Mostrando entradas con la etiqueta ENTREVISTA POLÍTICA. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta ENTREVISTA POLÍTICA. Mostrar todas las entradas

lunes, 7 de noviembre de 2016

Los poderes invisibles

EFE


La opacidad del poder es la negación de la democracia. Por eso, la democracia es luz, es un poder visible, transparente, ante el público, sometido a su escrutinio, a  controles y equilibrios. Lo contrario es la oscuridad


Javier Aroca


La entrevista concedida por Pedro Sánchez a Jordi Évole en La Sexta ha provocado una gran conmoción entre propios y ajenos, sin que se sepa, de momento, aunque se sospeche, quiénes son los propios y quiénes los ajenos. Independientemente de las derivadas orgánicas o del oportunismo, la situación descrita por el defenestrado secretario general es un asunto preocupante. No le resta gravedad la ofensiva de sus  compañeros de filas ni la de los nuevos amigos de los socialistas, sumados con entusiasmo a la causa, tras la asonada palaciega. Uno y otros están empeñados en descalificar a Sánchez, señalando, desde su imprudencia a su ligereza, como en reprocharle su escasa valentía en el momento en el que se produjeron los hechos denunciados.

Las acusaciones de Pedro Sánchez de presiones ilegítimas desde una empresa de comunicación, si ciertas, son graves, muy graves. La conducta, al parecer continuada en el tiempo, fue denunciada con más sutileza, en directo, por el ajusticiado en su día, Josep Borrell, víctima de presiones semejantes. Luego, con desatino, en mi opinión, ha vuelto a plantearse por el líder de Podemos, Pablo Iglesias, con ocasión de la conducta inmobiliaria de Espinar, dañando las posiciones mejores en la legítima aspiración al debate sobre el papel de los medios en la política en democracia.

Lo que escribo a continuación son palabras robadas y reflexiones de Norberto Bobbio, un maestro para mí, un referente ético para la democracia. El poder invisible es una enfermedad mortal y moral de nuestra democracia. Se trata de un sistema de prácticas ilegales, a menudo criminales, de relaciones ocultas e inconfesables, de interferencias, intrusiones que, como un río subterráneo, afloran periódicamente. Para Bobbio, los poderes invisibles socavan los fundamentos ideales de la democracia.

La opacidad del poder es la negación de la democracia. Por eso, la democracia es luz, es un poder visible, transparente, ante el público, sometido a su escrutinio, a  controles y equilibrios. Lo contrario es la oscuridad, reservada a unos pocos, a los dictadores y déspotas, un arcano sin control democrático. Esos que ponen y quitan dirigentes, hunden o arruinan carreras políticas, desactivan partidos políticos, la voluntad popular, tuercen el río natural y democrático de un país, en beneficio de su propio interés o el de sus descendientes y afines, sin más control que la competencia entre ellos mismos, su voraz darwinismo, en pro de sus talegas insaciables.

Tras el velo de la invisibilidad de estas conductas, con huevos fritos por delante, a  veces, o en despachos ultramarinos, maduran y se difunden vicios grandes y pequeños que arruinan las raíces del sistema. Es un verdadero peligro porque, como advirtió Maurice Joly, "las instituciones democráticas no duran mucho si no actúan a la luz pública". No valen los dossieres, y menos de las agencias estatales, con promesa de intimidación y extorsión, las conspiraciones ocultas en nombre de la razón de estado, los afinados o relajaciones, los periodistas oblatos, la suplantación del poder y de los gobiernos por subgobiernos a la sombra, compuestos por "ministros" ilegítimos, a los que nadie  ha elegido y que no se someten a control alguno.

Por debajo, aún más en profundidad, operan los criptogobiernos, la parte más corrosiva de la corrupción de la democracia. Poderosos banqueros, empresarios, financieros, intermediarios cortesanos o empresarios mediáticos, que han sobrevivido a todos los regímenes y se han enriquecido de manera ilícita y dinástica, con monarquía, república, dictadura y transiciones a la democracia sin acabar - las que consideran su negocio particular-, consiguiendo en la oscuridad, unos beneficios ilegítimos que a la luz pública no serían capaces de lograr, so pena de dar con sus huesos en la cárcel, en la transparencia de una democracia ideal, por supuesto.

No tienen escrúpulos, no dudan en desestabilizar y arruinar la reputación de personas e instituciones, sea la libertad de expresión, la Justicia, la Hacienda o la Seguridad Pública,  si hace falta; el miedo y la manipulación son sus armas, la compra de voluntades, una de las más refinadas; para ello, necesitan siempre cazar brujas, depurar opiniones disidentes. El complot, o el golpe, si necesario, es la más letal de sus armas. Donde hay un tirano, hay un complot y, si no, se lo inventa.

A sus leales les prometen y conceden posesiones, privilegios y generosas regalías muy por encima de sus valías personales y posibilidades; les seducen con sus oropeles pero, eso si, les exigen incondicionalidad, responsabilidad y prudencia. La prudencia de la serpiente que decía Baltasar Gracián, es decir, la de saber callar. Pero, en hablar, en hacer la luz en la oscuridad que esconde  la intimidación y la corrosión de los valores democráticos, reside un acto de gran patriotismo, aunque éste te condene a la retirada y te ciegue la vía de las puertas giratorias. Callar, aun solo por el hecho de no haber tenido antes la valentía de haber hablado, puede constituirse en  un acto reincidente de una profunda y mayor cobardía y, desde luego, una traición a la democracia. Amén y muy agradecido, don Norberto.

