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lunes, 2 de mayo de 2016

Construiremos libremente la ciudad y el país que queremos, y lo haremos sin pedir permiso







Gerardo Pisarello

A lo largo del mes de abril, el gobierno municipal de Barcelona organizó diversos actos para conmemorar el 85 aniversario de la proclamación de la República y para celebrar, en general, la plena vigencia de los valores del republicanismo democrático. Lo hizo junto a diversas entidades sociales y culturales que participaron activamente en los actos celebrados en diversos puntos de la ciudad.

Esta celebración “sin precedentes”, en palabras de algún medio conservador, ha convertido a la Barcelona soberanista de Ada Colau en capital republicana de Catalunya y de España.

A continuación, reproducimos el discurso pronunciado por el Primer Teniente de Alcaldía, y miembro del Consejo de redacción de Sin Permiso, Gerardo Pisarello, en el vermut popular organizado en la actual plaza de Juan Carlos I de la ciudad para anunciar la propuesta de cambio de nombre de este espacio.

Amigas, amigos. Estamos hoy aquí para celebrar juntos una fiesta. Una fiesta de los valores republicanos. Desde los barrios de Gràcia al Eixample, desde el Clot a Nou Barris, nos hemos convocado para celebrar juntos los valores de la libertad, la igualdad, la fraternidad, y la participación colectiva en la construcción de lo que es común. Y lo hemos hecho a bailando, cantando, asistiendo a obras de teatro y a muchas otras expresiones de cultura popular.

Sabemos que no hemos estado solos. Que en Valencia, en Zaragoza, en Cádiz, en Coruña y en muchas otras ciudades del Estado, la República ha sido celebrada, a pesar de la inquina del Ministro del Interior, con banderas y lenguas diferentes. Porque las memorias republicanas son múltiples. Así fue el 14 de abril de 1931 y así continua siendo hoy.

Seguramente, el 14 de abril no significó exactamente lo mismo para los obreros y las clases populares de Gràcia, o de lo que ahora es Nou Barris, que para las clases populares de Jaca, de Madrid, de València, de Eibar o de Getxo que también salieron a las calles para festejar el fin del antiguo régimen.

Seguramente la República no significaba exactamente lo mismo para Clara Campoamor, para la libertaria Federica Montseny o para Natividad Yarza Planas, la primera alcaldesa republicana democráticamente elegida en Catalunya.

Tampoco eran las mismas las exigencias republicanas de Francesc Macià, de Lluís Companys, de Manuel  Azaña o de Andreu Nin. La República que Castelao soñaba para Galicia no podía ser exactamente la misma que Blas de Infante pedía para Andalucía, o la que Eli Gallastegui soñaba para Euskadi.

Pero todos y todas ellas compartían un anhelo común de defensa de libertad, de la igualdad y de la fraternidad.

Se nos dice a menudo que en el mundo existen y han existido repúblicas autoritarias, injustas, poco comprometidas con estos ideales. Y es verdad. Pero también es cierto que sólo a través de repúblicas constantemente democratizadas conseguiremos generar políticas y prácticas que les hagan honor.

No estamos aquí para celebrar una República perfecta. Ninguna lo es. Tampoco la instaurada en 1931. La II República estuvo atravesada por contradicciones y errores. Pero fue un conmovedor esfuerzo colectivo que generó muchas esperanzas y que defendió valores que aún hoy continúan vigentes: la regeneración democrática, la honradez en el ejercicio de la función pública, la defensa de los derechos de las mujeres, la importancia de una educación pública y laica para la creación de una conciencia ciudadana libre. Valores todos que conservan una actualidad indiscutible.

Estamos aquí, pues, para homenajear este pasado. Pero también estamos aquí para defender un nuevo republicanismo: un republicanismo democrático, ciudadano y popular, que tiene que ser, sobre todo, un republicanismo de futuro. Desconfiemos de los republicanos del día después. De los que sin la proclamación formal de una República son incapaces de comenzar a construirla y a luchar por ella. La República debe comenzar a construirse aquí y ahora. Necesitamos construir un republicanismo del día a día y tenemos que hacerlo sin pedir permiso.

Y es que con actos como este, con movilizaciones como las que se han producido en la ciudad en estos días, ya estamos construyendo República.

