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viernes, 26 de mayo de 2017

Jeremy Corbyn debería seguir el ejemplo de Bernie Sanders y apostarlo todo

El líder laborista Jeremy Corbyn, en su primer día de campaña en Londres EFE

El líder laborista no tiene nada que perder salvo a los nuevos blairistas que piden prudencia. Esta es su oportunidad para descubrir qué pasiones mueven su política


Simon Jenkins


  Dejen a Corbyn que sea Corbyn. Lo que está dando en este momento es un espectáculo lastimero. Pretender que va a ser el próximo primer ministro no le funciona. Ni siquiera le alcanza para aparentar que lidera el laborismo. Y creer que Jeremy Corbyn es "la negación de Theresa May" es Michael Foot para principiantes [Foot fue el líder laborista bajo cuyo mandato el partido obtuvo una derrota histórica frente a Margaret Thatcher en 1983).

Hace dos semanas, Corbyn pronunció un dinámico discurso de apertura para sus seguidores londinenses en el centro de conferencias Church House (Westminster). Aquello fue Bernie Sanders puro. Cargó contra los ricos, acusó al establishment de "escribir sus propias reglas"; invocó a Kier Hardie (fu ndador del partido laborista) y ridiculizó a los medios de comunicación laboristas y al "sistema amañado", sea lo que sea que eso signifique. Una actuación con muchas promesas y ninguna política: irresponsable, salvaje y en absoluta comunión con su audiencia.

Corbyn se convirtió esta semana en una cámara de eco donde resonaban frases como "programas completamente presupuestados", "pilladas" a los conservadores en sus mentiras, y diez mil policías. Su responsable de Asuntos Exteriores, John McDonnell, balbuceaba números; su responsable de Interior, Diane Abbott, alcanzaba uno de esos momentos de suma cero; y Corbyn estaba atascado entre un micrófono y una pared de ladrillos: en su tono monocorde tuvo que pedir apoyo a sus colegas. Aquello tenía tanto que ver con la política como el avistamiento de trenes.

Dudo mucho que a los votantes les importe un pimiento cuánto cuesta un policía o a cuántos médicos equivalen los impuestos corporativos. Enfrentamos la perspectiva de una semana con manifiestos partidarios llenos de promesas descabelladas en las que los votantes no creen, aunque todavía tienen el poder de limitar a futuros ministros de Exteriores. Promesas que deberían ser revisadas por la Oficina de los Presupuestos Responsables y adjuntar una advertencia: "Tan viable como lo permitan los recursos". Los manifiestos son las fake news de las elecciones.

La principal y evidente lección de la nueva política no es la importancia cardinal de la personalidad. Eso ya lo sabemos. La lección es que ahora se prescinde del partido. Los políticos profesionales detestan esa idea, porque vuelve superfluos sus esfuerzos electorales. Una vez, el sociólogo electoral de la Universidad de Oxford David Butler intentó persuadir a los dos grandes partidos para que no hicieran campaña en ciertos distritos, a ver si había o no alguna diferencia. Pero ninguno se atrevió a seguir su consejo: los dos se quedaron cuidando a sus votantes por miedo de que fuera peor si no lo hacían.

Tony Blair ganó las elecciones para el partido laborista siendo él mismo, un "no laborista". El partido perdió cuando presentó líderes poco viables como Neil Kinnock, Gordon Brown y Ed Miliband. Los conservadores también perdieron con los débiles (William Hague y Michael Howard) y ni siquiera lo intentaron con Iain Duncan Smith.

Esa tendencia se ve reforzada ahora por el derrumbe de los partidos tradicionales. La cantidad de votos para los partidos que ganan las elecciones en Europa se ha desplomado. En los años cincuenta en Reino Unido, los conservadores y los laboristas se llevaban el 97% de los votos. Ese porcentaje apenas araña el 60% hoy. Aquella frase que comenzaba con un 'yo siempre voto' hace tiempo que murió, como demostraron el partido Ukip y el Brexit.

En las últimas elecciones francesas, el apoyo a los partidos tradicionales se desintegró. La mitad del voto fue explícitamente para candidatos anti establishment. Aproximadamente un 10% de los  que apoyaron a Bernie Sanders en las primarias votaron a Donald Trump en noviembre. Al parecer, les gustaba su postura anti establishment.

Esta es la narrativa de la nueva política. A los votantes les gustan los candidatos auténticos, con personalidad y directos. En el Reino Unido le hicieron el juego (un rato) a Ken Livingstone, Boris Johnson, Nigel Farage y Alex Salmond: todos políticos que parecían hablar de una forma sencilla, sin clichés, sinceros y divertidos (aunque en verdad no lo fueran). Como señaló el piscólogo estadounidense Jonathan Haidt, los votantes ya no buscan a alguien que defienda sus intereses sino una combinación de cualidades. Una de las cosas que sí les gustan es que sea alguien con el que compartir una barbacoa o un ascensor. Ahora hay que pasar el test 'es uno de los míos'.

Cuando el partido laborista ofreció a Corbyn a su electorado estaba eligiendo a un rebelde de izquierdas, partidario del desarme nuclear y de las campañas contra la guerra. Un hombre de Islington (municipio pobre del norte de Londres)

con barba, suéter, bici y casco que siente un desprecio profundo por el dinero, el poder y los privilegios. Imposible que se hiciera uno con sus compañeros en el parlamento. Tan imposible como que lograra unir al partido laborista, una tarea similar a la de reparar el Sacro Imperio Romano. Aún así, lo eligieron.

Cuando de repente se anunciaron en abril las elecciones, un escenario posible habría sido que Corbyn rompiera la disciplina y apoyara pactos locales electorales para enfrentar a los conservadores.  El argumento que podían haber usado Caroline Lucas (Los Verdes) y otros líderes para defender una alianza progresista de ese tipo era incontestable: en 2015, el 49% de los votantes dio su apoyo a partidos más o menos progresistas, incluyendo al laborista, los Liberal Democrats (Demócratas Liberales) y los nacionalistas. Sin embargo, llegan las elecciones y se enfrentan unos a los otros como rivales.

El resultado es que entre  40 y 50 escaños que podían haber ido para un candidato progresista terminaron en manos de los conservadores. Entonces, como ahora, ganó el sentido de tribu en Westminster. Por hacerse los machos el laborismo exigió "disputar todos los escaños del país". Al parecer, eso era más importante que quitarle a los conservadores una mayoría potente (ni hablar de ganar las elecciones).

Pero a Corbyn le quedaba una estrategia posible y era imitar la de Sanders y Trump: "dejar a Jeremy que sea Jeremy". En este enfoque, incluso era una ventaja tener pocas posibilidades de ganar. Los votantes de perfil liberal o progresista podrían abandonar el pragmatismo y "votar con el corazón". Si el politólogo Paul Collier está en lo cierto, y ser de izquierdas es "una manera sencilla de sentirse moralmente superior", ¿por qué no mimar entonces la moral de la gente?

Corbyn debería olvidarse de lo que piensa hacer en el poder o de lo que dice su manifiesto. Tiene que apostarlo todo. Provocar la indignación moral, proponer el desarme nuclear y el fin de las guerras neo-imperiales. Atacar los salarios de los gerentes, los irracionales subsidios a la energía y los proyectos de infraestructura de líderes vanidosos. Pedir la renta universal, la reforma de las prisiones y la legalización de los drogas. Sensata o no, la lista se puede hacer perfectamente. Pero en las elecciones es raro escuchar las ideas radicales porque los políticos tienen miedo a asustar a los caballos que tiran del centro. Lo único que nos dan son estadísticas sobre policías, enfermeras y escuelas.

Mi impresión es que Corbyn es apasionado y cree en lo que dice. Son los nuevos blairistas de su propio partido los que desaprueban su pasión. No me interesa saber qué haría el laborismo "si llegase al poder", porque incluso si llega es poco probable que lo haga. Pero sí me gustaría saber cuáles son las fuerzas que mueven a su líder, qué le importa, cuál sería su respuesta ante determinados acontecimientos. Me gustaría que Corbyn piense lo que no se puede pensar.

Sólo hay que recordar a aquel simpatizante de Trump en desacuerdo con todo lo que el republicano decía. "Es uno de los míos", dijo. Ríanse o acéptenlo, pero estas son las personas que hoy están ganando las elecciones. Corbyn debería darle con todo y mostrarnos quién es de los suyos.

Traducido por Francisco de Zárate
Fuente: eldiario.es

domingo, 19 de febrero de 2017

Los inmigrantes, siempre el chivo expiatorio, responden a las mentiras del UKIP

EFE


Las historias honestas y emocionantes de los inmigrantes que contribuyen a diario con el progreso en Reino Unido pueden vencer a los xenófobos.


Owen Jones   


Ake Achi no recuerda cuándo empezó a trabajar en la plantación de su familia, en Costa de Marfil, aunque dice que debió de ser "cuando aprendí a caminar". No había guarderías ni nadie que cuidara de los niños, así que su hermana y él iban a los campos con su madre. Sin embargo, sus padres tenían familiares en Francia y, una noche, despertaron a los dos pequeños de 11 años y los metieron en un vehículo con la esperanza de conseguir una vida mejor.

Hace una década, Achi se mudó a Londres para mejorar su inglés y buscar oportunidades. Tuvo que trabajar mucho. Compaginaba sus estudios en la Universidad de Kingston con un empleo de guardia de seguridad a jornada completa. Hoy es delegado sindical y ayuda a los trabajadores a combatir las injusticias que cometen los poderosos, aunque las culpas recaigan con demasiada frecuencia sobre los inmigrantes. También es fundador de Right2workuk, un grupo que lucha por el derecho de los inmigrantes a trabajar en Gran Bretaña.

Achi pertenece a un movimiento nuevo, One Day Without Us (1DWU), cuyo objetivo consiste en dar voz a los frecuentemente despreciados inmigrantes. El próximo lunes, cuando miles de personas salgan a la calle para manifestarse contra el sometimiento de Theresa May a Donald Trump, los inmigrantes y no inmigrantes que lo deseen podrán sumarse a un acto contra la xenofobia que se celebrará en todo el país: 1DWU les invita a cogerse del brazo, sostener sus pancartas y hacerse una fotografía en lo que será una demostración nacional de solidaridad.