Fuente: eldiario.es/andalucia/desdeelsur/poderes-invisibles_6_577502255.html … Por @JavierArocaA

domingo, 24 de abril de 2016

Alberto Garzón: “Nos vendría bien ir solos al 26J, pero hay que echar al PP”

Alberto Garzón: “Nos vendría bien ir solos al 26J, pero hay que echar al PP”
Alberto Garzón, líder de Izquierda Unida (Emilia Gutiérrez - LVE)



Entrevista
FERNANDO GARCÍA, Madrid



El dirigente político más valorado de España, según la última encuesta del CIS, no tiene despacho en el Congreso. Cosas del sistema electoral, que a él y a la también diputada de IU Sol Sánchez los condenó al fondo del grupo mixto de la Cámara pese a los casi un millón de votos que obtuvo la coalición. Ahora, Alberto Garzón es posiblemente el líder que más tiene que ganar y menos que perder si se repiten las elecciones.

¿Cómo van los contactos o negociaciones para una alianza electoral con Podemos?

Todavía no hay ninguna negociación. Estamos en el tiempo de descuento y el partido no ha terminado aunque cunda la sensación de que se repetirán las elecciones. Mantenemos la esperanza de que el PSOE cambie de opinión, gire a la izquierda y pueda haber un gobierno. Si no lo hay, se abre un espacio en el que queremos explorar, en una negociación formal que tendrá que ser rápida, las posibilidades de una confluencia coherente con lo que hemos defendido: una alianza que respete la identidad de cada proyecto. No solo con Podemos, sino entre partidos con proyectos diferentes pero que podemos encontrar un espacio de colaboración; también con la gente de Iniciativa, Colau, Anova, Compromís… Un espacio que puede ganar las elecciones, y que queremos explorar siempre desde el reconocimiento mutuo. Lo que hay de momento son conversaciones informales para ver si ellos (Podemos) están dispuestos a cambiar su posición respecto a las de antes 20D.

¿La situación es distinta?

Las condiciones son distintas

¿Y la actitud de Podemos?

También. Porque vamos a unas elecciones atípicas; a una especie de segunda vuelta. El debate va a estar situado en torno a con quién vas a pactar después. Son unas elecciones muy instrumentales. Después del 20D, intentamos una mesa a cuatro. El PSOE se levantó para irse con Ciudadanos. Pues bien: el resto de fuerzas que estábamos en esa mesa (IU, Podemos y sus socios territoriales, y Compromís) tenemos el deber moral y político de articular una candidatura conjunta. Es perfectamente posible y así podemos ganar las elecciones y gobernar el país. El nuevo contexto ofrece las condiciones para que Podemos cambie de postura.

En segunda instancia, ¿el objetivo es dar el sorpasso?

No se trata tanto de una clasificación en la que uno quiere ser el segundo o el tercero, sino de entender lo que está sucediendo en términos históricos: que está cambiando el orden social de este país. Vamos a un escenario de flexibilidad, de precariedad laboral y vital, de recortes en los servicios públicos, de acabar con las conquistas sociales. Ese orden puede consolidarse porque dicen las encuestas que las elecciones las ganarían el PP y Ciudadanos. La única forma de evitarlo es acordar una alianza coyuntural y puntual para este nuevo escenario.

Tenemos el deber moral y político de articular una candidatura conjunta con Podemos y otras fuerzas de izquierda”

Según informaciones de Podemos, IU le ha pedido una decena de puestos en las listas a pactar.

Esos elementos entrarían en una negociación. Pero no la hemos iniciado, así que en ningún momento hemos hablado de un número de diputados en una posible alianza. Se trata de rumores interesados en dinamitar la posible confluencia. De lo que estamos hablando, informalmente, es de si van a cambiar de opinión respecto a antes de diciembre. Porque, si han cambiado, lo que nosotros queremos es sencillo: reconocimiento político y un proyecto federal. No aceptaremos las condiciones que ponían en diciembre: absorción, integración individual o confluencias a la carta.

¿Y qué van respondiendo?

Nada en firme. Lo dejan todo para cuando se confirme que hay elecciones. Lo que plantean es que, efectivamente, las condiciones son diferentes y ven con más optimismo la posibilidad de confluir. Les hemos dicho que la confluencia es una oportunidad para este país; de ganar las elecciones; como mínimo quedar segundo y generar una ilusión más importante. De que Pablo Iglesias articule también a gente que no somos de Podemos ni queremos serlo. Es una cuestión que trasciende las siglas y los partidos: puedes ganar este país, pero reconociendo que somos un proyecto federal y una organización diferente.
Alberto Garzón conversó con La Vanguardia sobre la situación política en España
Alberto Garzón conversó con La Vanguardia sobre la situación política en EspañaAlberto Garzón conversó con La Vanguardia sobre la situación política en España (Emilia Gutiérrez - LVE)



También tendría que haber confianza mutua, ¿no? Y usted ha llegado a cuestionar la coherencia de Podemos, y por su parte Pablo Iglesias llamó a los veteranos de IU “pitufos gruñones”, “amargados” y qué sé yo… ¿Se fía usted de los dirigentes de Podemos?