Tenemos República, de hecho, cada vez que nos alzamos contra el privilegio. Cuando nos indignamos ante la  relación obscena entre política y dinero que ha promovido el actual capitalismo financiarizado. Construimos república cuando nos indignamos ante los papeles de Panamá, ante el fraude fiscal generalizado de los poderosos, y cuando defendemos una fiscalidad más redistributiva en nuestras ciudades, en nuestros municipios.

Tenemos República, también, cuando nos organizamos en defensa de la libertad ideológica y de expresión, cuando ejercemos el derecho a discrepar de los poderes de turno sin que nos lo impida ni la Ley Mordaza ni el Ministro que condecora a la Virgen o que querría a Maruhenda de gran Comisario.

Comenzamos a construir República, también, cuando nos oponemos a la precarización del trabajo y cuando defendemos el acceso igualitario a bienes comunes como la vivienda, la sanidad, los suministros energéticos o el agua.

Tenemos República, también, cuando defendemos una relación entre mujeres y hombres marcada por la fraternidad y no por el desprecio o por la violencia machista; cuando rendimos  homenaje a nuestra gente mayor, cuando nos hermanamos con tanta gente que ha venido –que hemos venido de lejos– y que hoy somos barceloneses y catalanes adoptivos y con mucho orgullo. Y construimos república, naturalmente, cuando construimos una sociedad fraterna y acogedora con quienes están huyendo del hambre, de la persecución y de la guerra en tantos rincones del mundo.

Esto ya es hacer República. Y también es construir República recuperar la memoria. Recuperar la memoria democrática, popular, que tantas veces ha sido menospreciada y olvidada.

Y por eso queríamos hacer estos actos, con la gente de los diferentes barrios de la ciudad. Porque Barcelona es una ciudad eminentemente republicana. En el barrio de Gràcia, por ejemplo, se recordaba hace una semana la Revuelta de las Quintas, que fue un levantamiento ciudadano, republicano, contra el militarismo, contra el centralismo autoritario, y que aún hoy nos interpela. También en Gràcia, en el año 1873, Baldomer Lostau, miembro de la Primera Internacional, proclamó el Estado catalán dentro de la República Federal Española.

Nosotros no podemos olvidar esta memoria. Porque al evocarla también estamos defendiendo el derecho a vivir el presente y el futuro sin miedo. Barcelona tiene un obelisco en el centro de la ciudad, en la confluencia de Diagonal con Paseo de Gracia, que tiene una larguísima historia. Es un monumento originariamente republicano, de homenaje a la República y de homenaje al padre del republicanismo, uno de los grandes padres del republicanismo federal en Catalunya, que fue Francesc Pi i Margall (defensor, por cierto, de un federalismo que se basaba en la idea del pacto, sí, pero del pacto construido desde abajo, entre libre e iguales; no de un pacto impuesto, centralizador y hostil a la diversidad).

Durante la dictadura franquista, este espacio pasó a llamarse Plaza de la Victoria. Era un nombre de venganza y de odio. Y cuando llegó la monarquía parlamentaria después de la transición, en 1981, se volvió a cambiar el nombre y pasó a llamarse Juan Carlos I.

En una nota breve publicada en el diario Ara, el periodista Antoni Bassas recordaba que aquel cambio de nombre se produjo inmediatamente después del intento de golpe de estado de Tejero el 23 de febrero de 1981. En un momento –recuerda él– en el que en Barcelona mucha gente sentía que había que quedar bien con el ejército y con la monarquía. El cambio de nombre, de hecho, se produjo después de un desfile militar, con más de 13.000 soldados, con carros blindados desfilando por Barcelona. En aquel momento gobernaba la ciudad Narcís Serra, del PSC, junto al PSUC. Tras el intento de golpe, el ex presidente de la Generalitat Jordi Pujol había regalado al ejército una gran bandera española, al pie de la cual se bailaron sardanas. Incluso un dirigente republicano convencido como el entonces presidente del Parlamento de Catalunya, Heribert Barrera, asistió a estos actos.

Nosotros no estamos hoy aquí para juzgar aquellas circunstancias, y menos todavía para juzgar a muchísima gente honestamente republicana a la cual le tocó vivir aquella época. Pero sí que estamos aquí para dejar claro que el tiempo del miedo se ha acabado. Y que nosotros, en el año 2016, aquí y ahora, construiremos libremente la ciudad y el país que queramos, y lo haremos sin pedir permiso a nadie.