"Cuando las cosas van mal, siempre se culpa a los inmigrantes", dice Achi. El Gobierno ha  prohibido que los trabajadores no comunitarios se queden en Gran Bretaña con carácter permanente si ganan menos de 35.000 libras (41.000 euros) al año o llevan menos de una década en el país. Es una medida que afecta a muchos trabajadores; por ejemplo, de una institución que, como afirma Achi, "no sobreviviría sin nosotros": el NHS (Sistema Nacional de Salud). Pero acusar a los inmigrantes del lamentable estado de la Seguridad Social británica es menos comprometido que acusar al Gobierno por haberla empujado a lo que la Cruz Roja describe como "una crisis humanitaria".

1DWU no podría llegar en mejor momento. Hasta ahora, los inmigrantes carecían de una voz propia capaz de hacerse oír y el debate ha sido demasiado a menudo sobre ellos pero sin ellos. También es crucial por otro motivo: el UKIP ha planteado el asunto desde la emoción y el poder de las historias personales, Por el contrario, los que han defendido la contribución de los inmigrantes se han apoyado en datos y estadísticas.

En cierta ocasión, alguien recordó a Nigel Farage, entonces líder del UKIP, que los inmigrantes aportan mucho a las arcas públicas, a lo que él contestó: "Prefiero comunidades unidas donde los jóvenes británicos tengan una oportunidad real de conseguir empleo". Como de costumbre, su posición se basaba en un mito; las comunidades que sufren los índices más altos de paro juvenil coinciden a menudo con las que tienen menos inmigrantes. Pero esa no es la cuestión.

Farage se presentó como paladín de la comunidad contra los ideólogos de la obsesión por el dinero; decía que el dinero no es lo más importante de la vida, asaltando audazmente uno de los mensajes tradicionales de la izquierda: "Lo social importa más que los mercados". Y su desventurado sucesor, Paul Nuttall, ha intentado usar el poder de las historias personales.

Pero tienden a ser falsas. Sabe que los votantes se sienten atraídos por un pasado vital emocionante, como el de ser jugador profesional de fútbol (falso) y sacarse un doctorado (falso). Sabe que Hillsborough es una tragedia emocional para todos los británicos y  también resultó ser falsa la noticia publicada en su página web de que había perdido a uno de sus amigos en el suceso.

Ahora, por el contrario, hay una oportunidad de promover casos verídicos e igualmente emocionales desde la causa de los inmigrantes. Tienen pasados que cautivan. Y aunque todos dependemos de ellos, están preocupados, asustados y enfadados por el trato que reciben. Como Birgit Möller, una alemana de 55 años que lleva en Gran Bretaña desde casi antes de que yo naciera.

Möller, una apasionada de la educación y los niños, trabaja en una guardería. Tiene un marido y un hijo que también viven aquí. Llegó atraída por la pluralidad social de Londres, "por el clamor de tantas personas de sitios diversos, unidas en una sola comunidad", pero la tóxica campaña del referéndum de la UE, que presentó a los inmigrantes como un problema, le ha dejado "tan impactada como insegura".

"Nunca me había visto en la necesidad de defender mi derecho a vivir y trabajar aquí. No sé lo que va a pasar". En su opinión, hay muchos problemas en Gran Bretaña que no tienen nada que ver con la inmigración, "como la enorme diferencia de ingresos y el excesivo poder de las empresas". Y, al igual que Achi, cree que "se busca un chivo expiatorio para no tener que enfrentarse a las cuestiones reales, muy difíciles de resolver".

Silvia Aced lleva veinte años en Gran Bretaña. Antes trabajaba en la red de transportes y ahora lo hace con niños discapacitados. "Yo misma soy madre de un niño autista y he dedicado mi vida a cosas como esa. Sé por experiencia lo que significa tener un niño con necesidades especiales y lo que cuesta defenderlos".

Aced opina que usar a los inmigrantes como chivos expiatorios es algo "terrible", y explica el sencillo principio que está detrás de 1DWU: "Imagina que faltamos un día al trabajo, solo uno. Sería el caos. La gente se queja cuando los trabajadores del metro hacen huelga, pero sería poca cosa en comparación con el caos que se produciría si nosotros dejamos de trabajar".

El debate sobre la inmigración no será fácil de cambiar. Los sucesivos gobiernos británicos han sido incapaces de ofrecer la vivienda, los empleos estables y bien pagados y el nivel de vida que la gente necesita y tampoco han invertido lo necesario en servicios públicos; especialmente, en los últimos tiempos.

La inmigración se ha convertido en un discurso válido para todo con el que se explican problemas que, en realidad, son culpa de los poderosos. Romper esa lógica va a ser muy difícil, porque implica debatir con mucho tacto con millones de personas que no son conscientes de la contribución de los inmigrantes a la sociedad británica.

Esta no es una causa que podamos ganar con datos y estadísticas. Las sensaciones y las emociones desempeñan un papel crucial. Los inmigrantes han estado ausentes de un debate que les afectaba; pero, si logran que su voz se oiga, podrán hablar de su contribución diaria y cambiar el rumbo de las cosas. El Ukip es un partido de timadores, vendedores de mitos, charlatanes y tramposos profesionales, pero han conseguido envenenar el debate sobre la inmigración porque han monopolizado el discurso emocional durante demasiado tiempo.

El contraataque de los inmigrantes, muchos de los cuales viven el futuro con preocupación, acaba de empezar. Y nos recordarán que el origen de los problemas que sufrimos no está en unas personas que han enriquecido este país, incluso en sentidos que no se pueden explicar con palabras.

Traducido por Jesús Gómez

Fuente: theguardian - eldiario.es

sábado, 10 de diciembre de 2016

La élite europea labra su propia muerte

Marine Le Pen (Frente Nacional) en una imagen de archivo. EFE

De la elección de Francoise Fillon por la derecha francesa al referéndum italiano y las elecciones austríacas, el centrismo europeo vive ajeno a su propia crisis existencial. Puede que quiera desempolvar su copia de La muerte en Venecia, de Thomas Mann

Paul Mason  


“Buenas noticias para Europa”, destaca el análisis en su primera línea. Si te digo que es un análisis de un banco de inversiones que defendió la austeridad de la eurozona hasta el final, puedes suponer cuál es la buena noticia. Sí,  François Fillon (el Thatcher francés) se consolida para una segunda vuelta contra Marine Le Pen (la Mussolini francesa) en las elecciones presidenciales del año que viene.

¿Qué noticia podría ser mejor para la comunidad bancaria inversora que tener obligados a todos los votantes no fascistas, de izquierda, centro y derecha, a votar por un político que quiere recortar el Estado de bienestar, despedir a los trabajadores y alargar la jornada laboral?

Berenberg, el banco privado alemán del que salió este análisis, no pudo esperar a celebrar el éxito de Fillon en las primarias. “Por suerte, el 2017 será más una oportunidad que un riesgo”, aseguró a sus clientes el economista jefe del banco, Holger Schmieding.

El gobierno de Fillon tiene la “oportunidad”, sin una oposición socialista creíble, de llevar a cabo medidas a favor del crecimiento económico: atacando los salarios, las jornadas laborales y el Estado de bienestar y enriqueciendo a la gente que guardaba el equivalente a 37.700 millones de euros en el banco privado. Es sintomático del inmenso error de cálculo que está cometiendo la élite europea.

El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, declaró a un periódico austríaco el pasado domingo que n o habría tregua en los esfuerzos por convertir Europa en una federación; sin posibilidad de darse de baja de la economía de estancamiento impuesta y administrada por Bruselas.

El próximo domingo veremos si la estrategia de 'doble o nada' del centrismo europeo da sus frutos. En Austria, donde el populista de extrema derecha Norbert Hofer está igualado con el candidato del Partido Verde  en la repetición de las elecciones a la presidencia —un puesto ceremonial—, la izquierda y el centro están intentando frenéticamente movilizar a los votantes de clase trabajadora leales a sus partidos. Puede que fracasen.

En Italia, el mismo día, el gobierno de centro izquierda parece preparado a perder un referéndum diseñado para reforzar el poder del ejecutivo sobre el Parlamento. Si el mercado financiero cae por la dimisión del primer ministro, Matteo Renzi, y Europa impone un plan de rescate bancario que asalte los ahorros de la gente de la calle, se podría llegar tanto a una crisis bancaria interna como a una crisis de la eurozona para Navidad.

Para completar este patrón de tozuda estupidez, el Fondo Monetario Internacional (FMI), de acuerdo con fuentes gubernamentales griegas, optó esta semana por presionar a Grecia con más recortes todavía en el gasto público, bajo la amenaza, de nuevo, del desplome forzoso del sistema bancario. Ajeno a los asaltos neonazis en los campos de refugiados en las islas griegas, el FMI en Washington, igual que la Comisión y el Banco Central Europeo, solo es capaz de ver normas y hojas de balances económicos.

La tolerancia existe porque la gente deja su nacionalidad y religión en la puerta. Ahora, la política y la nacionalidad han empezado a llamar fuerte a la puerta y de momento han producido, principalmente, parálisis y miedo
Parece, en resumen, que la élite de centro europea ha desarrollado un deseo de muerte. Y una vez que uno entiende la cultura europea, esta posibilidad macabra no es tan inverosímil.

En la novela La Muerte en Venecia (1912),  Thomas Mann describe el deseo de muerte de la cultura europea cosmopolita a través de la obsesión amorosa de un anciano enfermo. El protagonista, Aschenbach, se registra en un hotel cosmopolita en una Venecia con una epidemia de cólera para cumplir su deseo de morir. De hecho, escribiendo dos años antes de que muriese realmente el cosmopolitismo, Mann ya estaba al tanto de las razones por las que este podría morir.

En la novela, las autoridades de la ciudad niegan la existencia de una epidemia de cólera y, haciéndolo, crean las condiciones para que se extienda. La novela, a menudo interpretada como una parábola sobre el amor y el fracaso, trata explícitamente la capacidad de autodestrucción de lo que Mann llamó “el alma de Europa”. La ambientación de Mann en esta y otras novelas —en el hotel en la isla Lido (Venecia) y en un manicomio suizo— enfatiza la fragilidad de una cultura transnacional cuando estallan las crisis.

