Mostrando entradas con la etiqueta CATALUÑA. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta CATALUÑA. Mostrar todas las entradas

domingo, 25 de diciembre de 2016

Carta a Felipe VI


Felipe VI durante el discurso de Navidad. CASA REAL

Hay quien defiende una votación refrendada por un rey y hay quien defiende una votación refrendada por el pueblo de Catalunya. Con discursos como el de anoche, nos cargan de razones a unos y pone el foco sobre otros
Así fue el discurso navideño de Felipe VI


Gabriel Rufián


Anoche un señor que vive en un palacio pagado por todos y al que no ha votado nadie salió en la tv y durante 12 minutos y 22 segundo habló de España, de legalidad y de convivencia. Otra vez. Y ya van 41 veces, 41 años (comenzó su padre Juan Carlos de Borbón al que al menos si votó alguien, un tal Francisco Franco Bahamonde pionero en esto de hablar en navidades allá por el año 1937). El señor de ayer se llama Felipe de Borbón y por su apellido cobra 7.700.000€ públicos al año.

Durante esos 12 minutos además de hablar de “patrimonio común” (entiendo que no se refería al suyo) y del “valor de la familia” (entiendo que no se refería a la suya) habló de “unidad” y de “no romper normas” (entiendo que no se refería al Caso Nóos ni a su cuñado) que pueden hacer peligrar una supuesta recuperación económica que seguro que desde los bonitos y cuidados jardines de la Zarzuela se percibe. Es en este punto en el que conviene hacer ciertas puntualizaciones por alusiones.

Una vez más. Una urna no separa. Una urna no divide. Divide y separa un desahucio, no una votación. Divide y separa la cola frente a la puerta de comedor social, no frente a la cola de un colegio electoral. Divide y separa elegir entre comer o pagar la luz y no elegir entre un sí o un no en un referéndum. Divide y separa pagarle un safari a un señor para matar elefantes y no pagar una convocatoria electoral. Divide y separa ver a un señor en un palacio enmoquetado de centenares de metros desde tu casa de 60 cada nochebuena. Divide y separa ver a Carme Forcadell en las puertas de un juzgado por ser independentista y a Urdangarín en la playa por ser quien es. Divide y separa responder a centenares de miles de personas que salen a la calle cada año y a una mayoría parlamentaria total y absoluta con hipocresía, amenazas veladas y paternalismo predemocrático.

En definitiva, lo que amenaza a la soberanía (y al respeto) del pueblo español no es un referéndum en Catalunya, es apellidarte Borbón y hablar en prime time en la televisión de “una España de brazos abiertos y manos tendidas donde nadie agite viejos rencores o abra heridas cerradas”, en un país con 120.000 personas que siguen en cunetas 80 años después.

La dicotomía ahora en Catalunya es sencilla. Hay quien defiende una votación refrendada por un rey y hay quien defiende una votación refrendada por el pueblo de Catalunya. Con discursos como el de anoche, nos cargan de razones a unos y pone el foco sobre otros. En 2017 veremos. Feliz año republicano.
Fuente: eldiario.es

domingo, 6 de noviembre de 2016

Estado Libre y Soberano de la República de Cataluña

Sede del Tribunal Constitucional en Madrid / Wikimedia Commons.

ALFONS LÓPEZ TENA

El 27 de octubre pasado, Javier Pérez Royo publicó en CTXT un artículo, en su día rechazado por El País, defendiendo que la Sentencia del Tribunal Constitucional 31/2010, sobre el Estatuto de Autonomía de Cataluña: "’formalmente’ fue una sentencia, pero que ‘materialmente’ fue un golpe de Estado, que destruyó el bloque de la constitucionalidad, Constitución y Estatut de Autonomía, a través del cual se había producido en democracia la inserción de Cataluña en el Estado español”.
Se basa para ello en una serie de afirmaciones que a mi entender parten del error de considerar el Estado español como plurinacional y la inserción en él de Cataluña como resultante de un pacto, lo cual carece de fundamento alguno tanto en la Constitución como en la jurisprudencia constitucional.
Por lo que se refiere a la primera, baste recordar los artículos 1.1 (“España se constituye…”), 1.2 ( “La soberanía nacional reside en el pueblo español…”) y 2 (“La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles,...”); y por lo que se refiere a la segunda, la Sentencia del Tribunal Constitucional 76/88 (“La Constitución no es el resultado de un pacto entre instancias territoriales históricas que conserven unos derechos anteriores a la Constitución y superiores a ella, sino una norma del poder constituyente que se impone con fuerza vinculante general en su ámbito, sin que queden fuera de ella situaciones históricas anteriores”.)
Yo aquí no veo pacto alguno sino una sola Nación que se constituye en Estado y se dota de una Constitución. Si por pacto se refiere el señor Pérez Royo al acuerdo político que dio lugar a la aprobación de la Constitución, entre la multiplicidad de fuerzas políticas y grupos de presión y de interés que intervinieron y pactaron, lo único que cabe decir es que los negociadores catalanes fueron de una incompetencia tan supina que de su pretendido pacto no quedó en la Constitución ningún rastro:
1- No es ningún pacto que el acceso a la autonomía se regule con requisitos diferentes según se hubiera o no tenido autonomía durante la II República; son normas de mero procedimiento.
2- No es ningún pacto que el Estatuto de Autonomía no pueda modificarse sin que tome la iniciativa la Comunidad Autonóma, pues una vez tomada y enviado el proyecto a las Cortes españolas, éstas pueden hacer lo que les venga en gana en una comisión mixta donde tienen mayoría, y sólo le quedará al cuerpo electoral autonómico rechazarlo en referéndum y quedarse como estaba. El pacto que le ofrecen las Cortes es el de las lentejas: si quieres las tomas, y si no las dejas.
Tiene razón el señor Pérez Royo cuando afirma que “las normas constitucionales sin la adhesión ciudadana son completamente estériles”, pero omite que la falta de adhesión de incluso toda Cataluña, el 16% de la población, carece de importancia si se cuenta con la adhesión de todo el 84% restante.
Muchos reproches cabe hacer al Tribunal Constitucional español en cuanto a su independencia y su imparcialidad, pero lo que no cabe reprocharle es que sea español, elegido por españoles, integrado por españoles, y aplicando la Constitución española de la Nación española en defensa de los intereses españoles. Si fuera el Tribunal Constitucional catalán lo elegirían e integrarían catalanes para aplicar la Constitución catalana de la Nación catalana en defensa de los intereses catalanes. Pero no lo es.
EN TODO ESTADO DE DERECHO UN TRIBUNAL JUZGA SOBRE LA CONSTITUCIONALIDAD DE TODAS LAS NORMAS INFERIORES A LA CONSTITUCIÓN, AUN APROBADAS EN REFERÉNDUM, Y SU DECISIÓN SE IMPONE A TODOS
En todo Estado de Derecho un Tribunal juzga sobre la constitucionalidad de todas las normas inferiores a la Constitución, aun aprobadas en referéndum, y su decisión se impone a todos, pues como dijo el Juez Robert H. Jackson "We are not final because we are infallible, but we are infallible only because we are final.” (No somos definitivos porque somos infalibles, sino que somos infalibles sólo porque somos definitivos). No hay en ello problema alguno ni constituye un golpe de Estado, sino la esencia misma del imperio de la ley y el Estado de Derecho.
El problema es que la ficción del autogobierno y la fantasía del pacto, que con tanto fervor en Cataluña se venían sosteniendo a lo largo de tres décadas, fueron crudamente desmentidas por un Tribunal Constitucional que avaló que el cumplimiento del Estatuto de Autonomía depende de la voluntad unilateral de los gobiernos españoles, y que su aprobación y contenido dependen de la voluntad unilateral de las Cortes españolas.
El problema es que el referéndum del pueblo de Cataluña y la voluntad de su Parlamento se estrujaron como una aljofifa hasta quedar patente que su pretendido autogobierno es una tramoya de cartón piedra.
El problema es que lució la verdad de un sistema institucional, en el que se integra el Tribunal Constitucional como pieza clave, concebido y gestionado para asegurar el dominio nacional de los españoles sobre los catalanes.
El problema es que cayeron las caretas.
Ni al señor Pérez Royo ni a mí nos agrada esta situación, por diferentes razones, pero no se saldrá de ella con interpretaciones constitucionales que carecen de sustento sino, si efectivamente la desafección de la mayoría de los catalanes deviene un problema que se pretenda solucionar, de tres maneras posibles:
–Reformando la Constitución para convertir el Estado en plurinacional, con España y Cataluña al mismo nivel y con los mismos poderes y competencias, con un Tribunal Constitucional paritario entre ambas.
–Independizando Cataluña.
–Haciendo lo mismo que en la Transición, cuando se  incluyeron en la Constitución unas palabras (nacionalidad, derechos históricos, autonomía) que no significan nada más que descentralización administrativa a la libérrima disposición de unas Cortes, Gobierno, y Tribunal Constitucional, donde siempre mandarán los españoles y nunca mandarán los catalanes.
UN REFERÉNDUM, QUIZÁ NO PRECEPTIVO PERO QUE QUEDA MONO Y COMBINA CON TODO, LEGITIMARÍA LA NUEVA FARSA
Bastaría entonces con incluir en la Constitución la enumeración de las actuales Comunidades y Ciudades Autónomas (sic) con un título más elevado, al mexicano modo: Estado Libre y Soberano de la República de Andalucía, Estado Libre y Soberano de la República de Aragón, y así sucesivamente hasta completar las 19 con el Estado Libre y Soberano de la República de La Rioja. No se cambiaría nada más. Un referéndum, quizá no preceptivo pero que queda mono y combina con todo, legitimaría la nueva farsa.
Cuando los catalanes quisieran darse cuenta de que les han tomado el pelo habrán pasado 40 años, como con la tomadura de pelo anterior y aún vigente. Ya advirtió Unamuno que siempre serán unos niños porque les ahoga la estética, así que se creerán durante largo tiempo que las nuevas palabras (Estado, Libre, Soberano, República) significan algo por sí mismas, cuando sólo significarán lo que las Cortes, el Gobierno, y el Tribunal Constitucional, donde mandan los españoles, quieran que signifiquen.
Los catalanes continuarán preguntándose, como la perpleja Alicia, que la cuestión es si las palabras pueden significar cosas tan diferentes; y los españoles sabrán, como Humpty Dumpty, que la cuestión es quién sea el amo, y que eso es todo. Que cada Nación haya porfiado en un enfoque tan diferente a lo largo de cinco siglos explica que España sea independiente, y que Cataluña no.