Por eso, al proponer recuperar para esta plaza el nombre popular, barcelonés, de toda la vida, de Cinc d’Oros, lo que pretendemos es mostrar que una ciudad sin miedo debe poder hablar de estos temas con naturalidad. Por salud democrática.

Ciertamente este espacio, como muchos otros de la ciudad, podría llevar otros nombres. Podría ser perfectamente un lugar dedicado a hacer visible la memoria de miles de mujeres y hombres célebres o anónimos que han contribuido a mejorar esta ciudad y que han sido injustamente olvidados. Podría ser también un lugar emblemático de homenaje a la idea de República, o a las Repúblicas democráticas, o a la República catalana o a la Tercera República española. Pero lo importante, hoy, aquí, es que ese debate pueda producirse en libertad, con la participación de los vecinos y vecinas de la ciudad.

Porque lo importante, hoy, es recuperar estas memorias democráticas que son fundamentales para construir un nuevo republicanismo ciudadano, popular, de futuro. Un nuevo republicanismo que no vendrá, como no ha venido nunca, de mano de las élites de siempre, sino que debe comenzar a construirse aquí y ahora, con la implicación activa de la gente común, de las clases populares de nuestra ciudad.

Y para poder hacerlo, seguramente, deberíamos aplicarnos, todos, aquellas máximas de otra figura insigne del catalanismo popular, Josep Anselm Clavé, que continúa teniendo hoy plena vigencia: instruyámonos, y seremos libres; asociémonos, y seremos fuertes; querámonos y seremos felices.

Muchas gracias, ¡que viva Barcelona y que viva la República!

Gerardo Pisarello

miembro del comité de redacción de sinpermiso

Fuente:

www.sinpermiso.info, 1 de mayo de 2016

sábado, 23 de abril de 2016

Cuarenta ciudades europeas se citan en Barcelona contra el TTIP


BARCELONA


Yago Álvarez

El Salmón Contracorriente

Representantes y activistas de más de 40 ciudades de toda Europa se han dado cita en Barcelona para intercambiar experiencias y tejer estrategias comunes para plantar cara al TTIP. En este primer día de las jornadas, la representación de los municipios ha mostrado sus preocupaciones sobre la aprobación de este tipo de tratados y sus consecuencias.

Leer más: Barcelona, capital de la resistencia frente al TTIP

"Queremos ser escuchados y ser informados de las decisiones que se tomen en Europa y afecten a nuestra vida cotidiana. No queremos que se tomen decisiones que no estén sometidas al control de los representantes que eligieron las y los vecinos". Con estas palabras Gerardo Pisarello, teniente alcalde de Barcelona, explicaba los motivos por los que la Ciudad Condal se declaró ciudad libre del TTIP el 2 de octubre de 2015 y por la cual han organizado este evento con la intención de juntar fuerzas y estrategias contra los tratados de libre comercio.

En la mesa que ha abierto las jornadas, moderada por el periodista de Critic Sergi Picazo, han asistido representantes de más de 40 municipios europeos que han firmado el acuerdo tales como Viena, Sevilla, Birmingham, Gorna Malina, Colonia, Bruselas, Corfu, A Coruña, Zaragoza o Ibiza, así como ciudades que están dispuestos a firmarlo como es el caso de Madrid.

"En esa batalla, Madrid estará con todos estos municipios en contra de este tipo de tratados de libre comercio", ha afirmado Carlos Sánchez Mato, concejal de Economía y Hacienda de Madrid.

La mesa también ha tenido representación del otro lado del Atlántico al contar con la presencia de Sharon Treat, de la Maine Citizen Trade Policy Commission, que ha explicado a los asistentes el movimiento de rechazo y escepticismo de la ciudadanía estadounidense a este tratado, que tal y como ocurrió con tratados similares como el NAFTA (firmado entre EE UU, Canadá y México), sólo traerá desventajas para la población estadounidense.

En el país norteamericano son ya más de 100 ciudades las que ya se han declarado contrarias al TTP, tal y como ha ocurrido en Europa contra el TTIP. Entre ellas se encuentran ciudades tan importantes como Miami o Seattle.