Para Mann, el mundo multicultural del lobby del hotel, cuidadosamente elaborado, —donde los polacos hablan francés, los italianos siguen a la moda parisina y la orquesta toca una selección de la opereta húngara— es un espejismo frágil. Cuando una sola pieza se rompe, todo se acaba.

Hoy, nuestro multiculturalismo no es tan frágil como en la Belle Époque. Las libertades del espacio Schengen son reales, por lo menos para los blancos. El programa Erasmus, el proyecto europeo de intercambio de estudiantes, ha entrecruzado  las vidas de más de tres millones de estudiantes. Junto con el valioso programa “ciudad de cultura”, los jóvenes europeos han estado creando algo auténtico: en la escena artística de Berlín, en festivales musicales como el de Benicàssim en España y en la noche salvaje del Belgrado contemporáneo.

Pero incluso esta cultura de globalización enraizada en la sociedad europea es rompible con el empeño necesario —porque solo puede existir en un espacio aislado de la política—. En el típico bar europeo, playa o cafetería, la tolerancia existe porque la gente formada deja su nacionalidad y religión en la puerta. La suposición entre los jóvenes, implícita pero fuerte, es que la política es una estupidez y que no importa.

Ahora, la política y la nacionalidad han empezado a llamar fuerte a la puerta. De momento han producido, principalmente, parálisis y miedo.

Cuando pregunté en septiembre a los jóvenes que conocí en Ferrara, al norte de Italia, cómo responderían a la nueva ola xenófoba, muchos mencionaron el genuino clandestino — un movimiento de regreso a la tierra que aboga por la desconexión con la economía oficial como estrategia de supervivencia contra la austeridad.

“ Se acabó, es imposible, la derecha ha ganado”, son respuestas que escucharás entre los jóvenes de cualquier lugar una vez que dejas de preguntar a los activistas y escuchas a los jóvenes de pueblos pequeños que consumen su juventud en el cuarto de invitados de su abuela.

Así que Fillon contra Le Pen no son “buenas noticias para Europa”. Tampoco la promesa de Junker de doblar la apuesta a todos los errores que nos han traído a esta situación; tampoco la insistencia del FMI en que Grecia destroce su democracia un poco más; tampoco la decisión de Renzi de jugar a todo o nada con el sistema bancario italiano.

Esto ya no es una élite transnacional y segura disfrutando las famosas descripciones de  Samuel Huntington de los gobiernos nacionales como “residuos del pasado cuya única función útil es facilitar la acción de la élite global”. Ahora se enfrentan a un movimiento internacional de extrema derecha: Trump, Farage, la gente de Breitbart. Cuya coherencia crece al ritmo que decrece la de los globalistas.

Podemos pararlo; pero solo si rechazamos la demanda incesante de austeridad, privatización, jornadas más largas, salarios más bajos y el robo del futuro a una generación más joven. Esa es la razón por la que el centro izquierda, en el breve plazo disponible, debe encontrar a alguien mejor que Fillon para el pueblo francés.

Traducido por Javier Biosca Azcoiti
Fuente: eldiario.es - theguardian

lunes, 21 de noviembre de 2016

Las minorías también forman parte de la clase trabajadora

Imagen de archivo de una mujer caminando frente a una pintada de dos corazones con los colores del arcoíris EFE

Al parecer, la clase trabajadora se compone solamente de hombres blancos heterosexuales. Ni rastro de mujeres que luchan por sus derechos, nada de etnias minoritarias, ni inmigrantes, ni personas LGTB


Owen Jones


Ya veo hacia dónde va todo esto.  Trump ganó las elecciones estadounidenses y la derecha populista está en pleno funcionamiento. Según cuenta la historia, la gente que defendió los derechos de las minorías y de las mujeres se excedieron. "La izquierda ha ido demasiado lejos", declara un columnista del Wall Street Journal. "Políticas de identidad, censura y políticas basadas en las necesidades de exóticas minorías sexuales. Y llega la reacción".  

Exóticas minorías sexuales: supongo que hombres gays con tres cabezas, lesbianas con piernas de llama y personas  trans que pueden pulverizar a los seguidores de Trump con rayos láser. Pero el mensaje es claro. Las minorías que para muchos son peculiares, depravadas, pervertidas y/o peligrosas han gritado demasiado alto por sus derechos. Las mujeres ( quizá sucias mujeres) han sido demasiado incisivas. Han generado un torbellino y ahora deben asumir las consecuencias.

La élite solía ir a por los que, en cualquier sociedad, tenían riqueza, poder y privilegios. Por ejemplo, antiguos corredores de bolsa con educación privada o plutócratas multimillonarios que pasan el rato en ascensores dorados. Aparentemente, ahora se dedican a señalar a aquellos que defienden los derechos de las minorías y de las mujeres. El populismo de derechas de nuestros días está a gusto hablando sobre la clases pero solo para definir a una patriótica clase trabajadora contra un grupo de burgueses desarraigados, metropolitanos y odiosos bienhechores que desprecian sus valores y estilo de vida.

"Si eres un ciudadano del mundo, eres un ciudadano de ningún sitio", dice Theresa May, burlándose de una élite desdeñosa que mira a la clase trabajadora y "encuentra su patriotismo desagradable, y sus preocupaciones sobre la inmigración muy provincianas".

Según la columnista Melanie Phillips, el Brexit y el trumpismo representan una "contrarrevolución popular: un intento de hacer que la política vuelva al verdadero centro de gravedad cultural". Su tesis es que los verdaderos fanáticos no son los nacionalistas blancos a punto de hacerse con el poder en Washington sino el "racismo anti-blancos de Black Lives Matter" y de otros "liberales". Aquellos que han osado oponerse al veto de musulmanes dentro de Estados Unidos son quienes han conducido al pueblo americano a los brazos de Trump, sostiene.

El tormento de la clase trabajadora no son las instituciones financieras que han llevado a sus países a una situación económica calamitosa. Tampoco son aquellos que no pagan los suficiente a sus trabajadores, o lo que defraudan a hacienda ( justo como Trump). No: son los defensores de las minorías y las mujeres los que supuestamente obstaculizan a la clase trabajadora. Al parecer, la clase trabajadora se compone solamente de hombres blancos heterosexuales. Ni rastro de mujeres que luchan por sus derechos, nada de etnias minoritarias, ni inmigrantes, ni personas LGTB.

La vieja izquierda, dominada en el pasado (y todavía hoy) por hombres blancos heterosexuales, ha reflejado durante mucho tiempo este sentimiento. La lucha de clases va primero. Después de la revolución, resolveremos todo lo demás. Fue un enfoque contra el que las mujeres y las minorías se rebelaron. La clase obrera era completamente diversa, argumentaron, y la opresión por clase no era la única injusticia que muchos sufrían.

La opresión no solo venía de las altas esferas sino también de sus propias comunidades o lugares de trabajo. Las mujeres eran explotadas por sus jefes y por sus mismos compañeros. También fueron toqueteadas por algunos hombres ( justo como Trump) o incluso algo peor. También cobraban menos o eran relegadas a hacer trabajos domésticos no pagados y a encargarse de la mayor parte del cuidado infantil.

Los trabajadores negros también tenían pésimas condiciones de trabajo pero también fueron tratados como ciudadanos de segunda por la ley. Acosados por la policía, sometidos a abusos en las calles y discriminados en sus puestos de trabajo, transformándoles en carne de desempleo.

Los trabajadores LGTB, al igual que sus colegas heterosexuales, pueden ser contratados y despedidos por puro antojo, pero también estaban expuestos a intolerancia durante toda su vida. A menudo sufrían angustia mental porque en muchos casos la sociedad les rechazaba y les odiaba. No se veían capaces de coger de la mano a sus amantes por la calle sin ser objeto de abusos y violencia. Y ni siquiera tenían los mismos derechos legales que el resto de parejas.

Surgieron entonces movimientos para subsanar estas injusticias. Estos movimientos, a lo largo de la historia, siempre han sido acusados por ser demasiado agresivos, enrabietados y nada conciliadores. "La rabia no funciona como oposición política", dice el analista  Kurt Eichenwald desafiando, bueno, a toda la historia. "Alta moral, compromiso pacífico, realizar preguntas respetuosas a los oponentes. Eso sí que funciona". Si las educadas campañas por carta y las charlas con café con los legisladores consiguieran cambios sociales radicales, aún estaríamos viviendo como siervos y señores.

El problema es que los derechos para las mujeres y las minorías significa irremediablemente la pérdida de privilegios para los otros, que a su vez están desesperados por que eso no suceda. Los movimientos encuentran resistencia. Están obligados a molestar, a hacer que la gente les escuche aunque prefieran ignorarles. Y, francamente, si alguna vez en tu vida te han dañado por odio o por discriminación, quizá sientas una rabia justificada y quieras expresarla. La mayoría de la gente no protesta porque sí. Están hartos de la opresión y solo quieren que termine para poder seguir adelante con sus vidas.

Hay quien cree que la izquierda ha abandonado la clase en favor de la identidad política. Ciertamente hay un tipo de progresista que ha hecho esto, que ha abogado por soluciones como la incorporación de más mujeres en las salas de conferencias de las empresas en lugar de abordar la desigualdad sistemática. Pero los socialistas sostienen que la clase es un asunto absolutamente central para entender los males de la sociedad, que no pueden ser entendidos sin el género, la raza y la orientación sexual.

Los múltiples agravios sufridos por la clase trabajadora de Trumplandia o de Brexitlandia los ha causado el sector financiero, la élite corporativa y los evasores de impuestos. No por los polacos, los musulmanes, los negros o los activistas trans.

Algunos que se describen a sí mismos como progresistas se han convertido en cómplices de la derecha del Brexit y de Trump, aceptando que la izquierda, efectivamente, se ha sobrepasado. Este enfoque no solo tira por la borda a las mujeres y a las minorías, también es un error estratégico. Los trumpistas nunca estarán satisfechos. Todo lo que se les conceda les parecerá poco y simplemente les envalentonará.