No se trata de una cuestión de confianza en ese sentido, como lo sería con gente de la propia organización. Tenemos nuestras diferencias, a veces programáticas, de forma y en general de actitud y enfoque político. A mí no me gusta que me insulten ni que se planteen cosas como las que se han planteado en los dos últimos años, pero imagino que a ellos les pasa lo mismo con nosotros. De lo que se trata es de entender qué vamos a poner encima de la mesa: si vamos a poner estas cosas que son de vientre, por otra parte naturales y comprensibles, o bien vamos a primar las necesidades del país. Esa es mi apuesta. Hemos venido a la política a transformar la sociedad y hay que estar a la altura de la Historia. Lo cual no sólo implica ser generosos, sino inteligentes y hábiles. La política no se hace desde el rencor sino pensando en la gente que sufre las consecuencias de la crisis. No tenemos que confiar en Podemos en el sentido de que tengan que comunicarnos todo lo que piensan; para empezar, pensamos diferente. Lo que queremos es articular un espacio de colaboración y luego cada cual tiene sus características, ventajas e inconvenientes, sus enfoques… Y eso tiene que preservarse.

Pero ustedes se necesitan, en definitiva

No es que nos necesitemos mutuamente. Nos necesita la sociedad; las clases populares. Porque es la única forma de conseguir que PP y C’s no gobiernen. Es más. Para que se entienda la falla de ese supuesto, lo planteo en una forma corporativista: a nosotros no nos vendría mal ir en solitario a las elecciones, sobre todo con respecto al 20D. Según las encuestas, nos iría mejor: podríamos tener entre un 7% o un 8%, y unos diez diputados o más. Pero ¿le sirve eso a la gente si gobiernan Mariano Rajoy y Albert Rivera? Yo creo que no. Así que lo que tenemos que intentar es -preservando nuestro proyecto político, identidad y militancia-, colaborar con otros para impedir ese gobierno y construir otro que realmente transforme la sociedad.

No aceptaremos las condiciones que Podemos nos puso para el 20D: ni la absorción ni los fichajes individuales; exigimos reconocimiento muto”

¿Habría suscrito las últimas cesiones de Podemos ante el PSOE y C’s, incluida la renuncia a la derogación de la reforma laboral de Rodríguez Zapatero?

La reforma laboral de Zapatero es cualitativamente igual que la del PP. Un acuerdo para un cambio real debería haber preservado determinados elementos para ese cambio. Porque si al final se mantiene la política del PP, aunque sea con otro gobierno, tenemos un problema. Lo que sucede es que desde que el PSOE se fue con C’s a la investidura, hemos visto más teatro que política; más escenificaciones y un intento de culpar al otro de la repetición de las elecciones. Eso ha sido responsabilidad del PSOE, que tenía la opción de constituir un nuevo gobierno a partir de la mesa a cuatro; un Ejecutivo que tendría que haber incluido la derogación de su reforma laboral. Había votos suficientes y el clima necesario para hacer cosas ambiciosas. Pero la decisión del PSOE frustró esa posibilidad y a partir de ahí asistimos a un juego más táctico.

¿Da por zanjada la grave y larga crisis interna en IU?

Hemos pasado momentos muy duros en los que la gente pensaba que íbamos a desaparecer. Es difícil de llevar que una encuesta llegue a darte el 1%. Pero creemos en IU como proyecto político e ideológico con vigencia y que tiene que continuar. Hemos avanzado con éxito en un proceso de transformación que culminará en nuestra asamblea de junio y reconfigurará IU a fin de consolidarla como proyecto útil para la ciudadanía.

¿Pero el lío ha terminado? Cayo Lara patrocina una candidatura alternativa a la suya, la de la eurodiputada Paloma López, en esa asamblea. Y luego está Gaspar Llamazares…

Nunca puedes decir que todo ha sido resuelto. La disensión siempre existe, pero eso es razonable en una organización. Sin embargo, lo que desde luego hemos dejado atrás son esos momentos en que se ponía en cuestión nuestra propia existencia.

¿Qué le pasa a la izquierda en España?

Pues que necesita repensarse teniendo presente que nuestro mundo ha cambiado desde que existe una izquierda nacida en el siglo XVIII. En nuestro país se han producido grandes cambios en los últimos treinta años: desindustrialización, cambio en la estructura social, precarización, reformas neoliberales... Todo esto ha modificado la fisonomía de la sociedad y requiere que los instrumentos se adapten a los cambios. Nuestro instrumento (IU) debe hacerse más ágil, flexible y acorde con un anticapitalismo que combata un sistema depredador, no ya de los recursos naturales sino de la vida; un sistema que maximiza la ganancia a todo precio. Falta reflexión y análisis histórico. La izquierda está perdiendo la visión del bosque al concentrarse sólo en la pelea del árbol que tiene enfrente en las instituciones y en las elecciones.
Garzón, fotografiado en Madrid
Garzón, fotografiado en MadridGarzón, fotografiado en Madrid (Emilia Gutiérrez - LVE)



¿El tiempo de Cayo Lara y su generación ha pasado?

No es cuestión de edad, sino de enfoque político. Simpatizo con muchas de las ideas de Beiras o Anguita, que son de generaciones muy distantes a la mía. Claro que el tiempo influye. Nuestros padres vivieron una realidad muy distinta. Siempre pensaron que iban a tener un trabajo y unas pensiones, y que iban a poder formar una familia, cosa que ahora no ocurre. Eso da una visión diferente, pero no es el eje central.

¿Pero hay dos almas en IU? ¿Tres?