AUTOR: Alfons López Tena

Fuente. CTXT - Público

jueves, 27 de octubre de 2016

Govern, sindicatos y sociedad civil reclaman al Estado el control del sistema ferroviario de Catalunya

Cercanías de Barcelona


El presidente de la Generalitat, la alcaldesa de Barcelona y representantes municipales reclaman el traspaso íntegro de Rodalies y denuncian los problemas que sufre la ciudadanía catalana a causa de la falta de inversión de Fomento. 


LAURA SAFONT @Safucat90

BARCELONA. Las máximas instituciones catalanas y representantes de municipios, patronal, sindicatos, comercio, entidades y sociedad civil se han unido este miércoles para reclamar al Estado el traspaso íntegro del servicio ferroviario de Rodalies y Regionales, cuya infraestructura —trenes, vías, estaciones y catenarias— controla el Estado mientras que el Govern sólo gestiona los servicios y horarios. El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont; la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau y demás portavoces del mundo local han denunciado en el Palau de la Generalitat los problemas a los que se enfrentan a diario los ciudadanos catalanes por la falta de inversión del Estado en las infraestructuras del sistema ferroviario que une los territorios de toda Catalunya.

La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha explicado que "la falta de inversión ha dejado un territorio trinchado" que "ha costado y cuesta vidas humanas a consecuencia de la falta de obras" a las que se comprometió el Estado con el sistema ferroviario de Catalunya. Además, achaca a la falta de inversión del sistema de trenes público los problemas de dinamismo económico, de contaminación y de calidad del aire. "3.500 personas han muerto en el área metropolitana de Barcelona por la contaminación del aire", ha expresado. Colau ha tendido la mano a la Generalitat para exigir el traspaso del sistema Rodalies y ha sentenciado: "Lo haremos mucho mejor".



El conseller de Territorio y Sostenibilidad, Josep Rull, ha avanzado que el próximo viernes el Govern presentará un recurso administrativo contra Adif para que cumpla las inversiones pendientes y garantice un sistema de transporte digno a la ciudadanía de Catalunya. Rull ha defendido durante el acto que "si no funciona la vía administrativa, habrá que recurrir a la vía judicial". El presidente Puigdemont ha enfatizado que “a cada incumplimiento [de Fomento] habrá una respuesta política, judicial o ciudadana” y que hace falta un frente unitario para exigir a la justicia “celeridad, independencia y defensa del bien común”.

Sin embargo, más allá de las denuncias, tanto Rull como el presidente Puigdemont han aclarado que reclaman el traspaso del servicio y que utilizarán todas las vías que sean necesarias para conseguirlo. "Estamos preparados y dispuestos a controlar el conjunto del sistema ferroviario. Es una cuestión de dignidad", ha expresado Puigdemont. El president ha defendido que es el momento de "autogobernarse" y "pasar a la acción unitaria como país".

Para Puigdemont, el acto transversal de este miércoles es la primera “exhibición de unidad hasta el objetivo final: el control de todo el sistema ferroviario”. Rull ha puntualizado que el acto institucional estaba enfocado en las personas, ya que son las únicas afectadas por las ineficiencias del servicio ferroviario. Según el conseller, “en los últimos cuatro años se han producido 1.500 incidencias vinculadas a la infraestructura, por las que 5,6 millones de personas se han visto afectadas”. Además, como ha informado, mientras que este año el sistema de Ferrocarrils Catalans de la Generalitat (FCG) consigue una puntualidad del 99,2%; el sistema de Rodalies desciende a un 88% y el de Regionales a un 40%.

En el acto han participado titulares de la Asociación Catalana de Municipios (ACM) y de la Federación de Municipios de Catalunya (FMC), así como portavoces de las diputaciones catalanas y de las cámaras catalanas de comercio. También han estado presentes los portavoces Jordi Cuixart y Jordi Sánchez de las entidades soberanistas Òmnium Cultural y la Asamblea Nacional Catalana (ANC). Y como parte de la sociedad civil han asistido representantes de diversas entidades en defensa del transporte público, como la Asociación para la Promoción del Transporte Público (PTP).

Fuente: Público.es

martes, 18 de octubre de 2016

¿Hay manera de evitar el choque de trenes?



Marià de Delàs

Una parte muy importante de la sociedad catalana se moviliza desde hace años para reivindicar un derecho elemental, el de autodeterminación.

No faltan gentes que, dentro y fuera del territorio catalán, ignoran o menosprecian esa evidente realidad. Otros reconocen el fenómeno, pero niegan a Catalunya su condición de nación. Afirman que el pueblo catalán no existe ni puede existir como sujeto político soberano. Es más. Algunos cuestionan incluso la existencia de algo que pueda identificarse como pueblo catalán. En estas condiciones, el diálogo entre unos y otros es difícil. No hay nada imposible, pero es difícil, porque unos afirman con rotundidad lo que otros niegan taxativamente.

Debe ser ese el motivo por el cual los partidos autodenominados ‘constitucionalistas’ hablan del “problema catalán”, pero no muestran el menor interés en buscar soluciones ni en explorar si existe algún margen de negociación entre el Gobierno central y el de la Generalitat.

La política del Gobierno ha quedado prácticamente reducida a la administración de créditos, a las actuaciones a través de la fiscalía, las querellas y la guerra sucia contra políticos catalanes secreta y torpemente ejecutada desde el ministerio de Interior.

Los gobernantes del PP dan casi cada día sobradas muestras de su voluntad de ‘resolver el problema’’ por la vía del sometimiento, a cualquier precio. Las últimas decisiones resultan particularmente llamativas. La Fiscalía que ordena una querella contra la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, por “prevaricación y desobediencia”, pide el mismo día el archivo de la que se presentó contra el ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, por la conspiración en la que participó contra sus adversarios políticos, tal como se puso de manifiesto en las conversaciones reveladas por Público.

Frente a esta actitud, buena parte de los que reclaman el reconocimiento del derecho del pueblo catalán a decidir por sí mismo sobre sus asuntos exhiben el imponente respaldo social e institucional con el que cuentan, y manifiestan, con una contundencia inusual en anteriores décadas, que su propósito es firme, que Catalunya tomará sus decisiones con independencia de lo que dispongan gobernantes e instituciones del Estado. No parecen nada dispuestos hoy en día a cambiar de plan.

Así las cosas, parece como si el Gobierno no contemplara otro escenario que el de la imposición para dar con una ‘solución definitiva’. Si hubiera que hacer caso de las declaraciones y decisiones que se conocen, el llamado choque de trenes parece garantizado. Todo indica que el PP seguirá gobernando en los próximos años y que no se moverá de su actitud del todo intransigente, con el apoyo natural del otro partido de la derecha española, Ciudadanos, y de un sector significativo del PSOE, que hoy descarta cualquier posibilidad de entendimiento con lo que tiene a su izquierda y, por supuesto, con partidos independentistas de cualquier obediencia social y política.