Sí, deberíamos debatir las mejores estrategias para conseguir que todos tengamos los mismos derechos y persuadir a los que no están convencidos. Pero eso no significa retroceder o ceder de cara a una reacción violenta. La emancipación de la clase trabajadora tiene que ser de toda la clase trabajadora: hombres y mujeres, blancos y negros, heteros y LGTB. Vivimos una época en la que muchos fanatismos han sido condenados oficialmente. Los espantosos demonios se han liberado a ambos lados del Atlántico. Este año, la derecha ya ha ganado votos de manera masiva. Si nos rendimos a su agenda, les regalaremos más victorias.

Traducido por Cristina Armunia Berges

sábado, 5 de noviembre de 2016

El autoritarismo de Hungría podría augurar el futuro de Europa

El primer ministro de Hungría, Viktor Orbán. / EFE. EFE


Owen Jones
eldiario.es


Hungría está en peligro mortal y su supervivencia determinará el futuro de nuestro maltrecho continente. Este fin de semana, el principal diario de la oposición —imagínense un Guardian húngaro— fue cerrado por sus propietarios tras seis décadas de existencia. Su archivo digital desapareció de la red; se dejó a sus trabajadores fuera de la oficina y no fueron capaces de acceder a sus correos.
Públicamente se ha presentado como una decisión comercial: en la cada vez más represiva sociedad húngara, existe un cinismo generalizado sobre tal argumento. Era un periódico que osó desafiar al gobierno, ya fuese en cuestiones políticas, de corrupción o por sus ataques contra la democracia.
El autoritarismo populista de derechas está barriendo el mundo occidental: Hungría es un ejemplo destacado. Todos sabemos que la historia ha dado un giro después de la crisis financiera de 2008: estamos empezando a ver lo afilado de ese giro. Desde el movimiento independentista escocés a Podemos en España, de Donald Trump al Frente Nacional de Francia y la extrema derecha de Hungría, del ascenso de Bernie Sanders y Jeremy Corbyn a Syriza en Grecia: acaba de empezar una lucha dolorosa por el futuro de Occidente.
El primer ministro húngaro, Viktor Orbán —cuyo partido derechista alcanzó el poder en 2010— lo reconoce. Su principal lección de 2008 es que “los Estados democráticos liberales no pueden seguir siendo globalmente competitivos”. Orbán ha comprometido su gobierno a la construcción de una “democracia no liberal”, y está cumpliendo su palabra.
Otros tienen descripciones más duras. El disidente húngaro Gáspar Miklós Tamás acusa al gobierno de “mearse en el status quo liberal” en favor del “posfascismo”.
El poeta húngaro-británico George Szirtes lo sabe todo sobre represión. Su madre era fotógrafa, su padre, un alto funcionario ministerial y ambos huyeron después de que la Unión Soviética machacase la revolución húngara en 1956. “La democracia húngara está en peligro”, me contó. “Nos dirigimos hacia una situación putiniana”. Como indica Lydia Gall, de Human Rights Watch: “Lo que hemos visto en los últimos seis años es, básicamente, un deterioro continuado del Estado de derecho y de la protección de derechos humanos”.
En 2010 y 2011, Hungría aprobó una serie de leyes que fueron condenadas por Amnistía Internacional como “amenaza al derecho a la libertad de expresión”. Los medios de comunicación húngaros debían registrarse ante una autoridad nacional. La emisora Klubrádió —crítica con el gobierno— se convirtió en una de sus víctimas. A finales de 2011, las autoridades decidieron no conceder la licencia de emisión a Klubrádió, forzándola a una larga batalla, aunque finalmente ganó la emisora.
Este gobierno autoritario ha modificado la Constitución en varias ocasiones: un cambio estableció discriminación contra la comunidad LGTB definiendo la familia como una unidad “basada en el matrimonio de un hombre y una mujer, o una relación por línea de sangre o tutela”. De hecho, a principios de este año, Hungría bloqueó un acuerdo europeo para prevenir la discriminación contra la comunidad LGTB.
Otros cambios han atacado la independencia judicial y las libertades religiosas. Instituciones públicas clave, tales como la oficina del fiscal general y el tribunal constitucional, se han quedado de facto a cargo del partido en el gobierno. “Estas son instituciones que deberían ejercer de vigilantes sobre el gobierno”, señala Gall. Existe una creciente atmósfera de intolerancia en este país, acusando a aquellos que disienten de traidores y cómplices del terrorismo. Peor todavía, uno de los principales partidos de la oposición es Jobbik, un partido antisemita y neofascista con una rama paramilitar.
El papel de Hungría en la crisis de refugiados europea ha sido espantoso, provocando al ministro de Exteriores de Luxemburgo proponer su expulsión de la UE por tratar a los refugiados “peor que los animales”. El año pasado, el país declaró el estado de crisis y construyó una valla con la intención de contener a los refugiados en Serbia. Las gente que ya ha huido de la violencia está siendo supuestamente perseguida por perros y golpeada.
¿Y qué ha hecho la Unión Europea? Hungría es, después de todo, dependiente de la asistencia económica de la Unión. El Artículo 7 del Tratado de la Unión Europea existe para sancionar a los Estados miembros que violen sus normas e incluye la suspensión de sus derechos de voto. La Comisión Europea ha hecho cada vez más difícil reclamarlo y el año pasado el Parlamento Europeo desechó una propuesta para invocar el Artículo 7, o al menos para activar un mecanismo de advertencia.
Cuando el gobierno de Hungría impuso la prejubilación masiva de jueces veteranos en favor de reemplazos más maleables, la Unión Europea tomó medidas —pero solo basándose en la discriminación por edad. Hungría fue multada y forzada a pagar una compensación económica a aquellos afectados— pero aun así logró su objetivo. Un reciente referéndum propuesto por el gobierno para oponerse a los planes de la UE sobre el asentamiento de refugiados, fracasó por la insuficiente participación pero desató una retórica inflamable, racista y xenófoba.
La situación de Hungría tiene ecos alarmantes en la historia de Europa: pero, horriblemente, podría augurar también nuestro futuro. En lugar de sentirse repelidos, una nueva generación —incluidos graduados universitarios— se sienten cada vez más atraídos por la extrema derecha. Polonia también está en manos de una derecha autoritaria que socava la democracia difícilmente ganada en el país. Sin consecuencias significativas, estos gobiernos se sienten cada vez más animados. En Austria, la extrema derecha se acerca al poder; en Francia, se fortalece; en Suecia y otros países, también.
La cura para tales movimientos es una izquierda que ofrezca una alternativa inspiradora y pertinente para las inseguridades y ambiciones del mundo poscrisis. No tenemos eso todavía, pero no es excusa para la apatía. Y nosotros en Gran Bretaña no podemos, engreídos, condenar a Hungría, por supuesto: desde la votación del Brexit, el nacionalismo xenófobo ha desfilado desafiante. Nuestra primera ministra condena a sus rivales políticos por mostrar desprecio al patriotismo; esta semana, tanto el periódico Daily Mail como el Daily Express imprimieron portadas espeluznantes pidiendo condenar a los “Brellorones [llorones del Brexit] antipatriotas” por “conspirar para subvertir la voluntad del pueblo británico” y pidiendo silenciar a “los quejicas de la salida de la Unión Europea”.
Cada vez es más común en la Europa moderna que los oponentes políticos sean retratados como antipatriotas de la quinta columna. La historia de nuestro continente nos cuenta donde puede ir esto a parar. Hungría es quizá el caso más extremo, un concentrado de en lo que se está convirtiendo Europa. Es una advertencia a la que deberíamos atender.

[Fuente: eldiario.es. Traducido por Javier Biosca Azcoiti]

martes, 1 de noviembre de 2016

Wikileaks apunta a que los Clinton intentaron enriquecerse con su fundación benéfica

El matrimonio Clinton en una imagen de archivo EFE


Dan Roberts
eldiario.es

Traducido por Cristina Armunia Berges


La campaña de Donald Trump se ha aprovechado de las embarazosas revelaciones sobre vínculos confusos entre la Fundación Clinton y los intereses económicos de la familia. Los nuevos correos electrónicos filtrados por Wikileaks están provocando el peor revuelo político de la campaña de la demócrata hasta la fecha.

Las nuevas revelaciones detallan el alcance de lo que se bautizó como 'Bill Clinton Inc' por asesores que presumían de haber obtenido más de 100 millones de dólares para el antiguo presidente.

Un correo electrónico habla acerca de una investigación interna sobre si la condición de organización benéfica que ostentaba la fundación estaba en riesgo, revela Chelsea Clinton avisando de que su padre estaría "horrorizado" si escuchase que se estaban haciendo comparaciones entre sus actividades y "las motivaciones lucrativas de Tony Blair".

Ahora el caso amenaza con oscurecer la campaña de Hillary Clinton. Son muchas las voces que piden una auditoría interna completa cuyas conclusiones se hagan públicas para que la información sobre el asunto no se reduzca a los extractos proporcionados por Wikileaks.

"La revelación de que ha comenzado una profunda investigación sobre si estaban violando las normas sobre impuestos de las organizaciones benéficas por el empeño en recaudar dinero de los Clinton es verdaderamente preocupante", dijo este jueves Jason Miller, un portavoz de Trump. "En honor a la transparencia, los Clinton deben publicar todos los documentos internos relacionados con la investigación de la fundación, incluidas notas para entrevistas y otra documentación de apoyo, así como todos los informes iniciales y preliminares".

Wikileaks ha estado publicando embarazosos y, en ocasiones, reveladores mails de Hillary Clinton y figuras clave de su partido desde julio, dando una serie de datos sin precedentes de la labor de su campaña y de su fundación. Estas revelaciones también están alimentando las esperanzas de la derecha de que quizá Wikileaks publique algo completamente letal antes del día de las elecciones.

La campaña de Clinton ha ignorado en gran medida la publicación de correos electrónicos enviados a su presidente, John Podesta, señalando que la inteligencia estadounidense cree que Rusia llevó a cabo este pirateo en un intento de manipular las elecciones. No han querido hacer comentarios sobre estas últimas afirmaciones.

Preocupación en el seno de los Clinton
Pero las informaciones muestran preocupaciones evidentes, incluso dentro de la familia, de que ciertas personas del entorno de los Clinton estaban intentando sacar provecho de sus conexiones políticas de manera inadecuada.