"Las administraciones locales y sus gobiernos son los que tienen mayor riesgo de perder su soberania", ha añadido Treat al explicar la necesidad de plantar cara a este tipo de tratados desde una perspectiva municipalista.

Acuerdos bilaterales entre municipios contrarios al TTIP

Una de las propuestas presentadas durante el evento de hoy, planteada por el concejal de urbanismo de Zaragoza En Común Pablo Muñoz y apoyada por muchos de los municipios asistentes, ha sido la de crear redes de colaboración comercial y de conocimiento entre los municipios que se declaran contrarios a estos tratados de libre comercio.

Bajo el lema "aprovechemos las redes del no para crear redes del sí", el concejal de Zaragoza ha planteado la posibilidad de luchar contra los tratados de libre comercio, basados en la competencia, con acuerdos basados en la colaboración y en políticas económicas y comerciales dirigidas a satisfacer las necesidades de la ciudadanía como clara oposición a los acuerdos que funcionan para satisfacer las demandas de las grandes corporaciones.

"Ahora ya hacemos algunas colaboraciones entre los municipios del cambio, intentamos no pisarnos y colaborar a la hora de realizar y organizar eventos o de transferirnos conocimiento y tecnología", ha explicado, "ahora mismo el ayuntamiento de Barcelona nos está ayudando con su conocimiento en la organización de nuestros mercados ya que tienen una gran experiencia en la materia".

"Nosotros tenemos una gran experiencia en la rehabilitación de viviendas y otros municipios tienen otros conocimientos y especialidades. Necesitamos desarrollar y socializar esa información de una manera colaborativa y de cooperación", ha concluido el edil aragonés.

Por su parte, el representante del gobierno local del municipio Vall D’Uixó Óscar Langa, ha planteado la necesidad de una estrategia común de recuperación de los servicios públicos. "Muchos estábamos en las plazas hace cinco años pidiendo unos servicios públicos de calidad y ahora que estamos dentro de los ayuntamientos tenemos el deber de demostrar que si se puede desprivatizar los servicios básicos".

Fuente: http://www.elsalmoncontracorriente.es/?40-ciudades-firman-en-Barcelona-su