Soberanistas e independentistas, mientras tanto, siguen enredados en una disputa sobre la manera de hacer posible que el pueblo catalán pueda pronunciarse en las urnas sobre su futuro. Y lo hacen de una manera bastante absurda, porque se descalifican mutuamente con rotundidad, como en tantas ocasiones, como si solo se tratara de una disputa de territorios, sin tener en cuenta que los argumentos de unos y otros dejan en el aire incógnitas por resolver.

Unos, independentistas de todo color social, aprueban formalmente textos sobre la “desconexión”, la creación de estructuras de un nuevo Estado, la “sustitución de una legalidad por otra” y la celebración el año que viene de un referéndum vinculante, con efectos jurídicos, pase lo que pase, sin explicar cómo piensan hacer frente, por ejemplo, al poder coercitivo del ministerio de Hacienda sobre todos los ciudadanos, entre ellos los catalanes; O a la disciplina que puede imponer la Administración central sobre los funcionarios que trabajan en Catalunya.

Los otros, soberanistas a secas, coinciden con una parte del independentismo, el de izquierdas, en que la soberanía ha de hacer posible que el pueblo defienda sus derechos elementales, sociales y políticos, pero sostienen que el deseado referéndum de autodeterminación sólo se puede realizar previo reconocimiento internacional y tras la formalización de un acuerdo con el Estado español, sin reconocer que eso, en la práctica, dicho así, en las circunstancias actuales, equivale a renunciar a que se realice esta consulta en un plazo razonable, a no ser que planteen el tema como una pura reivindicación histórica que algún día, no se sabe cuándo, quizás, sus nietos puedan ver satisfecha.

Puigdemont se pronunció hace una semana en Madrid en favor de una solución política, de las que se tratan en los parlamentos y en las mesas de negociación, en contraposición a quienes “lo fían todo a fiscales, jueces y policías corruptos, a los que se ha encomendado el Gobierno”, pero fue el propio President de la Generalitat el que pocas horas antes había asegurado que el referéndum se celebraría en cualquier caso el año que viene, y que cuando eso ocurra “sólo quedaría invitar al Estado español a reconocer los resultados”.

A nadie se le escapa que una convocatoria a las urnas formal exige un censo, un presupuesto, una organización y un reglamento que funcione y dé garantías al mundo de que el resultado es fiable. Conseguir todo eso, con la oposición del gobierno de Madrid, no parece cosa sencilla.

Puigdemont dio a entender que su equipo tiene ases en la manga y que lo que no hará es explicarlos al adversario, para no ponerle las cosas fáciles, pero en cualquier caso la conquista de la soberanía requiere algo más que jugadas astutas. La historia demuestra que hace falta mucho más que astucia y valor.

Unos y otros, independentistas y soberanistas a secas, saben que nada de lo que proponen es posible sin forzar las cosas de alguna manera, sin conseguir triunfos serios y visibles, sin poner en aprietos al Gobierno central por la vía de los hechos. Triunfos que permitan pensar en un nuevo cambio en el mapa político español, que modifique sustancialmente las actitudes.

La reacción intransigente del Gobierno central frente a municipios que este año, como vienen haciendo desde hace tiempo, se han negado a considerar festivo el “día de la hispanidad”, la ‘invalidación’ de resoluciones del Parlament, la decisión de llevar a los tribunales a dirigentes catalanes por su actividad política, el papel asignado al Tribunal Constitucional para restringir las competencias de la Generalitat, junto a la inexistencia absoluta de propuestas para el diálogo, permiten hacerse una idea sobre la ciega disposición del Ejecutivo ante una posible colisión entre instituciones, como si los actuales gobernantes tuvieran la certeza de que su maquinaria no sufrirá desperfectos.

En política todo es mucho más ‘cutre’ de lo que se supone y lo más probable es que el Gobierno haya calculado mal los efectos de un choque de trenes, o que no haya realizado siquiera una simple estimación, pero independentistas y soberanistas a secas harían bien en abandonar discusiones estériles sobre si es transitable o no la vía de la unilateralidad o sobre si hoy es posible un acuerdo con el Estado para que Catalunya pueda ejercer su derecho a la autodeterminación. De momento, cada vez que alguien lo reclama, el Gobierno pone en marcha la máquina de golpear con el “peso de la ley”, como si fuera delictivo el planteamiento pacífico de esa reivindicación indiscutiblemente democrática.

Harían bien en intentar ponerse de acuerdo en torno a una estrategia común para hacer frente a esa realidad.
Fuente: Público.es

miércoles, 21 de septiembre de 2016

Una izquierda en la encrucijada



Pasqual Esbrí
Rebelión

Por utilizar una metáfora, podría decirse que las aguas bajan turbias en lo que respecta a la izquierda en Cataluña. La situación frentista promovida por el nacionalismo, la ha cogido con el paso cambiado. No es esto ningún reproche. Secularmente, y en cualquier país, la izquierda ha basado su acción política en la lucha social, asumiendo como premisa mínima la existencia de la confrontación de clases, a resolver o no de forma pacífica.
Es innegable que como consecuencia de la desaparición del bloque socialista, las fuerzas progresistas iniciaron una larga travesía del desierto. No obstante, periódicamente, han ido aflorando situaciones puntuales, que hacían reverdecer viejos ideales y esperanzas. Sin lugar a dudas, el 15M fue uno de esos momentos. En Barcelona, el citado movimiento puso contra las cuerdas al gobierno catalán, a causa de su política de recortes, al tiempo que hacía saltar todas las alarmas en el campo nacionalista: ninguna de sus premisas aparecía recogida por los indignados, ni siquiera la lingüística, con unas asambleas en las que el castellano predominaba abrumadoramente. Tan solo en sus estertores, se consiguió que al movimiento se le metiera con calzador una nebulosa declaración en favor del derecho de autodeterminación.

Al cabo de un año, más o menos, el 11 de setiembre de 2012, Artur Mas ejecuta un salto en el vacío y se adhiere a la manifestación secesionista convocada. Complementariamente, le plantea un ultimátum a Rajoy (concierto económico) que sabe que no puede ser aceptado, y convoca elecciones anticipadas, en la creencia que iba a salir reforzado. En ese sentido, el fracaso es estrepitoso, pero los réditos en el intento de desmovilización de las reivindicaciones sociales, y construcción de una utopía interclasista, fabulosos. La izquierda en Cataluña se enfrenta de golpe y porrazo con unas condiciones en las que el eje social de lucha es sustituido por un supuesto eje “nacional”. Y surge la pregunta: ¿Qué hacer?

Me permitiré ahora un inciso. ¿Realmente fue tan determinante la crisis económica y sus consecuencias? ¿La operación interclasista que implica la propuesta de secesión, se hubiera dado en cualquier caso? Por supuesto que sí. El nacionalismo no podía dejar pasar una fecha fetiche como la de 2014, sin aprovecharla. Es una posibilidad que tan solo se da cada 100 años. Además, había el valor añadido de la sentencia contra el estatuto. Y aquí surge una pregunta: ¿fue todo ello fruto de la casualidad? No lo creo. Hasta el más pintado sabía que el citado estatuto, en su integridad, era inasumible. Luego, venía de perlas que el TC se lo “cepillara” en vísperas de la citada fecha fetiche. Y por azares de la historia, la reivindicación separatista coadyuvaba a desmovilizar el movimiento de indignación ante la política de recortes.

Volvamos al ¿qué hacer? En esas condiciones ¿cuál se suponía que debía ser la actitud de la izquierda? Cualquier observador externo diría que bregar porque el eje social no quedara desplazado. ¿Es lo que se hizo? En absoluto. Que las condiciones objetivas no eran fáciles, es evidente; pero si además te dejas arrastrar por ellas, sobreviene la catástrofe. Y en ella estamos.

La izquierda en Cataluña se mantiene inamovible en lo que respecta a su prevención de, antes que todo, no ser “patrióticamente” sospechosa. ¿Las consecuencias? Tenemos un PSC que se ha especializado en dar bandazos. Una ICV a la que desde 2012 le crujen las cuadernas, dadas las tensiones internas entre secesionistas y federalistas. Entre paréntesis, esto muestra hasta qué punto en dicha organización, que se pretende heredera del PSUC, los cuadros procedentes de la clase trabajadora han sido desplazados por los de la pequeña burguesía. Solución que se adopta: proyectar sus contradicciones sobre la sociedad civil. Y si nos vamos más allá en el espectro políticamente zurdo, nos encontramos desde el nacionalestalinismo de algunos sectores de EUiA, a la ingenuidad de otros, que siguen aferrados al principio de autodeterminación de los pueblos, como si Cataluña fuera una colonia o un pueblo oprimido. Situación que, de ser así, debería compatibilizarse con que sea la sede de dos de las más importantes entidades financieras españolas.