"Me pone muy triste", escribió Chelsea Clinton, que declaró que algunos asesores llamaron a miembros del parlamento británico en nombre de su padre, aunque en realidad trabajaban para clientes comerciales como Dow Chemical. "Todo esto sin el consentimiento de mi padre, y de manera poco elegante e ineficaz en el mejor de los casos y, en el peor... ahora hacen que la gente en Londres haga comparaciones entre las motivaciones lucrativas entre mi padre y Tony Blair, algo que va a horrorizar a mi padre".

No obstante, los intentos de culpar a los asesores de Clinton por explotar sus vínculos políticos provocó una respuesta tajante de uno de ellos, que aseguró que el antiguo presidente "y su familia" también se beneficiaron de "viajes personales, hospitalidad y vacaciones" por saber mover bien sus hilos.

"¿Cómo vamos nosotros a pasar por algo como esto (la investigación interna) y no WJC (William Jefferson Clinton), cuando él está en una posición mucho más conflictiva en lo que hace todos los días? ¿Por qué no aplicar la estructura que se estableció para él en este tipo de situación?", escribió Doug Band, un antiguo ayudante personal o 'body man' del expresidente, que puso en marcha una consultora de negocios muy exitosa llamada Teneo.

"Curiosamente, WJC no tiene que firmar dicho documento a pesar de que le pagan personalmente tres patrocinadores de la Clinton Global Initiative y recibe caros regalos de ellos, algunos de los cuales están en casa", añadió Band.

En un informe en el que defiende su papel, Band también señala que él y otro ayudante personal cercano consiguieron "50 millones de dólares en actividades con fines comerciales" y "66 millones de dólares en futuros contratos" para el presidente Clinton, incluidos unos 20 millones por dar conferencias pagadas. El informe detalla cómo los clientes de Teneo como Coca-Cola, Dow, UBS y BHP Billiton fueron animados a hacer donaciones a la Fundación Clinton a cambio de encuentros personales con el expresidente, a veces en las casas de la familia en Washington y Chappaqua.

Un mail también revela que convencieron a Podesta de reunirse con BHP cuando era un asesor superior de Barack Obama, escribiendo a Band: "Por ti, lo intentaré".

Band reconoció que tanto él como su socio de Teneo, Declan Kelly, un antiguo presidente de la gigante de relaciones públicas londinense Financial Dynamics y enviado económico de EEUU a Irlanda del Norte, "apreciaban la naturaleza poco ortodoxa de sus papeles" pero sentían que era apropiado dirigir a sus clientes a hacer donaciones para la Fundación Clinton.

"Tal y como el informe demuestra, Teneo trabajó para alentar a sus clientes, si es que procedía, a apoyar a la Fundación Clinton por el buen trabajo que desarrolla en todo el mundo", ha explicado su compañía en un comunicado enviado a the Guardian. "También muestra claramente que Teneo nunca recibió ningún beneficio financiero ni de ningún tipo por hacerlo".

No obstante, el bufete de abogados contratado por la fundación para revisar sus relaciones ha advertido que algunos donantes "quizá tienen la expectativa de recibir una compensación por el regalo", según un informe revelado por Wikileaks.

"El señor Band llamó al acuerdo poco ortodoxto, el resto de nosotros lo llamamos directamente corrupción", dijo Trump este jueves. "Si los Clinton estaban dispuestos a jugar a este tira y afloja cuando no estaban en la Casa Blanca, imagina simplemente lo que harán si se les da la oportunidad de controlar el Despacho Oval".

Fuente: http://www.eldiario.es/theguardian/Wikileaks-Clinton-intentaron-enriquecerse-fundacion_0_574293247.html

viernes, 28 de octubre de 2016

Afganistán, ese pequeño y sucio secreto de la campaña estadounidense

Imagen de archivo de la misión de la OTAN en Afganistán EFE

Ambos candidatos están ignorando la guerra en Afganistán: en los tres debates presidenciales el conflicto solo se ha mencionado una vez
De acuerdo con estimaciones de Estados Unidos, los talibanes controlan actualmente más territorio que nunca desde 2001
La esperanza de que el ejército y la policía entrenados por la OTAN remplacen con éxito a los soldados occidentales, se ha demostrado ilusoria

Simon Tisdall 

Con todos los ojos puestos en Mosul, Alepo y el despliegue militar ruso en Oriente Medio, el rápido deterioro de la seguridad en Afganistán ha sido totalmente ignorado por Hillary Clinton y Donald Trump. Quienquiera que gane la presidencia en Estados Unidos tendrá difícil justificar esa indiferencia tras el discurso inaugural.

Como demuestra el asesinato esta semana de 30 personas en la provincia de Ghor, el asunto de Afganistán tiene formas de forzar su entrada en el foco político. Barack Obama aprendió está lección a la fuerza. Prometió acabar con la guerra. En su lugar, la intensificó, después flaqueó y finalmente perdió el interés.

La estrategia de Obama de 2009 de aumento de presencia estadounidense en el país, apoyada por Clinton, entonces secretaria de Estado, envió 51.000 soldados adicionales a Afganistán. Pero los refuerzos fracasaron en su objetivo de acabar con la insurgencia talibán. En 2014 Obama dijo que la guerra estaba acabando. Pero se ha tenido que comer sus palabras. Mientras deja el cargo, 8.400 soldados estadounidenses y un amplio contingente aéreo siguen allí.

Los talibanes afganos, apoyados por células en Pakistán, siguen siendo el enemigo más numeroso y mortífero. Análisis recientes sugieren que los talibanes están ganado territorio en Helmand, donde una vez combatieron los soldados británicos. Las continuas ofensivas en la zona de Kunduz en el norte y los osados ataques en Kabul han sido repelidos, pero con mucha dificultad.

Los yihadistas de al Qaeda, razón por la cual entró Estados Unidos en Afganistán en 2001, siguen activos en al menos siete provincias, mientras que el ISIS se ha afianzado en Nangarhar. Señores de la guerra enfrentados étnicamente complican aún más el panorama.

Afganistán es ya la guerra más larga de Estados Unidos. Su 15º aniversario se cumplió el pasado 7 de octubre. Más de 2.300 soldados estadounidenses han muerto en Afganistán. El conflicto ha costado a los contribuyentes estadounidenses 628.700 millones de euros.

Incluso a pesar de las recientes e inciertas conversaciones de paz, el conflicto está lejos de terminarse. Afganistán se ha convertido en el pequeño y sucio secreto de la campaña presidencial de Estados Unidos sobre el que ningún candidato se preocupa en discutir.

En los tres debates presidenciales, Afganistán solo se ha mencionado una vez, por Clinton, y después solo de pasada. La demócrata, ya atacada por su apoyo a la invasión de Irak de 2003 y la intervención estadounidense en Libia en 2011, tiene muy pocos alicientes para llamar la atención de un problema inconcluso en Afganistán. Sabe que la guerra es sumamente impopular entre los votantes.

Por su parte, Trump parece entender muy poco e importarle menos. Una vez dijo que la guerra era un “error terrible”, pero no tiene una política conocida. Hasta los talibanes parecen ofendidos. Un portavoz talibán, mencionado por el analista Yochi Dreazen, señaló tras el primer debate que Trump dice “lo primero que se le ocurre” y que “no es serio”.

Esta indiferencia no puede durar, escribe Dreazen. “Cualquiera que sea el motivo, el silencio sobre Afganistán es una auténtica vergüenza, ya que el futuro de la larga guerra liderada por Estados Unidos será una de las primeras y principales decisiones que tanto Trump o Clinton tendrán que tomar... El próximo presidente tendrá que decidir si dejar allí las tropas, enviar más, o traer todavía más a casa”, señala.

Abandonar Afganistán no es probablemente una opción, no importa lo mucho que a los países occidentales les gustase hacer desaparecer el problema. A pesar del fracaso de muchos proyectos de reconstrucción rural, 70 países donantes se han comprometido a dar otros 13.900 millones de euros durante los próximos cuatro años.

Aunque las necesidades humanitarias son, sin duda, acuciantes, semejante generosidad parece ser un triunfo de la esperanza sobre la experiencia. La situación en materia de seguridad es grave en muchas zonas, el gobierno afgano en Kabul es débil y la corrupción oficial es endémica.

La violencia contra las mujeres continúa a pesar de los arduos esfuerzos para combatirla. Más de 5.000 casos —incluidos 241 asesinatos— fueron denunciados en la primera mitad del año. La producción de opio vuelve a estar alta. Los refugiados afganos continúan dirigiéndose a Europa en grandes cantidades. El conflicto continúa desestabilizando a Pakistán.

La esperanza entusiasta de que el ejército y la policía tan entrenados por la OTAN remplacen con éxito a los soldados occidentales y que proporcionen la seguridad adecuada se ha demostrado ilusoria. De acuerdo con análisis de Estados Unidos, los talibanes controlan actualmente más territorio que nunca desde 2001. En lo que llevamos de 2015, cerca de 2.500 civiles han muerto, según cifras de la ONU. Muchos de ellos fueron asesinados por fuerzas gubernamentales. Y las muertes de menores han crecido un 15%.

Piensen lo que piensen Clinton y Trump, Afganistán no es un problema que pueden esquivar por mucho tiempo.

Traducido por Javier Biosca Azcoiti

Fuente: theguardian - eldiario.es

viernes, 30 de septiembre de 2016

Obama quiere nombrar un embajador en Cuba antes de dejar la Casa Blanca, pero no lo conseguirá

Obama cree que el nombramiento de un embajador es un paso de "sentido común". EFE



El portavoz de la asociación que representa a los diplomáticos estadounidenses cree que Obama tiene un "0%" de posibilidades de que el Congreso apruebe el nombramiento de Jeffrey DeLaurentis como embajador en La Habana
Senadores republicanos como Marco Rubio o Ted Cruz han prometido bloquear la designación, aduciendo falta de progreso en democracia y derechos humanos
"Tener un embajador facilitará la defensa de nuestros intereses e incrementará nuestro entendimiento mutuo", defiende Barack Obama


David Smith - Washington



Barack Obama tiene un "0%" de posibilidades de que el Congreso apruebe su designación de un embajador en Cuba, según el sindicato que representa a los diplomáticos estadounidenses.