viernes, 11 de marzo de 2016

Ada Colau y los militares

PORTADAS 10 DE MARZO
“…espero encontrar la manera de no mandar a la mierda a la Colau. ¿gobernar epatando todo el rato?”
Quien me manda esteguasap, una amiga de toda la vida, votante de Izquierda Unida, de sólida formación y agudo sentido crítico, lo hace porque sabe que a mí me parece bien lo que la alcaldesa de Barcelona le comentó este miércoles a dos altos mandos militares tras los saludos protocolarios en el “Saló de l’Ensenyament“:
– No me gusta que estén en este Salón. Estamos por separar espacios -le dijo Ada Colau al coronel responsable del stand del ejército en la Feria. Varios días antes, en un pleno municipal se había tomado la decisión de separar Ejército y espacio educativo y procurar que el año que viene la Muestra no albergue un stand militar.
Mi amiga la del guasap se encuentra entre los pocos profesionales de la enseñanza que conozco que aman su profesión y la entienden como el privilegio de poder ayudar a los alumnos a abrir sus mentes y descubrir “la otra cara de la luna”. Por eso su mensaje -“espero encontrar la manera de no mandar a la mierda a la Colau“- me ha dejado más descolocado todavía. Tanto el mensaje como la percepción de mi amiga de que la alcaldesa catalana se dedique, según ella, a “epatar todo el rato”. A ello hay que sumarle la retahíla de moda estos días: la “agresividad” de los de Podemos, los líos internos, la falta de voluntad de pactar…
ahora siEn resumen, que mi querida amiga le está comprando el mensaje completito a los golpistas fácticos, con el diario El País como mascarón de proa. A toda esa factoría orgánica, católica y mediática empeñada en hacernos creer que viene el lobo con la llegada de los perroflautas a las instituciones. Dado el miedo que tienen a que puedan llegar a levantarse las alfombras, no tienen otra opción que predicar el apocalipsis e intentar meternos a todos el miedo en el cuerpo.
A fe que la “artillería de largo alcance y última generación” que, según el colega Antonio Avendaño, despliegan los adversarios de Podemos, parece estar haciendo efecto en muchas de las personas que me rodean habitualmente. Amigas y amigos con quienes, hasta hace un mes, compartíamos indignación e inquietudes tan ricamente, últimamente me retan crispados -como si yo fuera el representante de los podemitas en la tierra- porque si hay nuevas elecciones, la culpa será de esos novatos jactanciosos y prepotentes. Las mentiras de los medios, en modo lluvia fina, dejan poso, parecen cumplir sus objetivos.
Las mentiras de los medios, como dice Juan Carlos Monedersignifican, por ejemplo, “que no las tienen todas consigo para justificar la Gran Coalición“. No les salen las cuentas y por eso la guerra es abierta y cruenta. Sin cuartel. La propaganda del miedo parece eficaz. Y claro, ven y oyen a Ada Colau hablarle de tú a los militares y se acojonan, como si estuviéramos en el túnel del tiempo. Cuando lo cierto es que actuaciones así refuerzan la esperanza de quienes apostaron en su día por la alcaldesa y su proyecto, convencidos de que el cambio era posible.
A quienes decían querer el cambio, pero solo de boquilla, les están empezando a temblar las piernas cuando constatan que estos “insensatos”, estos alcaldes del cambio, estos grupos parlamentarios de Podemos en las autonomías y en el congreso están haciendo y diciendo lo que prometieron que iban a hacer y decir. Aseguraban querer cambio, pero cuando lo ven llegar se acojonan, sobre todo si quien está por medio es el ejército.
Siempre creí que nuestras luchas de tantos  años eran para que alguna vez pasara lo que está pasando. ¿O jugábamos a desearlo, pero sin contar con que alguna vez podía llegar a pasar?
Y ahora que empiezan tímidamente a pasar cosas -pocas aún, muy pocas-, hay quienes van y se acojonan a las primeras de cambio. No entiendo a mi amiga la delguasap, no entiendo a muchos de mis amigos que me ponen verde cuando insisto en que hay que dejar de tener los miedos de siempre. Quiero que seamos capaces de atrevernos, quiero que esto cambie. Y eso pasa por dejar de lado, como ya decía en mi post del otro día, tanto puñetero tabú. A los militares todo el respeto, claro que sí. Pero diciéndoles las cosas claras y a la cara. Como acaba de hacer Ada Colau.
J.T.

P.D. Ada Colau lo explica así en su cuenta de facebook:
Ayer se levantó una tormenta mediática en torno a una falsa polémica alimentada por algunos medios de comunicación a la que irresponsablemente se han sumado destacados cargos del PP, C’s y PSOE. En el curso de una visita oficial al Salón de la Enseñanza, que ayer abría sus puertas, dos militares vinieron a saludarme y mantuvimos una breve conversación que recogieron las cámaras. Rápidamente empezó a circular por las redes un relato distorsionado de lo que había ocurrido. 
Quiero desmentir que yo me acercara a su estand para decirles nada, ni que el encuentro fuera en ningún momento un “desplante” o una “falta de respeto”. Como puede verse en el video, y como ha corroborado hoy el Coronel con quien tuve un informal intercambio de palabras, fue un encuentro cordial en el que me limité, como alcaldesa, a poner en su conocimiento una decisión tomada por 2/3 del Pleno Municipal. 
Con la declaración institucional aprobada el 26 de febrero, el Ayuntamiento hacía llegar a la Generalitat la demanda de que el Salón de la Enseñanza fuera un espacio libre de la presencia de armas y por tanto se pedía que el Ejército no tuviera presencia en lo que entendemos que debe ser un espacio de ámbito educativo. 
Es una declaración que nada tiene que ver con el respeto a la labor de las Fuerzas Armadas, sino con la convicción de que hay que separar espacios. Es preocupante el uso malicioso y partidista que se ha hecho de una anécdota, creando un conflicto donde no lo hay. No puedo evitar pensar que hay quienes intentan levantar cortinas de humo para que no se hable de los problemas reales, como los casos de corrupción que afloran cada semana”.