Y como éramos pocos…Hay sesudos analistas que defienden que Podemos es el resultado directo del 15M. Particularmente, considero que (parafraseando) aquellos polvos no se merecen estos lodos. Es innegable, además, que en Cataluña la cosa se complica con el caso Colau.

En unos años el fenómeno personalista que supone doña Ada Colau, se estudiará en los manuales de ciencia política, independientemente de cuál sea su término. Es bastante aparente que la señora Colau y su guardia pretoriana municipal (Pissarello, Assens) o extramunicipal (Domènech) han conseguido anular a ICV (¿alguien ha visto sus siglas en la prensa últimamente?), prolegómeno de la OPA hostil en ciernes. Por otra parte, la postura soberanista de cualquiera del referido grupo es cada vez más radical, en los lindes del secesionismo. Pero eso sí, por si acaso nuestra primera edil, nada y guarda la ropa, dejando a sus pretorianos dar la cara. Ella se manifiesta el 11S, pero difuminada entre la multitud, con cara de “yo pasaba por aquí y…”. Natural. No tiene todavía claro quién va a cantar las 40, y si en bastos o en oros.

El año que tenemos por delante (en Cataluña los años no empiezan el 1 de enero, sino el 11 de setiembre) puede ser de infarto. La pulsión nacionalista, como la sexual, se puede alargar, pero no indefinidamente. El secesionismo necesita de un golpe de efecto que, tal y como va dejando claro Puigdemont, no puede ser otro que unas nuevas elecciones, que serían “constituyentes”. ¿Qué puede salir de ellas? Las cosas no pintan bien para el nacionalismo. CDC, o como llegue a llamarse, está en situación de coma inducido y puede literalmente desaparecer. Y no es nada evidente que su electorado se pase en masa a ERC o, todavía menos, a la CUP. Con lo cual el objetivo frustrado el 27S de obtener mayoría de escaños y votos podría volver a darse, salvo…

Vamos a ver. ¿Por qué un soberanista no va a estar de acuerdo con unas elecciones “constituyentes”? Como dijo la señora Colau, luego es cuestión de ver si se opta por la independencia, la federación o la confederación. No hace muchos días Xavier Domènech publicaba en La Vanguardia un artículo que, a pesar de ser un cúmulo de tópicos, dejaba muy claro el carácter soberanista del tinglado que se pretende montar a mayor gloria de la alcaldesa de Barcelona. O sea que, si no cambian demasiado las circunstancias, el nuevo partido colauista podría ser un caballo de Troya, a fin de conseguir para el llamado “soberanismo” la ansiada mayoría en votos y escaños. ¿Por qué? Porque todo apunta a que va a arrinconar totalmente la ambivalencia mantenida por ICV o por Catalunya Sí que es Pot, hasta el momento. Hoy mismo (17/09/16) Marta Pascal aseguraba en La Vanguardia que en el nuevo supuesto Estado habría dos fuerzas políticas determinantes, PDC y Podemos-Colau. En lo que respecta al PDC, la pretensión resulta utópica. Lo realmente importante es que se cuenta ya con el núcleo Colau para la organización política del nuevo Estado. Será interesante ver si en los próximos días los aludidos callando, otorgan.

Cada vez parece más evidente que lo que tenemos ante nosotros no es un proyecto regenerativo de la izquierda en Cataluña, sino un plan concebido para anular, a medio plazo, cualquier voz disidente no secesionista, dentro de ese espectro político. En ese sentido, la responsabilidad de ICV y de Podemos (¿son conscientes de lo que representa Fachín?) es tremenda. Vamos a ver si se puede esperar algo sensato de ellos. Sensato en el sentido de analizar las consecuencias del referido panorama; consecuencias que podrían ser por supuesto que el gobierno español no se quedara, ni mucho menos, con los brazos cruzados ante el intento de sedición. Y con la que está cayendo en la Unión Europea, pensar en una mediación, que favoreciera la secesión, es desvarío. Más probable sería la aquiescencia.

En un título de Henry Kamen, recientemente traducido (España y Cataluña. Historia de una pasión, La Esfera de los Libros, Madrid, 2015), el autor resalta la ceguera de las élites austracistas catalanas, con respecto a la situación europea, después del Tratado de Utrecht. La citada ceguera llevó a un sacrificio inútil de vidas y recursos. ¿Se trata de repetir el error? Por supuesto que no estoy evocando la posibilidad de una situación bélica, pero sí de una fractura social que pudiera prolongarse por generaciones, además de las nefastas consecuencias políticas.

FUENTE: REBELIÓN

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

viernes, 9 de septiembre de 2016

Galicia y Euskadi entran en campaña flanqueadas por la tensión catalana

El lehendakari vasco Iñigo Urkullu y el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo (David Aguilar / EFE)



El CIS predice un PP fuerte en Galicia y un PSOE muy débil en el País Vasco
Galicia y Euskadi entran en campaña flanqueadas por la tensión catalana


 ENRIC JULIANA, Madrid

Galicia, Euskadi y Catalunya, las tres nacionalidades que la Constitución reconoce pero no nombra, enmarcan el confuso momento español tras ocho meses de irresoluble interinidad. Gallegos, vascos y catalanes hornearán este mes de septiembre el “caso España”. Un país perdido en el interior de sí mismo después del derrumbe de la turboeconomía y del hedonismo a crédito.

En Galicia se puede decidir la suerte de Mariano Rajoy. En Euskadi se pondrán a prueba la solidez del Partido Nacionalista Vasco y la capacidad de resistencia de Pedro Sánchez. Y en Catalunya, la Diada del próximo domingo medirá la robustez del reclamo independentista después de cinco años consecutivos de movilización social sin precedentes.

El Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) dio a conocer ayer su pronóstico. Las encuestas no atraviesan su momento de mayor prestigio en España. Se han publicado demasiados sondeos en los últimos meses, algunos medios de comunicación les han querido dar un enfoque excesivamente indicativo y casi todos los estudios demoscópicos se equivocaron significativamente en las elecciones del 26 de junio. Hay empacho de encuestas, pero el sondeo electoral del CIS sigue siendo un punto de referencia.

Fotografía: el Partido Popular sale con fuerza en Galicia y el PSOE puede desplomarse en Euskadi. Mariano Rajoy superaría la prueba de esfuerzo. El feudo de Galicia resiste. En las nueve elecciones autonómicas que hasta la fecha se han celebrado en Galicia, el PP (antes AP) sólo ha perdido una vez, en 2005, como consecuencia de la terquedad de Manuel Fraga, que no quería retirarse, cumplidos los 80 años. El actual presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, es un candidato sólido, pese a su problemático álbum de postales marineras. Si Núñez Feijóo consigue revalidar la mayoría absoluta con más de 40 diputados (necesita 38), se consolidará como uno de los más sólido aspirantes a la sucesión de Rajoy al frente del PP. Si ello ocurre, no todo serán sonrisas de satisfacción en la calle Génova y en el ala oeste de la Moncloa.

Un hundimiento del PSOE en Euskadi, acompañado de un discreto resultado en Galicia –ese es el pronóstico del CIS para los socialistas– sería un notable contratiempo para Pedro Sánchez. De derrota en derrota hasta la victoria final. Sánchez tendría mayores dificultades para mantener en pie su arriesgada aventura de doble fondo. Una aventura que consiste en intentar construir una difícil mayoría alternativa, para acabar empujando a España a unas delirantes terceras elecciones, que Rajoy también desea, aunque afirme lo contrario.

El derrumbe del socialismo vasco podría poner en peligro los objetivos básicos de Sánchez y su pequeño círculo de confianza: mantenerse en la secretaría general del PSOE con el apoyo de la militancia (“El hombre que le dijo cincuenta veces no a Mariano Rajoy”) , dejar a Susana Díaz en el apeadero de Triana e intentar un mayor desgaste de Podemos y Ciudadanos, provocando que los jóvenes manden la política a paseo en diciembre. Es una estrategia con mucho riesgo. El PSOE también podría ser víctima de la desbandada y del hartazgo. Los datos del CIS sobre la intención de voto socialista en Euskadi y Galicia no son un buen indicador. Los muelles del socialismo parecen seguir flojos. La tenaz Operación Sánchez podría concluir con una seria derrota de toda la izquierda, un bajón de Ciudadanos, y con el Partido Popular en puertas de la mayoría absoluta, después de haber quedado reducido a 123 diputados en diciembre. Espectacular. El caso sería estudiado en las facultades de ciencias políticas de todo el mundo.