El presidente ha anunciado esta semana la elección de Jeffrey DeLaurentis para que se convierta en el primer embajador estadounidense en Cuba en más de medio siglo, con el fin de sellar su tregua con la isla. Pero, mientras La Habana ha visto con buenos ojos la iniciativa, senadores republicanos como Marco Rubio (Florida) o Ted Cruz (Texas) han prometido bloquear cualquier nombramiento de un embajador, aduciendo la falta de progreso en democracia y derechos humanos.

Al pedirle que valore las posibilidades de que DeLaurentis sea nombrado, Ásgeir Sigfússon, portavoz de la Asociación del Servicio Exterior Estadounidense, ha respondido: "Yo diría que un 0%. Con Marco Rubio en la comisión de relaciones exteriores del Senado, no va a pasar nunca".

Rubio y Cruz son ambos hijos de inmigrantes cubanos. "Han prometido hacer todo lo que esté en su mano contra la normalización de las relaciones", ha explicado Sigfússon. "Puede que ni siquiera pase por una audiencia".

El representante sindical ha indicado que la iniciativa parece por tanto un gesto inútil por parte de Obama: "El presidente está ejerciendo su derecho a ser un pato cojo (término con el que se designa en Estados Unidos a los cargos políticos en la recta final de sus mandatos) que intenta hacer todo lo que puede. Es simbólico. Condujo hacia la normalización de las relaciones y reivindica que es él quien lo consiguió".

Estados Unidos y Cuba rompieron sus relaciones diplomáticas en 1961, en medio de la guerra fría. Obama y el presidente cubano, Raúl Castro, anunciaron por sorpresa en diciembre de 2014 que habían acordado en secreto recuperar esas relaciones, lo que incluía la reapertura de embajadas en ambos países. Obama protagonizó una visita histórica a la isla en marzo, y los vuelos comerciales se recuperaron el mes pasado.

Obama ha descrito el nombramiento de un embajador como un paso de "sentido común" hacia unas relaciones más productivas y ha asegurado que DeLaurentis –el diplomático de mayor rango hasta ahora en la embajada de EEUU en La Habana– es la mejor persona para ese puesto.

"No hay ningún funcionario más apto que Jeff para mejorar nuestra capacidad de dialogar con el pueblo cubano y hacer avanzar los intereses de EEUU en Cuba", ha afirmado el presidente en un comunicado. "El liderazgo de Jeff ha sido crucial en la normalización de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba". Ha añadido que "tener un embajador facilitará la defensa de nuestros intereses e incrementará nuestro entendimiento mutuo, a pesar de que sabemos que seguiremos teniendo diferencias con el gobierno cubano. Al no estar representados por un embajador solo nos perjudicamos a nosotros mismos".

Este miércoles, Gustavo Machín, subdirector de Asuntos Estadounidenses en el Ministerio de Exteriores cubano, ha dado la "bienvenida" a la noticia y ha anunciado que aprovechará una reunión de una comisión bilateral este viernes en Washington para pedir más. "La delegación cubana mencionará la falta de avances en la esfera económica y comercial", ha dicho Machín en La Habana. "Consideramos que las medidas adoptadas por el gobierno del presidente Obama son positivas pero aún insuficientes y limitadas".

El representante cubano también ha dicho que Obama debería usar su poder ejecutivo para seguir reduciendo el embargo comercial impuesto a Cuba tras su revolución de 1959: "Si el presidente ha podido permitir inversiones en telecomunicaciones, ¿por qué no puede autorizar inversiones en otras áreas?".

Marco Rubio no quiere "premiar" a los Castro

Al diplomático cubano de más alto rango en Washington, José Cabañas, ya le dieron el rango de embajador el año pasado.

Pero la batalla sobre "nuestro hombre en La Habana" ya está en camino. "Al igual que liberar a todos los terroristas de Guantánamo y enviar dinero de los contribuyentes estadounidenses al régimen iraní, premiar al gobierno de Castro con un embajador estadounidense es otro proyecto desesperado para que el presidente deje su huella y hay que pararlo", ha defendido Marco Rubio.

"Un embajador estadounidense no va a influir en el gobierno cubano, que es un régimen dictatorial y cerrado. Esta designación no debería ir a ninguna parte hasta que el régimen de Castro promueva avances significativos e irreversibles en el ámbito de los derechos humanos y las libertades políticas para el pueblo cubano, y hasta que se aborden las preocupaciones por el robo de propiedades y los crímenes contra ciudadanos estadounidenses por parte del régimen cubano, que vienen de lejos", ha sentenciado.

El senador Patrick Leahy, de Vermont, es el demócrata de mayor rango en la subcomisión que supervisa las operaciones del Departamento de Estado y de los servicios exteriores. Este parlamentario ha asumido una postura diferente: "DeLaurentis es un diplomático de carrera muy respetado por sus compañeros y por los demócratas y republicanos del Congreso por su inteligencia, su integridad y su consideración".

"La decisión de restablecer las relaciones diplomáticas con Cuba ha recibido un gran apoyo y el número de estadounidenses que viajan a Cuba está aumentando drásticamente", ha valorado el senador. "Necesitamos un embajador que conozca Cuba, que sea respetado por el gobierno cubano y que defienda los intereses y valores de Estados Unidos. Jeff es esa persona. El pueblo cubano tiene su embajador en Washington. El pueblo estadounidense necesita su embajador en La Habana".

Desde que se recuperaron las relaciones diplomáticas el 20 de julio del año pasado, DeLaurentis ha liderado las negociaciones con Cuba en cuestiones como los miles de millones de dólares que Estados Unidos reclama a Cuba por propiedades confiscadas durante la revolución.

El candidato republicano a la presidencia, Donald Trump, dijo hace unas semanas que, si es elegido, dará marcha atrás a los esfuerzos de reconciliación de Obama salvo que Cuba permita las libertades religiosas y libere a los prisioneros políticos.

Tras un bloqueo que el año pasado dejó en un limbo a numerosos aspirantes a embajadores, la situación ha mejorado mucho. Ocho de ellos esperan confirmación, de los cuales está previsto que cinco reciban confirmación esta semana, según  Sigfússon.

Traducción de Jaime Sevilla Lorenzo

Fuente: theguardian - aldiario.es

miércoles, 28 de septiembre de 2016

El papa contra los pecados del periodismo

El papa pide que el periodismo no se convierta "en un arma de destrucción" EFE



El papa pide a los periodistas un esfuerzo extra para buscar la verdad y garantizar que no se propaguen rumores capaces de matar a gente
"El periodismo basado en los chismes y las mentiras es una forma de terrorismo", asegura el pontífice


The Guardian  
 
El papa pide que el periodismo no se convierta "en un arma de destrucción"

El periodismo basado en los chismes y los rumores es una forma de "terrorismo" y los medios de comunicación que estereotipan a poblaciones enteras o fomentan los miedos en torno a la inmigración están actuando de manera destructiva. Así se ha expresado el papa Francisco durante un discurso ante los líderes nacionales italianos y el gremio de periodistas. Les pidió a los reporteros un esfuerzo extra para buscar la verdad, particularmente en una época en la que la cobertura informativa funciona las 24 horas.

Propagar rumores es un ejemplo de "terrorismo, de cómo puedes matar a una persona con tu lengua", dijo. "Y esto se aplica incluso más en el caso de los periodistas porque sus voces pueden alcanzar a todo el mundo y esta es un arma muy poderosa". En Italia algunos periódicos están muy politizados y se usan para desacreditar a aquellos con diferentes puntos de vista político, a veces difundiendo rumores infundados sobre la vida privada de la gente.

En el año 2009 varios medios de comunicación propiedad del entonces primer ministro Silvio Berlusconi estuvieron bajo el punto de mira del gremio de periodistas por unas historias publicadas que cuestionaban la credibilidad de un magistrado que había dictado sentencia contra una compañía propiedad de la familia Berlusconi. Las historias estaban llenas de insinuaciones sobre su forma de vestir, incluido el color de sus calcetines, o la manera en la que caminaba por el parque.

"Nadie debería fomentar el miedo ante situaciones como la de la migración forzada por la guerra y el hambre", añadió. El año pasado, el periódico de derechas Libero tituló su historia sobre los ataques de París que mataron a unas 130 personas de este modo: "Bastardos islámicos".

Papa Francisco: "El periodismo basado en los chismes y las mentiras es una forma de terrorismo"


Traducido por Cristina Armunia Berges

Fuente: eldiario.es - theguardian

domingo, 18 de septiembre de 2016

Siria estrena su alto el fuego con estallidos de violencia pocas horas después

Fotografía cedida por la agencia de noticias oficial siria (SANA), que muestra al presidente de Siria, Bachar al Assad, mientras pasea por una calle de Daraya durante la festividad del Eid al Adha, horas antes de la entrada en vigor del cese de hostilidades EFE

EEUU recuerda al régimen de Asad que no debería bombardear ningún objetivo en zonas bajo el control de la oposición
Después de pasar el año pasado impulsando al líder sirio, Bashar al Asad, bombardeando grupos y comunidades contrarias a él, Rusia ha surgido como el principal defensor del alto el fuego.
El secretario de Estado de EEUU, John Kerry, asegura que "es demasiado pronto para sacar conclusiones definitivas"

MARTIN CHULOV | BEIRUT / JULIAN BORGER | WASHINGTON
 

El alto el fuego planificado entre los grupos del régimen y la oposición lucha por resistir en varias partes de Siria. Horas después de entrar en vigor, se han registrado explosiones en la línea de suministros del lado rebelde en el Este de Alepo y en el sur de la ciudad de Daraa.

También se han producido ataques en Homs, Hama y Deir Azzour el lunes tras anochecer, cuando la tregua que habían pactado Rusia y Estados Unidos debía comenzar. Durante el fin de semana se depositaron escasas esperanzas en el acuerdo. Los grupos de la oposición insistieron en que ninguna de las partes podría conseguir que la otra aceptase su posición en los asuntos más discutidos, tales como qué áreas siguen siendo objetivos a bombardear o cuáles deberían recibir ayuda.