Seguramente haya muchas. Lo importante es saber sobre qué versa el principal debate en IU, que es el dilema entre una ruptura democrática ¬-entendida como una transformación total del régimen económico y político- y una reforma. Nuestra candidatura pretende una ruptura democrática con el régimen del 78, al asumir que nuestro sistema político y económico tiene que cambiar y para ello hay que acumular fuerzas para mejorar la vida de la gente. Quienes defienden otros documentos consideran que no es posible porque no hay números, y es mucho mejorar pactar con el PSOE gobiernos d izquierdas. Es una visión más conservadora que al final termina siendo muleta del PSOE. Nosotros creemos que no es suficiente. Todo dentro de un debate sano entre compañeros, no enemigos. Estamos muy lejos en algunas posiciones políticas, pero no somos adversarios. Cada uno dice lo que piensa y debe ser la militancia la que vote. Si alguien defiende apoyar al PSOE para que gobiernes con Ciudadanos, que lo diga en la asamblea y se vota.

¿Cree que Podemos sigue defendiendo también la ruptura con el “régimen del 78”?

Podemos también tiene muchas almas. La posición de Iglesias sí es la de ruptura democrática, que es lo que también han planteado las confluencias en Catalunya y en Galicia. Beiras mantiene ahí nuestro mismo discurso. Y Colau va igualmente en esa línea. Lo que pasa es que durante un tiempo Podemos ha hecho determinados giros tácticos muy evidentes que hemos criticado. Pero hay que comprender que si tenemos una confluencia es hacia un objetivo político. Y da igual que ellos le llamen de otra forma. Lo esencial es que sea un proyecto de transformación política y económica real.

Defendemos el derecho de autodeterminación, pero no somos independentistas ni nacionalistas españoles”

¿El modelo de En Comú Podem, del que forman parte, es exportable al conjunto del Estado?

Cada espacio tiene sus singularidades. En Cataunya conseguimos tejer una confluencia porque Podemos aceptó unas condiciones que rechazaba en el resto del Estado, donde mantenía su visión de la succión y las integraciones individuales: algo que nosotros, insisto, no aceptábamos ni vamos a aceptar nunca. Claro, las condiciones han cambiado. Tenemos que aprender de los modelos de confluencia catalán y gallego, pero también de los municipales de Madrid, Barcelona, Santiago… Y hacer autocrítica para corregir los problemas que se han dado en muchos ámbitos.

De momento, la extrapolación estatal no parece fácil.

Claro. En política, uno y uno no suman necesariamente dos. Si una confluencia se hace bien, puede ganar el país; si se hace mal, no va a salir. Hay que ser muy hábil. La confluencia tiene muchos enemigos. Todos aquellos cuyo corazón palpita con el régimen, de derechas o izquierda, son enemigos de una confluencia que pudiera dar el sorpasso y cambiara la historia de este país

¿Y está seguro de que va a salir?

Soy optimista pero también cauto. Hay obstáculos en Podemos, en IU y sobre todo uno enorme que se llama régimen, conformado por unas grandes empresas y fortunas que no quieren oír hablar en absoluto de que una confluencia como esta pudiera ser quedar como mínimo como segunda fuerza política del país. Porque saben que eso no sólo es un mensaje español, sino un mensaje europeo de freno brutal al capitalismo salvaje. Y como hay tantos obstáculos tenemos que ser extraordinariamente inteligentes, habilidosos y coherentes.

¿Comparte al cien por cien el planteamiento de Podemos sobre el derecho a decidir en Catalunya?

No sé cuál es el punto concreto de Pablo Iglesias, pero nosotros siempre defendimos el derecho a decidir, que llamamos derecho de autodeterminación como expresión política democrática. Ahora bien, no somos independentistas; tampoco nacionalistas españoles. Somos un proyecto de clase. Y creemos que las clases populares de Catalunya no pueden enfrentarse a las clases populares del resto de pueblos de Europa. Porque al final el enemigo tiene otras posiciones. Es esa oligarquía que es catalana, española, europea. Si se celebrara el referéndum votaríamos que no. Los pueblos tienen que cooperar en un proyecto de emancipación y eso no casa bien con los recortes de Convergència.

En IU hemos dejado atrás los duros momentos en que se ponía en cuestión nuestra propia existencia”

¿Pero está por exigir un referéndum?

No diríamos exigir porque cuando uno pacta un gobierno debe tener otras prioridades, las cuales tienen que ver con las condiciones materiales de vida de la gente: la sanidad, la educación, las pensiones… Pero sí creemos que hay que defender el referéndum y sobre todo una solución negociada a los problemas de identidad nacional en nuestro país. Esconder el problema debajo de la mesa no es solución. Lo que propugnamos, como espacio de síntesis entre la intransigencia de unos y de otros, es una opción federal que permita la expresión de la gente por vías democráticas.

¿Se pueden aplicar cambios sustancias en lo económico, lo fiscal y lo laboral en España sin alterar sustancialmente los tratados y demás legislación de la UE?

Rotundamente, no. Y hay que romper con este modelo de Unión Europea y con esta arquitectura financiera internacional. La UE son sus tratados y camisas de fuerza que limitan la capacidad de intervención de los pueblos a la hora de votar democráticamente. Al final gobiernan quienes no se presentan a las elecciones: el Banco Santander, las grandes compañías y fortunas. Hay que cambiar el tablero de juego; hacer una UE diferente, de solidaridad entre los pueblos. Nuestro proyecto tiene que ser de rebeldía frente a la troika, que, de aceptarse por activa o por pasiva, nos condena a un orden social de la precariedad y los recortes. Y ya puedes ser el más hábil orador de la izquierda que, si aceptas eso, no podrás nunca transformar el sistema. Hay que articular mecanismos de solidaridad entre los pueblos más golpeados -Portugal, Grecia, España-, para construir una alternativa.