Más detalles de la fotografía del CIS. El Partido Nacionalista Vasco volverá a ser el primer partido de Euskadi. Para gobernar puede necesitar más de un apoyo parlamentario, pudiendo verse obligado a recurrir al PP. Pero no se halla ante un cuadro angustioso. No es fácil que el PNV quede en manos de Rajoy. El Podemos vasco podría empatar con Bildu, disputándose ambos el segundo puesto. La Marea gallega (compleja agregación de nacionalistas de izquierda con Podemos e Izquierda Unida) no está tan alta como el pasado mes de diciembre, de manera que se perfila un empate con el PSOE. Ciudadanos va en camino de quedar fuera de los parlamentos de Vitoria y Santiago. Mala noticia para Albert Rivera, el hombre que hoy más teme que el actual pastel concluya con unas increíbles terceras elecciones generales en diciembre. Pablo Iglesias ha encontrado una buena candidata en Euskadi –Pilar Zabala– y en Galicia ha tenido que aceptar la ley de Xosé Manuel Beiras. Podemos es ­fuerte y débil a la vez. Y ahora abren una lucha de corrientes en Madrid.

Galicia y Euskadi serán observadas con lupa y eso siempre gusta al objeto observado. Al ser estudiada, la partícula modifica su comportamiento, dice la física cuántica. España, país de jacobinismo fracasado, tiene algo de eso. El voltaje máximo está ahora en Catalunya, que también siente la pasión del objeto observado. “El mundo nos mira”, dice uno de los lemas más celebrados del soberanismo.

ENRIC JULIANA
Madrid

Fuente: La Vanguardia

sábado, 23 de julio de 2016

Catalanes en Madrid


Xavier Domènech



Editorial

La Vanguardia

Un político catalán, Albert Rivera, líder de un partido de ámbito general español con sede central en Barcelona, ofrece su abstención para que Mariano Rajoy forme Gobierno...

Un político catalán, Albert Rivera, líder de un partido de ámbito general español con sede central en Barcelona, ofrece su abstención para que Mariano Rajoy forme Gobierno. Xavier Domènech, joven profesor de historia nacido en Sabadell, diputado de En Comú Podem, intenta presidir el Congreso de los Diputados, apoyado por los 71 escaños de Unidos Podemos. De la mano de Francesc Homs, los diputados de Convergència Democràtica de Catalunya prestan unos cuantos votos al Partido Popular en la votación de la Mesa del Congreso. En la operación también participa el Partido Nacionalista Vasco. Los populares exhiben capacidad de pacto, más allá de Ciudadanos. A cambio, CDC, en pleno proceso de refundación, se asegura grupo parlamentario propio e indica una clara disposición a no mantenerse al margen del nuevo tablero político español. El vicepresidente económico de la Generalitat, Oriol Junqueras, líder de ERC, se reúne en Madrid con un grupo de destacados empresarios españoles y es recibido por segunda vez en la Moncloa por la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, esta vez acompañada por el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro. La Generalitat es autorizada a formalizar operaciones de deuda a corto plazo por valor de 6.854 millones de euros. En la conferencia de prensa posterior al Consejo de Ministros, la vicepresidenta Sáenz de Santamaría defiende que Barcelona pueda acoger la Agencia Europea del Medicamento (hoy en Londres) y afirma que Barcelona es la “segunda capital de España”.

Esta interesante secuencia de acontecimientos se ha producido en menos de diez días. Todos los partidos catalanes, con la única excepción de la CUP, trabajan para tener presencia en la política española. Esquerra dice estar de paso, pero su líder amplía la comunicación con el Gobierno y procura ser conocido por la élite empresarial española. A su vez, el Partido Popular rompe el “cordón sanitario” que mantenía aislados a los soberanistas catalanes y pacta en secreto un prés­tamo de votos en el Congreso. El Gobierno relaja las relaciones con la Generalitat y lanza un mensaje hasta ahora desconocido en el vocabulario de la derecha: “Barcelona, segunda capital de España”. ¿Quién dijo desconexión?

Evidentemente, las cuestiones de fondo subsisten y el Govern de la Generalitat mantiene viva la “hoja de ruta hacia la independencia”, pendiente de la cuestión de confianza que el president Carles Puigdemont afrontará en septiembre. Estamos ante un momento interesante. Por un lado vemos evidentes movimientos de “reconexión”; por otro, el programa de la “desconexión” se prepara para una validación parlamentaria. Puede parecer contradictorio, pero quizá no lo sea tanto. Cuando las posiciones maximalistas entran en un callejón sin salida, las maniobras para salir del atolladero suelen ser enrevesadas y complejas. Esto es lo que está pasando en Catalunya. Ajuste de posiciones catalanas en el tablero español y continuidad nominal de la agenda soberanista. Matices interesantes también en la última encuesta del Centre d’Estudis d’Opinió de la Generalitat. Hay más catalanes a los que les gustaría que Catalunya fuese independiente (47%) que contrarios a esa idea (42%), y a la vez el bloque independentista perdería diputados y podría quedar por debajo de la mayoría absoluta en caso de elecciones. Todo se mueve. Y mucho más que se va a mover.

Fuente: La Vanguardia

lunes, 4 de julio de 2016

Referéndum catalán, ¿qué referéndum?



En cualquier caso, el problema seguirá pendiente y exigirá, antes o después, una solución adoptada democráticamente por ambas partes.Y no debe aplazarse demasiado.
Carlos Jiménez Villarejo - Miembro de Federalistes d'Esquerres
Estamos ante un debate abierto, derivado de la formación de un amplio movimiento ciudadano, de dimensiones aún inciertas, que reclama la "desconexión" de Catalunya con España, es decir, la independencia. Movimiento, hoy aglutinado en la coalición de Junts pel Sí -una especie de "gran coalición" a la catalana como la calificó el actual diputado socialista Manuel Cruz- con el apoyo de la CUP, que se hizo con el Gobierno de Catalunya en las elecciones autonómicas del 27S, aparentando un supuesto plebiscito y a través de posteriores pactos tan insólitos como espurios.

Paralelamente, la izquierda catalana, que podríamos resumirla en la coalición de En Comú Podem, reclama un referéndum como cauce para expresar lo que denominan derecho a decidir. Derecho que, con mayor precisión, sería el llamado derecho de "libre determinación", según el Art. 1º de los Pactos de Nueva York de Derechos Civiles y Políticos. Referéndum que, a juicio de X. Doménech, es un instrumento "estratégico" para resolver la construcción de una España plurinacional frente al secesionismo "excluyente".En definitiva, es una forma constitucional de participación "directa" de la ciudadanía en un asunto de gran trascendencia.

Sin embargo, aquí comienzan los interrogantes. Sobre quien habría de convocarlo, los requisitos formales de tal convocatoria y el ámbito territorial de su ejercicio. Siempre dentro del ordenamiento democrático, vigente o reformado. Pero, dado el resultado electoral del 26-J, el cumplimiento de dicha propuesta es cada vez más problemático. En primer lugar, debe excluirse que pueda convocarlo el Gobierno de Catalunya pues la LLei 4/2010, de consultas populares por vía de referéndum, por imperativo del Art. 122 del Estatuto vigente, solo puede hacerlo sobre materias incluidas "en el ámbito de las competencias" de la Generalitat.Es más, en dicha LLei se afirma "que el objeto de las consultas populares no puede ir, en ningún caso, en contra de las facultades que la Constitución y el Estatuto reconocen a las instituciones de la Generalitat". No puede estar mas claro.

Es evidente, sin la menor duda, que el derecho a la "libre determinación" de un pueblo de España, con independencia de no estar incluido en la Constitución- que no es una cuestión menor-, constituye una "decisión política de especial trascendencia" que la Constitución admite que pueda consultarse a los ciudadanos. Con dos condiciones, es competencia del Gobierno del Estado previa autorización del Congreso de Diputados y la consulta tiene un carácter "consultivo". Es cierto que el Art. 150.2 de la Constitución admite "transferir o delegar" a las CCAA competencias de "titularidad estatal".Pero lo hace con una condición, que las materias objeto de delegación "por su propia naturaleza sean susceptibles de transferencia o delegación".

