, se optimizaría su explotación con más viajeros por convoy lo que permitirá ajustar las tarifas en un escenario con empresas competidoras. Contar con trenes que permiten altas ocupaciones es una tendencia del mercado que ya ocurre en las aerolíneas, con las compañías low cost a la cabeza en la reducción de costes de operación en buena medida gracias al aprovechamiento del espacio. En ferrocarril de alta velocidad un ejemplo es la francesa SNCF con su marca Ouigo, lanzada en el 2013, que ofrece precios mucho más bajos que el TGV.

Fuente: La Vanguardia

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