Fuente: La Vanguardia

sábado, 20 de febrero de 2016

Varoufakis: "Un Gobierno español con Podemos y otras fuerzas progresistas podría plantar cara a Bruselas"


El exministro de Finanzas griego, Yanis Varoufakis.- JAIRO VARGAS
El exministro de Finanzas griego, Yanis Varoufakis.- JAIRO VARGAS
 

El exministro de finanzas e impulsor de DIEM 25 asegura en una entrevista con 'Público' que es imposible negociar con el Eurogrupo o la Comisión Europea,  y alerta de las consecuencias si el nuevo Ejecutivo mantiene la deriva impuesta por el Gobierno de Mariano Rajoy, "perpetuador de la innecesaria recesión que está fragmentando la UE".

ALEJANDRO LÓPEZ DE MIGUEL
@Alopezdemiguel

MADRID.- Reconoce que el reto es muy complicado, pero se niega a tirar la toalla. Yanis Varoufakis (Atenas, 1961) aterrizaba este viernes en Madrid con una apretadísima agenda logística y mediática. El exministro de Finanzas del primer Gobierno de Alexis Tsipras ha llegado para impulsar la iniciativa Plan B, hermanada con la plataforma que él mismo presentó en Berlín el 9 de febrero, DIEM 25. Ambas persiguen la democratización de una Europa dominada por poderes económicos y tecnócratas. Una Europa que considera "enferma" y que a su juicio dispone de poco tiempo para salvarse.
Durante el mandato del PP se han producido 7.100 detenciones relacionadas con la corrupción. ¿Qué opina de Rajoy? ¿Cree que España ha superado la crisis, como él asegura?
No creo que todos debamos ser juez y jurado en casos de corrupción y de criminalidad. Me gustaría mucho pensar que la justicia española hará su trabajo al respecto, pero no estoy cualificado para opinar.
¿Y en lo que respecta a la dimensión económica?
El señor Rajoy ha jugado un papel muy negativo en lo que respecta a los intereses de los españoles. Lo hizo aceptando políticas que básicamente han servido para empujar a España hacia un estado de profunda recesión a largo plazo, mientras lo presentaban como una historia de éxito. Eso ha permitido que el Gobierno de Madrid, el de Berlín y la Troika hayan puesto a España como el alumno de éxito para propagar este tipo de recesión a otros países europeos. El Gobierno de Rajoy ha sido uno de los perpetuadores de esta innecesaria recesión que está fragmentando la UE.
¿Puede haber un Gobierno español que marque un cambio de rumbo? Ustedes lo tenían en Grecia, pero aceptaron las condiciones...
El exministro de finanzas griego, Yanis Varoufakis, antes de la entrevista.- JAIRO VARGAS
El exministro de finanzas griego, Yanis Varoufakis, antes de la entrevista.- JAIRO VARGAS
Yo no acepté las condiciones, por eso dimití.
Lo hizo el Gobierno heleno. ¿España tiene posibilidades de plantarse?
Por supuesto. Claro que se puede.
¿Quién puede decir 'no' a Bruselas?
Son los españoles quienes lo deciden, es lo bonito de la democracia. Espero que pronto haya un gobierno que vaya a Bruselas a renegociar en beneficio de España y de todos. No se puede seguir con estas reglas, no es algo que sea difícil, es imposible. Por muy bueno que sea como matemático o geometrista no podré encontrar la cuadratura del círculo. Intentar mejorar estas reglas para sacar a España de la crisis no funciona. Necesitáis un Gobierno que vaya a Bruselas y diga: chicos, estas reglas no funcionan, desarrollemos otras.
¿Que debería hacer Podemos de cara a las negociaciones para formar gobierno? ¿Cree que ellos sí pueden decir 'no' a la Troika?
Estoy seguro de que pueden. Estoy seguro de que lo harán, confío en ello. Pero lo importante no es sólo decir no, no somos personas negativas. Somos positivos, queremos un cambio positivo, queremos que las cosas mejoren. España está en una situación de fracaso absoluto. Este país es muy productivo, no debería encontrarse donde está hoy. Y es crucial para Podemos y para todas las fuerzas progresistas españolas viajar a Bruselas para renegociar las reglas.
¿Deben seguir negociando con el PSOE?
No voy a entrar en detalles de las negociaciones ni en las potenciales alianzas, porque creo que ese es el trabajo de los españoles. Lo que creo fundamental es salvaguardar la democracia. Esto significa asegurarse de que el próximo Gobierno, especialmente si es un gobierno de progreso, no se limite a mantener la agenda de Rajoy, porque eso supondría un fuerte golpe contra la democracia española. Los ciudadanos podrían preguntarse: 'Si votemos a quien votemos todo sigue igual, ¿para qué votar?'
"Lo peor que puede pasar es que Podemos llegue al poder y no haga ningún cambio. Confío en que sí los hará"
Si Podemos logra gobernar, ¿favorecerá esto que DIEM 25 logre sus objetivos? ¿Qué pasará si su iniciativa fracasa? Los críticos podrían decir que Europa ha funcionado así durante muchos años, que todo sigue igual.
Lo peor que nos puede pasar, a mí como individuo y a los movimientos democráticos europeos, es que Podemos llegue al poder y no haga ningún cambio. Idealmente, debería formarse un nuevo Gobierno que incluya a Podemos y a otras fuerzas progresistas que fuercen al esclerótico, irracional y autoritario régimen de Bruselas y Frankfurt a adoptar nuevos parámetros que sean mejores para todos. Esto es lo que la democracia necesita. Si Podemos no lo hace en España, y espero y confío en que lo haga, alguien lo hará, porque es una necesidad histórica.
¿Qué pasará si no lo hacen? En muchas ocasiones ha reconocido que alberga pesimismo con respecto a las posibilidades de éxito, que esta idea no deja de ser una utopía.
¿Queréis recordar lo que pasó a partir de 1936 en España? Las Brigadas Internacionales y los movimientos democráticos de todo el mundo vinieron a ayudar a España, a ayudar a Europa. Y al final, los demócratas europeos perdimos la batalla y acabamos en una distopía. Esto es algo que seguirá sobre la mesa a no ser que nos movilicemos, que tengamos el éxito que no tuvieron las Brigadas Internacionales.