Y, con fundamento, dudamos que el ejercicio de aquel derecho sea delegable en el Gobierno catalán, dada su acreditada falta de imparcialidad y neutralidad ante este proceso que exige no "influir, en ningún caso, sobre la orientación del voto de los electores" como prescribe la Ley Electoral.Desde luego, para nada pensamos en la "indisoluble unidad de la Nación española".Por el contrario, solo tenemos presente, además de razones de vinculación histórica, social y cultural, exigencias de solidaridad entre todos los pueblos de España que expresa con toda nitidez el Preámbulo de la Constitución:"Proteger a todos los españoles y pueblos de España en el ejercicio de los derechos humanos, sus culturas y tradiciones, lenguas e instituciones".Porque la nación, ya sea la española-que es la suma de varias-,la catalana o cualquiera otra no será nunca la condición sine qua non para el pleno disfrute de los derechos humanos.

Lo que sí parece evidente es que la competencia estatal para la convocatoria de un referéndum puede abarcar a la totalidad del territorio o a partes del mismo. Así se desprende de la Ley de 1980.Entre otras disposiciones, dispone que la convocatoria se publicará "en los Boletines Oficiales de todas las provincias españolas o de las Comunidades Autónomas y de las provincias afectadas por la celebración de aquel" (referéndum).Igualmente, cuando regula el régimen del sufragio se refiere al "ámbito que corresponda a la consulta". Preceptos que se complementan con lo dispuesto en el Art. 17.3 de la Ley que admite la posibilidad de que "el referéndum afecte mas de una provincia" o en el Art. 18.3 que admite la celebración del mismo "en el ámbito de una Comunidad Autónoma".Preceptos que permiten concluir que el Gobierno del Estado, con los requisitos ya expuestos, podría convocar un referéndum solo en Catalunya.

Este es el marco legal vigente y, por tanto, el único aplicable, salvo que fuera reformado por una mayoría absoluta del Congreso de Diputados. A tenor del mismo, sería necesario que cuando los dirigentes políticos mencionados apelen a la vía del referéndum lo hagan conociendo sus actuales limitaciones. En cualquier caso, entre las opciones para abordar la crisis política que vive Catalunya, como una reforma constitucional de dotase al Estado de una estructura federal, el referéndum es una opción legítima, aunque generaría tensiones indeseables, para conocer de forma directa, precisa y concluyente la voluntad de los ciudadanos. Pero el previsible futuro Gobierno del PP en España puede dificultar gravemente o, incluso impedir dicha vía para decidir el futuro de la relación de Catalunya con España. En cualquier caso, el problema seguirá pendiente y exigirá, antes o después, una solución adoptada democráticamente por ambas partes.Y no debe aplazarse demasiado.

Fuente: eldiario.es

viernes, 1 de julio de 2016

Triunfo de la derecha y sin sorpasso en la izquierda


 




Nunca sabremos si el brexit torció definitivamente la tendencia en estas elecciones, pero dada la unanimidad al respecto de todas las encuestas previas al brexit (en el sentido de la polarización PP - UP en perjuicio de PSOE y C´s con el consiguiente sorpasso por la izquierda) hay indicios para pensar que el referéndum británico ha tenido un doble efecto, más influyente de lo que se reconoce.
Por un lado la gran incertidumbre –más económica que política– que introdujo el brexit invitaba en las almas más timoratas a los valores refugio conocidos, propios del bipartidismo y dentro de un “más vale lo malo conocido…” aunque huela: PP (sube 14 escaños respecto al 20D) y PSOE (baja 5 pero se aleja de la debacle anunciada).
Por otro lado la alta abstención esperada -por el cabreo general con la incapacidad para formar gobierno- al final solo ha sido de tres puntos más que en el 20D. Ha entrado el pánico y no ha habido una abstención anormal y el sentido del voto de un sector significativo ha decidido a última hora no experimentar. Por eso C’s no ha subido sino que ha bajado ligeramente (1%) mientras D’ Hondt hacía el resto para que descendiera 8 escaños. Pero lo más llamativo es que aun manteniendo escaños, Podemos+IU ha perdido un millón de votos respecto al 20D, una parte del cual ha ido a darle otra oportunidad a PSOE quien retiene el % del 22D aunque hayan perdido 127.000 votos y 5 escaños. Algo parecido pero mejor le ha ocurrido al PSE en Euskadi.
Ambos, la izquierda y centro-izquierda, pagan la factura de no haberse entendido, cuestión en la que tiene más responsabilidad Sánchez que Iglesias. Sumando todo el voto de izquierda y centro izquierda a escala española prácticamente es igual al de la derecha y centro derecha pero la aritmética no convierte en familia a quienes estando en el mismo campo se construyen frente a frente.
Digan lo que digan, lo que ya no será igual es el bipartidismo: 323 escaños de 350 (92%) en 2008 y tan solo 8 años después suman 222 (63%). Ni tampoco hrmos recalado en el monopartidismo. Rajoy no tiene mayoría absoluta para gestionar un Estado a su antojo.
Aritméticamente podría darse una gran coalición PSOE, UP, PNV, ERC, CDC y CC (179 escaños) pero parece difícil imaginarse una gestión de ese conglomerado que, por fuerza, debería abordar cuestiones nacionales y no parece que el PSOE actual y sus barones patrióticos estén por la labor. Igualmente es sumamente improbable un Gobierno PSOE+UP+C’s. Por otra parte tampoco le conviene a UP quemarse en gestionar lo imposible que le pasaría factura prematura en lugar de construirse por abajo y programáticamente. Para asaltar los cielos habrá que construir la torre de Babel en la tierra.
Las excepciones han sido Euskadi y Catalunya, países que transitan con más asiduidad por apuestas de riesgo en sus historias y con un nivel de cultura política más alto que la media española. No es casualidad que el éxito de UP y En Comú Podem se dé en ambas comunidades y combine no solo una mirada a la izquierda sino un imprescindible para homologarse reconocimiento de las naciones vasca y catalana. Ambos son elementos sustanciales de su éxito. Recordemos que también son las comunidades más inmunes a los discursos mayoritarios de los media.
Al mismo tiempo el PNV ha demostrado tener un sólido suelo incluso en unas elecciones generales, mientras que EH Bildu, aunque va adaptándose discursivamente al nuevo contexto, no termina de encontrar su propuesta y un nuevo electorado que renueve su espacio tradicional.
Hay mucha decepción entre seguidores de Bildu: 32.000 votos menos en Hegoalde y solo un 53,5% de lo que consiguió en la CAE en las EEGG de 2011. Pero el discurso de que no hay nada que hacer en y con España –también lo dice ERC- para refugiarse en lo propio y basándose en las propias fuerzas, tampoco funciona bien ahora mismo, habida cuenta que la primera fuerza en estas elecciones pasadas UP no propugna un Euskalexit. Es un hecho que se ha abierto un proceso de decisión en Catalunya y, a medio plazo, podrá abrirse también en Euskadi, pero es inconcebible que esos procesos culminen sin aquilatar propuestas capaces de seducir a mayorías aquí, y alianzas allí, a escala estatal que puedan neutralizar las concepciones más centralistas.
Bildu que durante años recogió voto solidario ajeno a sus filas más militantes ante las embestidas de un Estado torcido, deberá entender que mucho de ese tipo de voto –incluso de franjas de la sociedad civil- ha tenido ese gesto de solidaridad puntual ahora con UP en unas EEGG en Euskadi que han estado planteadas contra el bipartidismo, de cara a frenar a Rajoy e intentar superar al PSOE. Sin embargo, y aunque haya inercias entre elecciones próximas, estas dos ideas no estarán presentes en las Elecciones Autonómicas Vascas de finales de este año que valorarán, sobre todo, ideas, proyectos, propuestas y gestiones sobre el país que queremos.
En suma ni estas elecciones han sido la 2ª vuelta de las de diciembre pasado ni, probablemente, sean la primera vuelta de las próximas autonómicas. Hay partido

Fuente: Rebelión


Y de nuevo, Escocia.


 'Scotlond', la iniciativa que pretende que Escocia y Londres se independicen del Reino Unido. (TWITTER MICHAEL SHAW)


El ‘Brexit’ será una mina: la independencia de Escocia adquiere glamour europeo

Enric Juliana, Madrid

Andrea Nicastro, enviado del Corriere della Sera a las elecciones españolas, subraya el influjo del Brexit en el 26-J. Es la visión de la escuela italiana, muy acostumbrada a sacarle punta a las noticias del mundo. El lunes, La Stampa de Turín abría con el siguiente titular: “Voto en España. Efecto Brexit”. Hay opiniones divergentes. No todo el mundo está de acuerdo. Veremos qué dicen los sondeos postelectorales.