Desde Washington, John Kerry aseguró que los informes iniciales hablaron de cierta reducción de la violencia así como de luchas esporádicas, pero que era "demasiado pronto para sacar conclusiones definitivas".

"Sin duda, habrá informaciones que apunten a violaciones aquí y allá. Esto es lo normal durante un alto el fuego", asegura el secretario de Estado estadounidense. "Para todas las dudas que persistan, y habrá muchos desafíos durante los próximos días, a pesar de esto, el plan es una oportunidad para trabajar".

En sus declaraciones, Kerry sugirió que el régimen de Asad podría llevar a cabo ataques aéreos contra el frente de al-Nusra (que recientemente ha cambiado su nombre oficial al de Jabhat Fateh al Sham) si tuviera la aprobación rusa y estadounidense. Sin embargo, el portavoz del departamento de Estado, John Kirby, negó esta posibilidad: "El acuerdo anunciado la semana pasada no prevé de ninguna manera que Estados Unidos y Rusia aprueben ataques por el régimen sirio, y esto no es algo que podamos concebir. El primer propósito de este acuerdo, desde nuestra perspectiva, es prevenir que las fuerzas aéreas del régimen sirio puedan sobrevolar o bombardear cualquier zona en la que la oposición o Nusra esté presente".

EEUU y Rusia quieren fijar objetivos comunes

"El propósito del JIC (acuerdo entre EEUU y Rusia para atacar objetivos de ISIS), si termina por establecerse, será coordinar acciones militares entre EEUU y Rusia, no para ningún otro bando", añadió.

Kerry aplaudió a los grupos de la oposición por mostrar el "valor" al separarse por sí mismos de al Nusra, que oficialmente ha declarado su escisión de Al Qaeda, pero que según Estados Unidos sigue siendo una filial de la organización terrorista. Por otro lado, Kerry instó a otros grupos a separarse de las unidades de al Nusra en la primera línea de combate.

"No podemos adoptar de ninguna manera el peligro moral simplemente porque ellos luchan ferozmente y decir, 'oh, vamos a permitir que de algún modo Al Qaeda sea la punta de la lanza con respecto a Asad", explicó Kerry, y añadió que una estrategia como esa sería "loca y finalmente autodestructiva", elevando el nivel de terror en Europa, Oriente Medio y otros lugares.

"Para la oposición no es aconsejable, al estar siendo apoyada por países amenazados por Nusra, estar jugando con este grupo. Es un caso perdido", apuntó el secretario de Estado. "Lo hemos dejado claro... si después deciden estar del lado de Nusra, ellos correrán con ese riesgo".

Rusia insistió en que mantendría sus aviones lejos de las áreas de la oposición en las que no haya presencia de grupos yihadistas como Jabhat Fateh al Sham, que está catalogado por Estados Unidos como un grupo terrorista. También presionó sin éxito para que los grupos islamistas Ahrar al Sham y Jaish al Islam sean añadidos a la lista.

La cuestión de qué áreas de la oposición se consideren todavía objetivos válidos es una de las claves de la desconfianza de los grupos de la oposición, particularmente en Alepo y la provincia de Idlib, donde los yihadistas e islamistas mundiales han llegado a tener una presencia relevante durante el transcurso de los cinco años de guerra.

¿Qué es terrorismo?

"Queremos saber qué garantías hay", ha dicho Salem al Muslet, portavoz del High Negotiations Commitee, la principal organización siria de la oposición. "¿Cuál es la definición que se ha acordado para el término 'terrorismo'?"

Al final del primer día de la celebración del Eid al Adha (festividad mayor de los musulmanes), el ejército sirio anunció que cesaba sus operaciones. Antes, Turquía había manifestó un apoyo cauteloso al alto al fuego, al igual que los otros dos principales protagonistas, Irán y Hezbollah.

Después de pasar el año pasado impulsando al líder sirio, Bashar al Asad, bombardeando grupos y comunidades rebeldes contrarias a él, Rusia ha surgido como el principal defensor del alto el fuego. Se ha comprometido a abrir líneas de ayuda para zonas asediadas, como el este de Alepo controlado por la oposición, y también a perdonar a las comunidades rebeldes, si se desvinculan de los yihadistas.

Antes del cese al fuego, Asad dijo el lunes que su gobierno estaba determinado a "recuperar cada área de las manos de los terroristas y reconstruir" el país. "Pedimos a todos los sirios que miren ahora hacia la reconciliación", dijo Asad a la agencia de noticias estatal Sana durante una extraña comparecencia pública en las calles de Daraya, un suburbio de Damasco que se entregó a la autoridad del gobierno el mes pasado.

Aparentemente, los grupos de la oposición se reunieron en varias partes de Siria el lunes por la noche. Antes de la tregua, muchos se mostraron cautelosos sobre lo que significaría, argumentando que no habría modo de forzar al régimen sirio a cumplirla y que había pocos incentivos para que sus países aliados no utilizaran esta tregua para vender en casa una victoria en el campo de batalla.

A pesar de todo, se espera que la mayoría de los grupos apoyen cautelosamente el pacto, que sigue a los fracasos de los tres acuerdos anteriores. Uno fue un intento de alto el fuego, mientras que los otros dos se derrumbaron en la mesa de negociación. Si el alto el fuego se mantiene, tanto Moscú como Washington han asegurado que abrirán un comando conjunto central para consensuar los futuros objetivos.

Los aviones rusos y sirios han causado numerosos estragos en la infraestructura civil desde el comienzo de la intervención rusa, con hospitales, zonas comerciales y escuelas atacadas regularmente. Los grupos de la oposición han insistido en que Rusia tenía intención de obligarles, a base de bombardeos, a sentarse en una mesa de negociación, pero reclamaron que no podían sentarse con autoridades sirias o sus partidarios desde una posición debilitada.

Traducido por Cristina Armunia Berges

ACTUALIZACIÓN | La ONU acusa al régimen sirio de bloquear la entrada de ayuda humanitaria en Alepo este

Un día después de que el alto el fuego entrara en vigor este lunes, ya ha surgido un primer obstáculo. La ONU ha comunicado que el régimen no está dando permiso para que entren 20 camiones de ayuda humanitaria de Naciones Unidas en la parte este de Alepo. El enviado especial de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, ha indicado que el acuerdo de alto el fuego establece de forma clara que solo hace falta notificar al gobierno la ayuda que entra en la ciudad.

Hasta 20 camiones están listos para desplazarse. El procedimiento acordado consiste en dar detalles al gobierno del contenido de los camiones. No debería hacer falta permiso ni inspecciones de las autoridades sirias. De Mistura ha asegurado que "los camiones no se están moviendo" y ha dado a entender que el gobierno sirio está incumpliendo el acuerdo al negarse a permitir el acceso sin poner obstáculos. "Tenemos que hacer nuestros deberes", ha reclamado De Mistura.

Fuente: eldiario.es - the guardian

jueves, 15 de septiembre de 2016

Miloš Zeman, el líder socialdemócrata checo que agita la bandera contra los refugiados

Miloš Zeman, en una fotografía de archivo EFE

Su retórica anti-musulmana y sus críticas a la UE le han ganado elogios en su país y en países vecinos, pero genera interrogantes en el resto de Europa
Su mensaje contrario a la inmigración llama la atención, ya que se trata de un político del partido socialdemócrata y excomunista
El año pasado les llegó a desear la muerte a los abstemios y a los vegetarianos durante una reunión con enólogos

ROBERT TAIT - Praga


En Praga, en un impresionante castillo del siglo XIX que alguna vez fue sede del poder de emperadores romanos, Miloš Zeman tiene una preocupación prosaica que contrasta con la magnificencia del entorno.

"¿Usted fuma?", pregunta el presidente de la República Checa, encendiendo el primero de los varios cigarros que fumará durante la entrevista con the Guardian en la lujosa residencia oficial con vistas a la ciudad.

"Desafortunadamente los fumadores somos una minoría discriminada y se nos persigue en todos los hoteles, todos los restaurantes, en todas partes", continúa indignado, d efendiendo el hábito que él mismo alguna vez calificó de "inofensivo" si no se inicia antes de los 27 años. "Es como la Ley Seca que tuvo Estados Unidos. El whisky salía mucho más caro y era de mala calidad. Y ahora prohíben fumar".

La contradictoria ortodoxia científica moderna está a años luz de la autoridad moral que emanaba uno de sus predecesores, Václav Havel, un antiguo disidente anti-comunista que llegó a ser el primer presidente de la República Checa después de su separación de Checoslovaquia en 1992.

Fiel a las costumbres y a los pasatiempos

Esta imperturbable defensa de las costumbres tradicionales y los pasatiempos populares es característica de Zeman, que fue elegido presidente en las primeras elecciones directas del país en 2013.

El año pasado el presidente, cuyo gusto por la bebida es conocido –hasta el punto de haberse presentado ebrio en público en varias ocasiones–, generó polémica al desearle "la muerte a los abstemios y a los vegetarianos" durante una reunión con enólogos.

Su portavoz aclaró que el presidente se refería a Adolf Hitler, famoso abstemio que no comía carne. Como sea, Zeman se volvió sin dudas muy popular entre sus seguidores de la clase trabajadora que habitan predominantemente en provincias alejadas de la culta y cosmopolita Praga.

Esta sencilla rusticidad resuena aún más fuerte más allá de las fronteras de la República Checa y puede tener importantes consecuencias en el futuro de Europa. Toca una fibra sensible en las vecinas Eslovaquia, Hungría y Polonia, que –junto con la República Checa– conforman el   Grupo Visegrád . Cuando este viernes se reúnan todos los miembros de la UE en Bratislava, la capital eslovaca, para la primer cumbre desde el Brexit, se espera que este potente populismo de Europa del Este se haga notar.

Porque además Zeman parece estar más a gusto que nunca cuando expresa su negativa a aceptar refugiados musulmanes de Siria o de cualquier otro sitio para aliviar la crisis migratoria en Europa.

El presidente checo ha hecho un fusilamiento retórico de los inmigrantes musulmanes tan brutal que deja a otros anti-islámicos como Robert Fico , el primer ministro eslovaco, o incluso Viktor Orbán , el primer ministro húngaro que hará un referéndum el mes que viene para establecer si la población acepta o rechaza a los inmigrantes, como bebés de pecho.

