lunes, 9 de enero de 2017

Cien días de gestora dejan un PSOE mucho más roto que cosido

Un aplauso histórico para una abstención histórica al PP.

El único logro de la dirección interina ha sido derechizar el partido y evidenciar la carencia total de líderes


Por Natalio Blanco - 09/01/20170

Cien días después, el PSOE sigue sin cabeza y a su cola con decenas de miles de militantes tremendamente enfadados por la deriva que ha tomado un partido con 137 años de historia después de dar el poder al principal partido de la derecha de este país. Una decisión histórica que tardará en cicatrizar en el hasta ahora partido de referencia de la izquierda de este país.

Todas las encuestas certifican que estos primeros cien días de gestión de una dirección interina presidida por el presidente de Asturias, Javier Fernández, y comandada manu militari por su portavoz, Mario Jiménez, siguiendo los designios de la crucial baronía andaluza, no solo no está consiguiendo reconducir, de cara a su potencial electorado, el tremendo daño causado en su seno –tras el bochornoso comité federal del 1 de octubre que terminó con la dimisión de su secretario general, Pedro Sánchez–, sino que tampoco ha servido para atisbar un nuevo liderazgo claro que sustituya al insistente ex secretario general en su nueva carrera para dirigir Ferraz cuando sea convocado el próximo congreso federal a comienzos de este verano.

Cien días después, las otrora costuras del PSOE son ahora descosidos aún mayores, y lo que es peor, no se ve en el horizonte más cercano una vía que solucione una fractura que a día de hoy parece insalvable. La gestora asegura que sigue trabajando para hacer de este partido un PSOE “ganador”. Pero los hechos son los hechos, y la actividad parlamentaria del Grupo Socialista ha servido para certificar que el bipartidismo es hoy el retrato fijo de un partido, el PSOE, que ha dado alas a la gobernabilidad del país, tras casi un año de estancamiento institucional, a costa de caer en brazos de los designios de su eterno adversario, el Partido Popular.

CUANTO MÁS TIEMPO PASA SIN LÍDER MÁS DESAFECCIÓN RECIBE FERRAZ DE SUS POTENCIALES VOTANTES

Ahora, el enésimo “no es no” que más pronto que tarde se prevé sí o abstención, a tenor de las últimas experiencias ejecutadas por el PSOE, es el de los próximos Presupuestos Generales del Estado. Será el gesto definitivo que certifique si finalmente los socialistas han virado inexcusablemente hacia posiciones políticas no hace mucho impensables, pese a las medidas de tinte social que también han conseguido sacar adelante junto al Gobierno de Mariano Rajoy, como el aumento del Salario Mínimo Interprofesional.

La gestora tomó el mando del partido para reconducir lo que –aseguraban sus integrantes– había sido destrozado después de argumentar que el ya ex secretario general tenía pensado conformar un gobierno con independentistas, afirmación esta que nunca se ha constatado como mínimamente verídica y que el propio Sánchez se ha encargado de desmentir en reiteradas ocasiones.

Cien días después, la gestora ha dirigido al partido muy por encima de sus posibilidades, y sobre todo muy por encima de sus funciones recogidas en los estatutos internos, como así se viene denunciando por parte de numerosos dirigentes críticos con su polémica gestión. Para ser una gestora que apenas se reúne ha tomado numerosas decisiones de calado que determinan la imagen y el devenir de un partido cada vez más alejado de sus votantes, con una caída constante y cada vez más pronunciada, según los últimos sondeos publicados en diferentes medios.

Pedro Sánchez fue descabezado de la dirección socialista tras la rebelión en masa de buena parte de su ejecutiva federal porque había encadenado varias derrotas, sonoras y consecutivas, durante los últimos años. Pero la caída electoral del PSOE ya se empezó a constatar mucho antes de aquel verano de 2014 en que Sánchez asumió el liderazgo de la formación. También en tiempos de Alfredo Pérez Rubalcaba se cosecharon derrotas “históricas”. Hasta el PSOE andaluz, que se vanagloria de ser una máquina de ganar elecciones autonómicas tras elecciones autonómicas, sigue perdiendo votantes a chorros. Que se lo digan si no a Ciudadanos, que es quien ha tenido y tiene que mantener a Susana Díaz en el poder después de no lograr la lideresa socialista andaluza una mayoría suficiente en las autonómicas de 2015.

El PSOE de la gestora ha preferido cambiar el “no es no” a Rajoy por un bipartidismo complaciente que sirva de paso para ganar tiempo y recomponer así supuestamente sus maltrechas filas. La estrategia no solo no ha dado resultado a la vista de las encuestas, sino que lo único para lo que han servido estos cien días de la gestora es para constatar que Pedro Sánchez se ha convertido en un mártir para una militancia desnortada y muy enfadada con sus dirigentes. Los afiliados al partido siguen cayendo a miles por semanas, pero los datos siguen siendo un secreto casi de Estado en Ferraz. Es este uno de los elementos claves que maneja la gestora para prolongar en el tiempo la convocatoria del congreso que sirva para designar a un nuevo secretario general. A nadie escapa el decisivo dato de que quien controla el censo de militantes controla los designios del PSOE. Y esto es lo que está ocurriendo en Ferraz de puertas adentro. Coser para dejar atado y bien atado lo único que se dirime en estos momentos: la lucha por el poder, una pugna encarnizada y sin cuartel. Es aquí donde la estrategia le ha salido rana a Susana Díaz. No supo medir el desgaste que el golpe del 1 de octubre ocasionaría en sus aspiraciones.

Sus más fieles colaboradores, como la secretaria del PSOE de Sevilla, Verónica Pérez –“la única autoridad” del PSOE más breve de la historia–, el diputado Antonio Pradas –recolector de las firmas dimisionarias de la ejecutiva federal que desembocó en el comité federal del 1 de octubre–, o incluso el portavoz de la gestora y también del Grupo Socialista en el Parlamento andaluz, Mario Jiménez, han dado una imagen pública que nunca hubieran deseado que diese su propio partido: el perfil de una federación, la andaluza, autoritaria, impositiva y egocéntrica.

Así las cosas, ahora la gestora ya no tiene margen de maniobra e incluso muchos de los barones que tanto abogaron por apartar fuera como fuese a Sánchez de Ferraz ahora no ven tan claro que la baronesa andaluza sea la candidata idónea para pilotar el futuro del PSOE. Saben que la andaluza no es del agrado de Despeñaperros para arriba y ni tan siquiera ofreciendo un gesto de buena voluntad con los díscolos catalanes del PSC serían capaces de conseguir agrupar en torno a ella una candidatura de unidad que evite un cruento proceso de primarias que deje más dividido que nunca al partido.

Tampoco la tercera vía, si es que en algún momento llegó a serlo, parece que fructifica por mucho empeño que le pongan en ello históricos del partido como el propio Pérez Rubalcaba. Ni el señuelo encabezado por el ex lehendakari Patxi López ni el amago de Josep Borrell de encabezar una candidatura parece que ven la luz. De momento. Y la fecha del congreso y del proceso de primarias previo se desconoce por completo. Y ya han pasado cien días.

Fuente: Diario16

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