Es verdad que la mayoría de la gente sigue poco la política internacional, pero hay acontecimientos que transmiten mensajes muy directos. Nadie sabía nada, absolutamente nada, de las tensiones étnicas en Ruanda y el genocidio de los tutsis en 1994 tuvo un tremendo impacto en Europa. La gran mayoría desconocía los intrincados orígenes del mosaico, y el cerco de la ciudad de Sarajevo en 1992 provocó inmediatos sentimientos de solidaridad. ¡Horrores de la Segunda Guerra Mundial mientras la feliz Barcelona celebraba los Juegos Olímpicos! Son muy pocas las personas que en España saben con exactitud las razones por las cuales Siria se halla en guerra civil, pero el drama de los refugiados sirios no deja indiferente a nadie. Con el Brexit ocurre lo mismo. Lo que llega a la gran mayoría es la sensación de que Europa se está rompiendo. El intríngulis inglés es materia reservada para los anglófilos de toda la vida, gente culta, que se hacen cruces del desenlace del referéndum. Para la gran mayoría, lo que ha sucedido en Gran Bretaña es un inquietante aviso. Europa se está resquebrajando. Lo más sólido puede venirse abajo. El certero mensaje de Mariano Rajoy: “No añadamos más incertidumbre a la incertidumbre”. Tres días de noticias apocalípticas antes de acudir al voto. ¡Y tanto que ha influido!

Nicastro, que fue corresponsal en España durante unos años, me hizo el martes la siguiente observación en Madrid: “Está claro que el miedo a la ruptura de Europa impresiona a la gente, pero hay otro hecho vinculado al Brexit que debemos tener en cuenta. Se está generando en toda Europa una opinión negativa sobre los referéndums. Y eso en España remite a la cuestión catalana. A Podemos no le ha ayudado llevar la cuestión del referéndum catalán en su programa. Otro premio electoral para el Partido Popular”.

El mapa parece dar la razón al periodista milanés. Aunque con perdidas, Podemos y sus confluencias han aguantado mejor en los territorios más autonomistas (Catalunya, País Vasco, Navarra, la Galicia costera, Baleares y Comunidad Valenciana), acusando fuertes descensos en Madrid, Andalucía, Extremadura y las dos Castillas.

Puñetazo inglés. Europa en peligro. Más incertidumbre económica. El populismo desbocado. Los referéndums los carga el diablo. Y la súbita reaparición de la independencia de Escocia, adornada ahora con simpatías europeas. El beso de Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea, a la ministra principal Nicola Sturgeon, sucesora de Alex Salmond. Una imagen que ha hecho muy poca gracia al Gobierno español.

La cuestión de Escocia entra por la puerta principal en la política europea, como indudable factor de presión sobre el Gobierno de Londres mientras se negocia la desconexión. La causa de Escocia tiene ahora glamur europeo. He ahí un buen incentivo para que el nuevo Gobierno de España, cuando se forme, abandone el inmovilismo y adopte una posición proactiva sobre Catalunya. El amable recibimiento que ha tenido Sturgeon en Bruselas envía un mensaje al quietista Rajoy: “Lo de Catalunya hay que solucionarlo”.

Va a ser una mina el Brexit.

Fuente: La Vanguardia

jueves, 30 de junio de 2016

Irnos cuanto antes






FERNANDO ÓNEGA

 El presidente Puigdemont dejó ayer helada a la ardiente España con sólo tres palabras: “Irnos cuanto antes”. Había muchos líderes de opinión que daban por agotado el proceso y pensaban que la desconexión había emprendido el camino de un lejano aparcamiento. Parecía haberse establecido (no acordado) una tregua tácita hasta la Diada y la cuestión de confianza, y el señor Rajoy podía afrontar su investidura sin la presión de Catalunya. Incluso hubo quien sugirió que, si Convergència o como se llame en septiembre es de ideología conservadora, podría volver a ser uno de los socios para garantizar la gobernabilidad de España, como en los buenos tiempos del contigo pan y cebolla de Jordi Pujol.

Ya no. El proceso puede estar debilitado, pero basta una chispa surgida de algún despacho estatal para que se incendie el edificio. En los últimos días han coincidido tres episodios: la filtración de parte de las conversaciones entre Jorge Fernández y Daniel de Alfonso, el proceso judicial contra Artur Mas, Rigau y Ortega y el Brexit, que pone sobre la mesa el papel de Escocia y su petición de negociar directamente con Bruselas. Es como si el destino hubiera decidido hacer coincidir los tres grandes resortes del independentismo: el des­cubrimiento vergonzante de las cloacas, la “opresión” de la legalidad española y la integración en la Unión Europea al margen del Estado. La tregua se terminó, y terminó con una solemne declaración de hostilidades: “En un Estado así no podemos durar mucho tiempo más”.

Ese es el cambio de orientación en las relaciones Catalunya-Estado. Apenas quince segundos de discurso alteran la paz, que tenía que ser sólo aparente para desembocar en esta declaración de hostilidad. Me gustaría decir en uso de la libertad que me brinda este diario que todo es exagerado; que la igualdad ante la ley no es sólo procesar a miembros de la familia real, sino a quien comete una ilegalidad, pero los independentistas entienden que las leyes españolas, si son restrictivas, no tienen validez en Catalunya. Me gustaría intentar el razonamiento de que no conocemos íntegras las conversaciones de Fernández Díaz y De Alfonso y la cautela recomienda prudencia antes de proclamar antisistema al ministro, pero es una sentencia ya dictada en el ámbito político y mediático. Y me gustaría subrayar que no es lo mismo una Escocia en un Estado que rompe con la Unión Europea que una Catalunya que rompa con un Estado que sigue en la Unión, pero Escocia vuelve a ser el gran reclamo del nacionalismo catalán.

He ahí los tres grandes instrumentos para la discordia. Como de costumbre, la razón legal es de quienes defienden las acciones del Estado. Pero la fuerza dialéctica –¿demagógica, quizá?– es de quienes se quieren marchar, también como de costumbre. Ahora falta saber si el Catalexit se debe, como en el caso de Cameron, a motivos personales y de partido del señor Puigdemont.
Fuente: La Vanguardia

viernes, 24 de junio de 2016

Los informes fantasma de Fernández Díaz: del borrador de la UDEF al dosier PISA

Fernández Díaz ve difícil que en España se cuelen yihadistas entre refugiados


  • La guerra sucia contra el proceso independentista y Podemos no se entiende sin la publicación en algunos medios de documentos anónimos de origen policial

Abrió el frente mediático un supuesto "borrador" de la UDEF que la unidad nunca asumió y que, como otros dosieres, nunca llegó a un juzgado 
De la denominación "informe de inteligencia" se pasó a reconocer como autora a una unidad secreta de la Dirección Operativa que quiere emular al CNI




"Eso sí, los funcionarios de turno, el periodista gacetillero que está siempre por ahí, el amigo del fiscal... Muchas veces, cuando lo publicas, generas una presión mediática que al final haces que cosas que interesan, lo tengan". La frase del ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, en la conversación grabada con el director de la Oficina Antifrau, Daniel de Alfonso, evidencia que uno de los pilares de las maniobras policiales contra la oposición de toda la legislatura han sido los medios de comunicación.

Para adivinar la intención de esos informes "de inteligencia", sin firma, bastaba con observar las fechas en las que se publicaban, siempre en vísperas de acontecimientos del proceso soberanista en Cataluña, o como el informe PISA contra Podemos, en plenas negociaciones para la formación de Gobierno.

Esa sospecha se podría haber difuminado si los datos contenidos en los informes “fantasma” hubieran acabado en un juzgado. Pero en escasas ocasiones ha sido así, nunca bajo ese formato. Las investigaciones a la familia Pujol están concentradas en dos causas de la Audiencia Nacional. Y otra que afecta a las comisiones del 3% parte de una denuncia de una concejala de ERC en Torredembarra (Tarragona). Los resultados son fruto del trabajo de la Fiscalía Anticorrupción y la Guardia Civil a las órdenes de un juez.

Así, con un mandamiento judicial, la Guardia Civil registró en octubre de 2015 la sede de CDC. Sin necesidad de informes “fantasma” ni visitas como la que protagonizaron dos comisarios a los fiscales Anticorrupción de Barcelona en octubre de 2012. El 29 de octubre, el comisario que se perfila como nuevo número dos de la Policía y otro mando intentaron convencer sin éxito a los fiscales Anticorrupcion catalanes que había que entrar en la sede de Convergencia a pocos días de las elecciones.

Este es un repaso por algunos hitos de los informes apócrifos, fantasma o “de inteligencia” -que no del CNI- publicados por algunos medios de comunicación, coincidiendo con acontecimientos de la oposición política, y que no han motivado una investigación judicial.