El 9 de febrero presentó la iniciativa DIEM 25 en Berlín, y este fin de semana ha venido a Madrid para impulsar Plan B. ¿Cuál es la relación entre ambas plataformas?
"El mayor veneno para nuestra democracia hoy es la idea de que no existe alternativa a lo que está ocurriendo"
Son iniciativas paneuropeas impulsadas por demócratas comprometidos de todo el Viejo Continente para poner fin a la desintegración de la Unión Europea. Una desintegración que tiene costes humanos enormes y que tendrá otros aún mayores si seguimos este camino. Es un movimiento que persigue la democratización de Europa a través de distintas fórmulas, y en el que estamos juntos radicales, liberales, socialistas, verdes... Todos los que sienten el deber moral y político de poner fin a una situación que está volviendo a unos europeos contra otros. Esta es la intención del movimiento, sea en Berlín, en Madrid, Barcelona o Roma.
¿Quién tuvo la idea? ¿Fue usted, tras dejar el Gobierno de Syriza? ¿Era algo que ya estaba vivo en Europa?
En los primeros seis meses de 2015 la primavera griega dio esperanza a muchos europeos. Esperanza en un nuevo tipo de políticos que comenzaran a hablar sobre los problemas comunes de todos los europeos, y en cómo estos problemas se manifestaban localmente, en forma de crisis griega, española o irlandesa. Esa primavera fue dinamitada con el cierre de los bancos, con campañas mediáticas tóxicas y otras acciones. Después del fracaso de julio [cuando Grecia aceptó el nuevo rescate y Varoufakis dimitió], comencé a visitar ciudades europeas y me dí cuenta de que la gente acudía a vernos para aprender a ser solidarios con el pueblo griego, sino porque estaban preocupados por sus vidas, sus comunidades y sus países. Ahí me planteé que quizás esta primavera ateniense necesita ser mantenida, y que puede convertirse en algo material, dar lugar a nuevas políticas en toda Europa.
¿En qué se concreta esta nueva primavera griega? ¿Qué propuestas y acciones concretas plantean?
Hemos sufrido una crisis de seis años en Europa. Desde su llegada, la arquitectura de la Eurozona, que nunca estuvo diseñada para soportar ese impacto, empezó a fragmentarse y romperse. Para evitarlo existe una receta que se resumen con dos palabras: democracia e inversión. Sólo se puede parar la crisis de deuda pasando el dinero que acumula polvo en el sector bancario a inversiones necesarias. Y no las tendremos hasta que lleguen nuevas políticas desde Bruselas y Frankfurt, desde la Comisión Europea y el Banco Central Europeo. Necesitamos hablar sobre esto en Europa, pero no podemos por la falta de democracia. Cualquier Gobierno nuevo con ideas sobre cómo mover dinero en la UE, si esas ideas no son las mismas que las de la Troika, chocará contra un muro de Innuendo, contra informaciones tóxicas, y acabará afrontando la amenaza del cierre de sus bancos.
"No espero que las instituciones europeas adopten la idea de una constitución democrática, pero no estoy apelando a esas instituciones, sino a ti, a todos nosotros"
¿Qué medidas concretas proponen? Por ejemplo, su manifiesto plantea la creación de una Constitución Europea. ¿Espera que las instituciones comunitarias respeten algo así?
No espero que las instituciones europeas adopten la idea de una constitución democrática. Ellos detestan esa medida, pero no estoy apelando a las instituciones europeas, estoy apelando a ti, a todos nosotros. Así es como funciona la democracia, así es como nos libramos de la esclavitud. Ninguna institución decidió acabar con la esclavitud, fue la gente. Fueron buenos humanistas que decidieron unirse y presionar a gobiernos e instituciones para lograr el cambio. Es la única manera. Y la única forma de forzar a las instituciones europeas a reformarse es poner de acuerdo a la gente corriente en torno a ideas simples, racionales y lógicas sobre cómo las cosas podrían ser de otra manera. El mayor veneno para nuestra democracia hoy es la idea de que no existe alternativa a lo que está ocurriendo. Ese es el enemigo. Tenemos que convencer a la gente de que podríamos estar haciendo las cosas distintas hoy mismo. Cuando empecemos a debatir sobre las cuestiones que podemos solucionar hoy, podremos celebrar una asamblea constitucional que permita crear nuevas reglas para gobernar Europa.
¿Qué líneas seguirán para cumplir sus objetivos? ¿Qué calendario manejan?
Lo primero que necesitamos en Europa, algo que podemos tener mañana, que no cuesta nada y no viola ninguna regla, es transparencia. Cuando tengáis un nuevo Gobierno, espero que lo tengáis en algún momento, mandaréis a los ministros y al presidente a Frankfurt para negociar los presupuestos generales.¿No sería bueno que estas discusiones en el Eurogrupo, en el Ecofin o el Consejo Europeo se retransmitieran en directo por streaming? Así los españoles sabrían qué dicen sus representantes en su nombre. ¿Pueden explicarnos por qué no lo hacen? ¿Por qué tienen que encontrarse en secreto? Parece algo pequeño, pero es una cosa importante.
Sería importante, no hay más que mirar el secreto que envuelve a las negociaciones sobre el TTIP. ¿Cómo esperar que emitan por streaming...?
"Si la gente exigiera una mayor transparencia, quienes toman decisiones tendrían que arrojar algo de luz, y si no lo hicieran nos libraríamos de ellos. Así es como llega el cambio"
¿Qué pasaría si todos lo exigimos? La razón por la que mantienen el secretismo, por la que siguen con el TTIP, es porque la inmensa mayoría de la gente no sabe lo que está pasando. La mayoría de europeos no sabe que el Eurogrupo ni siquiera tiene reglas escritas. Hay que informar a la gente del terrible mecanismo que genera las decisiones que afectan a sus vidas, deberían saber como funciona. Si lo hicieran se enfadarían mucho, y exigirían una mayor transparencia. Si la exigieran, quienes hoy toman decisiones tendrían que arrojar algo de luz, y si no lo hicieran nos libraríamos de ellos. Así es como funciona la democracia, como llega el cambio.
Fuente: Público.es