Juan Tortosa


Fuente: Público.es


martes, 23 de febrero de 2016

Ada Colau, la huelga y los límites de la izquierda posmoderna


Inaguración de la Linea 9 de Metro Barcelona



La huelga de los trabajadores del Metro de Barcelona supone la primera ruptura de un sector de las capas populares y trabajadoras con uno de los mayores exponentes de los “ayuntamientos del cambio” como es la Alcaldesa de Barcelona Ada Colau.
Sorprende la beligerancia de la Alcaldesa respecto de la huelga del Metro, en un momento en el que la defensa del derecho a la huelga se ha convertido -en palabras del veterano sindicalista catalán López Bulla-, en la verdadera “piedra de toque” de la actual coyuntura política y social.
Lo más grave de la situación ha sido el especial papel protagonista, que por voluntad propia, ha tenido Ada Colau, no tanto en un cuestionamiento al derecho general y abstracto de los trabajadores a la huelga, sino en algo peor, en desacreditar el conflicto concreto haciendo uso de su capital político como referente del “cambio” en nuestro país. Actitud que tenía un objetivo definido y que no era otro que el de presionar al colectivo laboral para que desconvocase la huelga.
Lo fundamental en este conflicto no se encuentra tanto en la existencia de un choque de intereses entre la gestión institucional y el ejercicio del conflicto por parte de los sindicatos, sino que manifiesta un problema de fondo, que no es otro, que la incapacidad de la nueva izquierda en comprender los conflictos provenientes del mundo del trabajo.
El conflicto abierto entre los trabajadores del Metro de Barcelona y Ada Colau es una de las primeras expresiones del agotamiento del pensamiento posmoderno en su capacidad para comprender la realidad de la sociedad española actual. La España surgida de la crisis es la de una sociedad basada en un conflicto de nuevo tipo, entre unas clases dominantes que tienen en la precariedad su paradigma de dominación social, y un nuevo asalariado urbano que ejerce un tipo de conflicto social que ya no es el del obrero industrial o el del joven profesional mileurista, figuras predominantes en el imaginario de la “nueva y vieja izquierda” española.
La nueva realidad laboral y el conflicto que de ella surge desborda a una Ada Colau que se queda sin referentes políticos y teóricos con los que responder, lo que la obliga a llenar ese vacío con la ideología realmente hegemónica, que no es otra que la empresarial, que siempre verá toda huelga “desproporcionada”, propia de un “sindicalismo corporativo” expresión de unos trabajadores privilegiados con salarios elevados.
Con su actitud, Ada Colau se ha ganado el aplauso de la retrógrada patronal catalana, que ve como una de las referencias políticas del nuevo municipalismo hace suyo el discurso de la burguesía urbana en forma de la defensa de la “Marca Barcelona”, que no es otra, que la imagen construida por la nueva empresa global que tan bien expresa el Mobile Wold Congress.
La irrupción del nuevo asalariado urbano pone a la izquierda ante el reto político y teórico de pensar la nueva realidad pos crisis y superar su ya envejecido marco posmoderno, ante la evidencia de que Coca Cola en Lucha, Airbus, Correscales o la Huelga del Metro del Barcelona suponen el regreso de la “cuestión obrera” bajo nuevas formas.
Dedicar el artículo a los trabajadores y trabajadoras del Metro de Barcelona.

Eddy Sánchez
Fuente: Público.es

viernes, 29 de noviembre de 2013

Inauguración del AVE que circulará entre Barcelona y París a partir del próximo 15 de diciembre con cinco trenes diarios

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EL SIGNO DE LA VELOCIDAD

La ministra de Fomento, Ana Pastor, y el ministro francés de Transportes Frédéric Cuvillier firman la declaración conjunta entre ambos gobieinauguración del AVE que circulará entre Barcelona y París a partir del próximo 15 de diciembre con cinco trenes diariosrnos.MINISTERIO DE FOMENTO

-Francesa celebrada hoy en La Moncloa ha sido la confirmación de la . El proyecto, al que se dio luz verde en 1992, culmina con el establecimiento de un tiempo récord de viaje entre Barcelona y la capital francesa: 6 horas y 25 minutos con un billete que podrá adquirirse desde 59 euros hasta los 170. En rueda de prensa con el presidente francés, Mariano Rajoy ha adelantado, asimismo, que la inauguración oficial del AVE Barcelona-París el próximo 15 de diciembre será "de alto nivel", porque se hará "como se merece", aunque no ha dado más detalles.

Tanto Rajoy como François Hollande se han felicitado por este "logro histórico en materia de conexiones" que supone el tren de alta velocidad Barcelona-París, el cual, además, según el jefe del Ejecutivo, "acercará más a los españoles y a los franceses

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