El borrador de la UDEF. 16 de noviembre de 2012. Quedan nueve días para las elecciones autonómicas que deben validar o no la estrategia rupturista de Artur Mas, espoleada por el éxito de las últimas dos celebraciones de la Diada. El diario El Mundopublica una bomba en portada: “La Policía vincula cuentas en Suiza de Pujol y Mas con la corrupción de CiU”. La información arranca con la siguiente afirmación: “Un informe de la Policía sostiene que parte de las comisiones que las empresas pagaban a CDC a través de la trama del Palau se han desviado a cuentas personales de sus dirigentes”.

Pasan los días y la información se ve envuelta en una polémica de grandes dimensiones. El documento lleva el sello de la UDEF, pero no está firmado por ningún funcionario. Se comienza a hablar de “borrador”. Un juzgado de Barcelona abre una investigación y el entonces jefe de la UDEF debe declarar en sede judicial. Niega que el informe pertenezca a su unidad. El Ministerio del Interior abre su propia investigación interna que, tras semanas, cierra en falso.

En medio de la polémica, el entonces secretario general del Sindicato Unificado de Policía (SUP), José Manuel Sánchez Fornet, convoca una rueda de prensa multitudinaria y reparte a los medios el borrador, apoyando las graves acusaciones que en él se formulan. Sánchez Fornet, hoy en proceso de expulsión del SUP por “conducta antisindical y antiestatuaria”, según el sindicato, no revela quién se lo ha hecho llegar.

En 2014, el comisario José Manuel Villarejo Pérez, condecorado por su participación en las maniobras en Cataluña, pasa de vivir en el anonimato y trabajar en la sombra a ocupar portadas de medios de comunicación. Sánchez Fornet, que se reivindica como un policía progresista, sale a defender a Villarejo públicamente y a lanzarle halagos desde su cuenta de Twitter.

Gª Castaño y Villarejo son buenos profesionales al servicio del Estado, gobierne PP, PSOE o Podemos. Su "problema" es q son incorruptibles.




El borrador de los borradores

. Apenas un mes después de la publicación del borrador fantasma de la UDEF comienzan a circular por algunas redacciones unos folios bajo el encabezamiento ‘Palau. Análisis de situación’. Fechados el 11 de septiembre de 2012, son cinco documentos que comienzan con la lista de las fuentes de las que beben sus autores: “Sindicalistas Mossos, Servicios Policiales extranjeros, Sector empresarial catalán, Algunos imputados que quieren negociar, Sector judicial no nacionalista”. Esta vez, ni siquiera llevan el sello de una unidad policial, pero a los periodistas se los ha hecho llegar la cúpula del Cuerpo.

Algunos datos de presunta corrupción de políticos nacionalistas que aparecían en esos folios son investigados en los tribunales, entre ellos algunos referentes a la familia Pujol. Otras consideraciones se alejan de las propias de un informe policial. Uno de los confidentes narra a los agentes que redactan el borrador que Pujol “creía en las brujas y él mismo se encargó de llevarle a una bruja llamada Adelina, que actualmente puede tener cerca de 80 años…”. “Había una serie de conjuros para predecir el futuro por el método de frotar por la espalda y cuello y luego romper un huevo y ver qué aparecía negro porque se había llevado energía negativa (...) Pujol llegó a estar obsesionado con ella”, añade.

La cuenta de Xavier Trias que no existía. Esta vez, el acontecimiento de un horizonte cercano era el referéndum sobre la independencia de Cataluña el 9 de noviembre de 2014. Trece días antes, El Mundo publicó que Xavier Trias tenía una cuenta en un banco suizo desde la que habría transferido 12,9 millones de euros a una entidad andorrana. La información incluía detalles como la fecha de la transferencia, el 13 de febrero de 2013. “El alcalde habría cambiado de escondite después de que este periódico publicara en noviembre de 2012 el borrador de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal que, entre otras cosas, apuntaba que sólo en la banca privada ginebrina Lombard, Jordi Pujol, Marta Ferrusola y sus hijos Jordi y Oriol poseen 137 millones de euros”, añadía.

El banco UBS desmintió la información y Trias anunció una querella contra el periódico. Ante la inexistencia de indicios contra el político, la Fiscalía Anticorrupción archivó las diligencias que mantenía abiertas. Un juez de Madrid tumbó igualmente la querella contra los periodistas, pero ante un recurso del político reabrió la causa. En un auto del pasado mayo, el magistrado destaca que la UDEF asegura que nunca ha podido identificar al titular de la cuenta, frente a la afirmación de los autores de la informacion de que habían consultado un informe policial.

También este último mayo, El Mundo y Okdiario.com, que dirige Eduardo Inda, ofrecieron una instantánea supuestamente perteneciente a un informe policial con el número de la cuenta y su titular, Xavier Trias. La Fiscalía sigue defendiendo aquella información.

“Un informe de inteligencia”. Restaban tres días para la Diada de 2014 cuando elconfidencial.com publicó “un informe de inteligencia, de 12 páginas, enviado al Gobierno” en el que se acusaba a Artur Mas de “supervisar” directamente el cobro de comisiones del 4 al 6% y “el control de dichos ingresos a través de cuatro empresas públicas. “Al frente de todo ello, Mas ha puesto un hombre de su total confianza, Joan Lluís Quer”, decía la información. Casi dos años después de tan graves acusaciones, no ha trascendido la apertura de causa judicial o eventuales imputaciones.

La fórmula del “informe de inteligencia” se ha repetido en los medios en los últimos años. Así no se identifica el origen policial del documento y se juega a la confusión que provoca el término “inteligencia”, por estar vinculado aparentemente al servicio secreto español, el CNI. Sin embargo, fuentes conocedoras de los documentos que elabora el Centro desvinculan ese formato y su contenido del trabajo que realiza. Entre la información aparecían reproducidas un par de páginas. En una de ellas, que parece la cabecera, se lee: “Nota informativa. Asunto: Plan independentista de CDC. Fiabilidad: Alta obtenida de fuentes sensibles. Fecha: 12.10.2012”.

Por fin, una unidad policial. El pasado 5 de abril, hace poco más de dos meses, la revista Interviú publicó el reportaje ‘Seis millones para comprar al primer ministro de Letonia’. “Un informe de la Policía española asegura que el político letón recibió seis millones de euros por ese pronunciamiento (el de Cataluña es un “poderoso mensaje” y “por qué no a la independencia”) y apunta que parte de ese dinero pudo salir de los fondos ocultos por el clan Pujol en Panamá”. En la información se identifica como autor del informe a la "Unidad de Inteligencia Policial", a la que fuentes del Cuerpo ubican en la Dirección Adjunta Operativa (DAO). Antes, solo eran borradores de la UDEF, informes policiales, o de “inteligencia”.

Con un nombre solemne emerge la unidad secreta de la que Interior negó su existencia cuando eldiario.es informó en noviembre de 2014. Para justificar su existencia hay que recurrir a una pirueta que vincule su actuación a algún indicio de delito, por ejemplo de la corrupción, aunque para ello ya exista la UDEF. Cualquier amenaza a la integridad territorial es competencia del CNI, según la Ley Orgánica que regula el funcionamiento del servicio secreto. En este caso, tampoco consta que el citado informe de la "Unidad de Inteligencia" esté judicializado.

La maquinaria gira contra Podemos. 12 de enero de 2016. Quedan apenas 24 horas para que se constituyan las Cortes y okdiario.com y elconfidencial.com abren con un informe policial sobre la presunta financiación irregular de Podemos. El juego de las alianzas para formar Gobierno está en una fase incipiente y se producen los primeros acercamientos públicos entre el PSOE y el partido de Pablo Iglesias. En los días y semanas siguientes, el supuesto informe de la "inteligencia" policial será desgranado por varios medios de comunicación. La vicepresidenta en funciones utiliza la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros para exigir a Podemos que colabore en una investigación judicial en esa fecha inexistente.

Ninguna unidad policial estampa su sello en el documento y ningún funcionario policial adjunta su número de identificación o su firma. Su título – P.I.S.A., Pablo Iglesias Sociedad Anónima– en nada se asemeja a un informe de la Policía, pero el Ministerio del Interior admite su existencia y atribuye la autoría a la "inteligencia" policial que se ubica en la Dirección Adjunta Operativa (DAO) de la Policía.

El informe es remitido a la UDEF para que elabore otro que poder presentar ante la Fiscalía o un juzgado, pero eso nunca llega a producirse. Al final, es el Tribunal Supremo quien conoce el documento porque Manos Limpias lo incorpora a una de sus querellas contra Podemos. El fallo del Alto Tribunal es demoledor al despreciar el papel. Y eso que el jefe de la UDEF se había ofrecido a explicar su contenido a magistrados y fiscales a pesar de que no había sido él quien lo puso en su conocimiento.
Fuente: eldiario.es

Seguidores