sábado, 2 de enero de 2016

ENTREVISTA: Julio Anguita

El ex coordinador general de IU y ex secretario general del PCE Julio Anguita.
El ex coordinador general de IU y ex secretario general del PCE Julio Anguita.
Fotografía: Marta Jara

"Podemos tiene la responsabilidad de construir con otros un entramado sólido que se imponga en las próximas elecciones" 

 

Julio Anguita defiende que Rajoy será investido presidente gracias al PSOE: "El bipartito, como sabemos, explicita el atlantismo, una política exterior común, reformas del mercado laboral... Y el bipartito tiene la fuerza"
"IU y Podemos no nacieron para administrar este mundo, sino para cambiarlo, cediendo a veces", afirma el excoordinador general de IU
"Garzón es la persona con más autoridad para abrir un debate sereno y reinvertir el proceso, y que la militancia recuerde que IU nació como construcción de una alternativa de gobierno y de modelo de Estado, aunque se ha ido apartando de eso"

 
Andrés Gil
 
"Alberto Garzón es uno de los dirigentes más preparados y en estos momentos está solo, como un campeón"
"No puedo contestar a eso. Yo le contesto a eso el día 21. Me comprometo". Así respondió Julio Anguita a eldiario.es en una entrevista a mediados de noviembre a la siguiente pregunta: "Usted dijo en enero en una entrevista con eldiario.es que  "la historia le había dado Pablo Iglesias una oportunidad". ¿Cree que la está aprovechando?".
Ya han pasado las elecciones y el ex coordinador federal de IU y ex secretario general del PCE responde a aquellas preguntas que prefirió evitar antes de la campaña. "He tenido que sufrir en mis carnes que los ejércitos de unos y de otros me utilicen sacando frases de contexto, de unos contra otros, y no quiero ser material de proyectil en esto. Hablaremos después del 20 de diciembre", dijo entonces.
Ahora responde a algunas de esas cuestiones, aunque no se siente tan cómodo como cuando habla de lo que él considera "los principales problemas: la UE, el euro y la deuda".
Usted dijo en enero en una entrevista con eldiario.es que  "la historia le había dado Pablo Iglesias una oportunidad". ¿Cree que la ha aprovechado?
Podemos se ha instalado en una magnífica cabeza de playa, ha cogido una posición importante. Sin embargo, el bipartito sigue incólume, y si sumamos los escaños del PP y el PSOE son 213, tres escaños más de los necesarios para una reforma constitucional. El bipartito, como sabemos, explicita el atlantismo, una política exterior común, reformas del mercado laboral... El bipartito tiene la fuerza.
Durante la campaña, el candidato de IU, Alberto Garzón, ha señalado que Podemos había entrado en una deriva de ir al centro político. ¿Usted también lo ve así?
Lo que a veces se dice en una campaña... Garzón es una persona muy seria, pero en una campaña... Meterse en ese debate es perder el tiempo. Hay que ver qué va a votar Podemos y qué proposiciones de ley va a presentar. Todo lo demás es hablar sobre futuribles.
Íñigo Errejón ha dicho este martes en Onda Cero que en estas circunstancias prefiere como presidente a una figura "por encima de los partidos". ¿Qué le parece?
Eso suena un poco extraño, porque la realidad es que estamos en una confrontación pura y dura. El proyecto de la UE, el euro y el pago de la deuda, o una propuesta en la que recuperemos soberanía monetaria y económica. Ese es el eje de la confrontación. ¿Qué presidente va a haber? ¿Obviamos el apoyo parlamentario? No entiendo que pueda haber un presidente por encima de los partidos; tendrá que ser investido y representar a las fuerzas políticas que le apoyen.
¿Por qué ha habido dos papeletas, de IU y Podemos? ¿Quién o quiénes son los responsables?
Entre todos la mataron y ella sola se murió. Se habló de la mochila, pero IU tiene unos militantes y cuadros medios extraordinarios. Tenía que haberse ido al encuentro sin más exigencia que el programa, más que estar aquí o allá en listas, y hacer huecos decididos de manera abierta, por asambleas. Ha sido la crónica de una ocasión perdida.
¿Qué opina de la campaña de Alberto Garzón?
Magnífica, son las que siempre me han gustado, hablando de datos concretos, didáctica, de las que ennoblece a la política, con campañas como esta. Ha sido una lección magistral. No siempre son bien acogidas este tipo de campañas, pero él y sus compañeros y compañeras deben sentirse orgullosos de la campaña que han hecho. Y tienen que explicar que cada escaño valga 450.000 votos es una adulteración, es una corrupción del sentido democrático del voto.
¿Por qué no ha apoyado públicamente a Garzón en la campaña?
Hace ya mucho tiempo dije que le apoyaba.
En IU ya se está abriendo el debate entre los que piensan que hay que refundar la federación y los que piensan que la izquierda ya se está reconstruyendo en torno a Podemos y que lo que habría que hacer es participar de esa reconstrucción. ¿Usted qué opina?
IU ha perdido muchas ocasiones lamentablemente, no me gusta recordar cosas en las que yo he intervenido. Hace años se planteó una propuesta de refundación, fue apoyada en el PCE y la metieron en un cajón. Con posterioridad he hecho propuestas bien vistas y guardadas en cajones. O la de Enrique Santiago. Pero pudieron más los poderes de la inercia. El problema fundamental, como alguna vez ha dicho Alberto Garzón, es que ha carecido de ambición política y nunca se ha creído que podía ser independiente del resto de partidos, como el PSOE, y sindicatos. Así salió vencida de antemano porque creía que no podía salirse de lo establecido, cuando nació con vocación de construir alternativa. Debido a esa visión, tenemos lo que tenemos.
¿Y qué camino habrá de tomar?
Primero habría qué ver qué deciden sus militantes en asambleas con debates serenos.
¿Es la última oportunidad?
El mundo sigue. Podemos ha accedido a una posición importante, pero la batalla está dentro de cuatro años. Parece que el mundo se acabó ayer. Estamos perdiendo la perspectiva histórica. Aquí hay que mirar en los cuatro años. Desde ahora, Podemos tiene una gran responsabilidad, trabajando en la sociedad y construyendo con otros, con IU, los movimientos sociales, con Equo, con Attac... E ir creando un entramado sólido de programa sereno y tranquilo que se imponga en las próximas elecciones. Eso hay que empezarlo ya. IU y Podemos no nacieron para administrar este mundo, sino para cambiarlo, cediendo a veces.
Ahora, hablándole como Frente Cívico, en febrero vamos a tomar una decisión, y es poner todo su esfuerzo para que esa urdimbre, sea real. Nos vamos a quemar para lanzar el mensaje de regeneración y facilitar que esta nueva realidad social sea capaz de ganar las elecciones dentro de cuatro años. O se les gana o se pierde.
El PP ha tenido un resultado extraordinario: un partido que incumple todas sus promesas electorales, que puso verde a Rodríguez Zapatero e hizo lo mismo, que ha sido sinónimo de corrupción como instrumento de financiación del partido, que ha hecho recortes, privatizaciones, poner las instituciones del Estado al servicio de instituciones privadas... Esa fuerza política ha tenido un éxito. Le ha votado una gran parte de nuestro electorado.
¿Qué opina de las candidaturas de confluencia gallegas, catalanas y valencianas?
Son muy buenos, han pasado el segundo examen, que eso se transforme en acción positiva, unidad de acción. Ha sido muy brillante, muy esperanzador. Pero ahora hay que transformarla en acción concreta y organizada.
¿Debe Garzón romper con los actuales dirigentes de IU?
Hablar de nombres es crónica rosa, pero Alberto es la persona con más autoridad para, no él solo sino con otra gente, intentar cambiar el sentido del proceso, abrir un debate sereno y reinvertir el proceso. Hay algo que se viene pidiendo desde hace 10-12 años, con documentos aprobados y archivados. No se trata de nombres, sino de que la militancia sepa que no tiene que tener miedo al futuro y recuerde que IU nació como construcción de una alternativa de gobierno y modelo de Estado, aunque se ha ido apartando de eso.
¿Es consecuencia de la institucionalización?
Así es. Nosotros cuando llegamos al Ayuntamiento de Córdoba, lo hacíamos en nombre de un proyecto. La institución no nos pertenece, y eso hay que tenerlo claro.
Después del 20D, ¿quién cree que formará Gobierno?
Rajoy será presidente, seguro. Es lo lógico. Están los medios hablando del eje derecha-izquierda. Y el PSOE y el PP están a partir un piñón, votaron los dos el cambio de la Constitución con los contenidos que implicaban ese cambio. Han empezado la bolsa, los mercados, los gobiernos, los medios que piden gobiernos estables para hacer la política de recortes... Coinciden ambos en la política atlantista, la política exterior. No digo que el PSOE vaya a votar al PP, hay muchas maneras. El PP tiene apoyos suficientes, puede salir en segunda vuelta. ¿Veo posible un pacto a la izquierda? Es un disparate, con los nacionalistas vascos y catalanes, y las pretensiones de ellos. Y eso sería situar al PSOE en la izquierda.
Es que ya me sé los argumentos: la unidad de la patria, el proyecto europeo, los mercados, la gobernabilidad, el crecimiento económico... Todos esos argumentos están en la memoria más cercana, no sé cómo será, pero basta que el PSOE no se oponga. Yo digo que el PP va a gobernar con otros, porque si no, nos metemos en otras elecciones generales. La papeleta no la tengo yo, ni IU.
¿No cree que vayamos a una repetición electoral?
Utilizo la memoria. El problema que tenemos es la UE, el euro y el pago de la deuda. Es el problema que marca diferencias entre uno y otro. Me causa gracia incluir al PSOE en la izquierda. El eje es la UE, más recortes, pedidos por la Troika, más reformas del mercado laboral, más atlantismo. Este es el debate. Y el PP y el PSOE están más cerca que otros.
Fuente: El diario.es

Seguidores