Zeman ha advertido que la   República Checa , hogar de sólo 3.500 musulmanes en una población de 10,5 millones de personas según cifras oficiales, podría ser objetivo de un atentado yihadista y alentó a los checos a que se armen contra lo que él definió como un posible "súper holocausto". Su preocupación al parecer llevó a la introducción sin precedentes de detectores de metales para examinar a los turistas que visitan el castillo de Praga.

Socialdemócrata y comunista

El mensaje alarmista es especialmente llamativo porque, al contrario de la mayoría de los políticos anti-inmigrantes de Europa Occidental, Zeman (de 71 años) es social-demócrata (y excomunista) más que de derechas, y además a la República Checa no ha llegado la cantidad de refugiados que sí pasaron por las vecinas Austria y Hungría en su camino hacia Alemania.

Zeman ha sumado urgencia –y popularidad– al oponerse de forma agresiva a la propuesta de repartir refugiados por Europa según un sistema de cuotas, y se lo manifestó con vehemencia a la canciller alemana Angela Merkel durante su visita a Praga el mes pasado.

"Lo primero que le dije a la señora canciller cuando la vi fue: 'Si tú invitas a alguien a tu casa, no lo envíes a comer a donde los vecinos'. Estuve muy educado, ¿verdad?", relat ó Zeman en inglés, utilizando un tono apabullantemente paternalista para esconder sus autoritarias afirmaciones. La líder alemana le respondió con una simple sonrisa, dice él.

Pero hay pocas razones para sonreír cuando Zeman empieza a hablar de lo que él ve como la amenaza del radicalismo islámico   y de incluso los musulmanes "moderados", que según él podrían radicalizarse y cometer atentados terroristas, así como el pueblo alemán alguna vez llegó a fanatizarse y apoyar a Hitler.

"En los años 30, la mayoría de los alemanes eran gente decente, la nación de Goethe y Schiller y muchos más," afirma. "En pocos años se convirtieron en nazis. Y la radicalización de la población musulmana moderada podría ser un caso como el alemán. Podría incluso resultar más fácil que la radicalización alemana, porque estamos hablando de una ideología radical basada en una religión".

Cuando se le pide que intente justificar por qué aplica este pensamiento también a musulmanes seculares y no practicantes, Zeman cita a un antiguo ministro de Educación checo que llamó al islam "la religión de la muerte" y apunta a lo que él dice son las enseñanzas del Corán.

"Tú podrías decirme que la migración islámica está compuesta por personas pacíficas. Déjame darte un ejemplo. La actitud del islam –y no hablo de los yihad istas, sino del islam– hacia las mujeres, que conforman la mitad de la población. Como sabes, el Corán considera a la mujer algo como la mitad de un hombre".

El Donald Trump checo

El lenguaje desmedido, y para algunos tremendamente ofensivo, de Zeman le ha valido acusaciones de populista e inevitables comparaciones con el candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump. Él contraataca citando a Winston Churchill.

"Winston Churchill siempre fue populista y tenía razón. Y todos los que lo criticaban estaban equivocados," afirma Zeman. "¿Qué significa ser populista? Es un eslogan, una etiqueta, nada más."

Las crític as también apuntan al euroescepticismo del presidente, manifiesto en sus acusaciones contra las sanciones de la UE   a Rusia por su anexión de Crimea. Zeman ha pedido referendos sobre la permanencia de la República Checa en la UE y la OTAN, mientras advierte que él defendería permanecer en ambos.

La necesidad del país de permanecer en la UE, a la cual se unió en 2004, está justificada por el "dinero, dinero, dinero", dice, antes de comenzar una breve pero desentonada versión del clásico de ABBA. "Mi explicación cínica es que no somos pagadores netos en la UE. Nos dan muchísimos subsidios de los fondos europeos," aclara. "No es la misma situación del Reino Unido, claro está".

Sin embargo, advierte que la UE no sobrevivirá al Brexit sin provocar más deserciones a menos que haya un cambio de liderazgo y una reforma radical para cortar de raíz "directrices sin sentido".

La UE, dice, es como el tren destartalado de un chiste soviético sobre el colapso del comunismo. "La tercera parte del chiste tiene a Brezhnev   a bordo del tren", explica. "Y dice, ‘camaradas, si el tren se detiene, cerraremos las cortinas y fingiremos que el tren sigue andando’. La UE es como la tercera parte de este chiste. Quieren cerrar las cortinas del tren y fingir que sin ningún cambio de estrategia, el tren sigue andando".

Entonces el presidente quiere concluir la entrevista, pero duda al ver que no se ha acabado el último cigarro, lo que le da tiempo para reflexionar sobre el impacto del Brexit en el Reino Unido.

"Que viva Gran Bretaña. Pero me pregunto si Escocia seguirá siendo parte de Gran Bretaña", reflexiona.

¿Cr ee que el "Divorcio de terciopelo" de Checoslovaquia, que dio lugar a la República Checa y Eslovaquia, puede ser un ejemplo para el Reino Unido y una posible Escocia independiente? "No os deseo un aislamiento espléndido. El aislamiento es espléndido a largo plazo, pero ya sabes lo que decía Keynes: a largo plazo, estaremos todos muertos. Adiós".

Traducido por Lucía Balducci
Fuente: theguardian - eldiario.es

jueves, 8 de septiembre de 2016

Donald Trump se merece la bienvenida que le dieron los mexicanos



Vicente Fox - Expresidente de México 

Después de todas sus mentiras y su retórica venenosa contra nosotros, vino a México a intentar ser cortés. Demasiado tarde, Donald.


 La semana pasada, México fue foco de la mirada del mundo gracias a un evento inesperado y horrible: la visita del candidato presidencial de Estados Unidos más grosero y sin remordimientos en la historia de la política. ¿ Por qué vino Donald Trump a México? Es la pregunta que nos hicimos millones de mexicanos mientras gritábamos "¡No eres bienvenido!".

El candidato presidencial del partido republicano llegó a mi país ofreciendo una simpatía más falsa que un billete de 3 dólares. Él sabe que no es bienvenido y es consciente del rechazo que genera, no solo en México sino en toda América Latina y en otros países y culturas a los que ha ofendido. No sólo se ha ganado el odio y la indignación del mundo, sino que además con esta visita a mi país ha confirmado que es sin ninguna duda un hombre en quien no se puede confiar. No hace falta más que mirar la película que montó en su viaje a México, una farsa para demostrar lo indemostrable: cortesía.

Trump ha construido su campaña sobre la máxima de que "la mala publicidad es mejor que no tener publicidad". Está claro que lo único que le importa a Trump son las mediciones de audiencia, no la credibilidad. Su campaña es un montaje y ha engañado a sus seguidores desde el principio. Pero lo peor es que maneja la información como un virus que ha infectado al pueblo estadounidense.

Trump ha afirmado que los inmigrantes mexicanos y latinoamericanos son los que introducen armas, crimen y drogas en EEUU, que los mexicanos somos responsables de la violencia. Pero mientras con una mano señala a los mexicanos, con la otra anima a los estadounidenses a comprar armas. Según cifras del gobierno de EEUU, siete de cada diez armas incautadas en México proviene de Estados Unidos.

Con sus declaraciones, Trump demuestra que no le importan los hechos, no le importa la realidad. Lo que hace es seguir difundiendo una visión distorsionada, y esto hace pensar que, o bien es absolutamente ignorante, o está mintiendo.

El miércoles pasado, delante de las cámaras, no tuvo otra alternativa que reconocer a México como un aliado comercial y valorar el trabajo que hacen los mexicanos en EEUU. Sin embargo, unas horas más tarde, salió a decir que México tendría que pagar el muro, cuando nuestro presidente Enrique Peña Nieto había dicho lo contrario. Con este acto infame ofende no sólo a un país libre y soberano sino también a sus propios votantes.

Trump está siendo testigo de su propia decadencia. Sabe que tiene todas las encuestas en su contra. En medio de todo esto, eligió venir a México para ver si podía evitar que se le hunda el barco, para volver a su país y seguir con su deshonesta campaña.
Un hombre como Trump no puede demostrar el más mínimo respeto por nada, y no lo hará. Por el contrario, sólo hace un gran despliegue de su egoísmo. Usó al presidente de México y a todos los ciudadanos de nuestro país para su beneficio propio. Las mentiras no paran de acumularse, como su apoyo a la guerra de Irak y el hecho de que está financiando su propia campaña. Además, su denigración de las mujeres no cesa.

En mi opinión, cuando alguien se llama a sí mismo un líder ya resulta engañoso, es un recurso muy bajo. Y sin embargo, ha llegado aún más bajo, utilizando las necesidades de sus seguidores para validarse a sí mismo con un discurso lleno de intolerancia, racismo y miedo. No hay forma de que una nación crezca y prospere sin esperanza, valores ni responsabilidades. La historia ha probado que el "liderazgo" basado en el miedo y la ignorancia está condenado al fracaso.

Sé que Trump está siendo testigo de su propia decadencia. Sabe que tiene todas las encuestas en su contra. En medio de todo esto, eligió venir a México para ver si podía evitar que se le hunda el barco, para volver a su país y seguir con su deshonesta campaña.

Pues, aunque estoy rodeado de muros, con mucho gusto construiría uno alrededor de Trump, para librar al mundo de personas como él.

No te necesitamos.

Traducción de Lucía Balducci

Fuente: eldiario - The Guardian

martes, 9 de agosto de 2016

¿Estamos viviendo otra vez los años 30?

Un par transeúntes recorre algunas de las calles de Alepo (Siria) que sufrieron ataques aéreos este 28 de abril. EFE

Las similitudes con los años previos a la Segunda Guerra Mundial son patentes, pero aún podemos poner nuestra esperanza en algunas diferencias muy claras


Paul Mason   

Los acontecimientos están ocurriendo a una velocidad endiablada: el Brexit, el golpe de Estado en Turquía, las masacres islamistas en Francia, el sitio de Alepo, la candidatura a presidente de Donald Trump. Desde EEUU hasta Francia y pasando por el Reino Unido postBrexit, los altos niveles de racismo y xenofobia que se reflejan en los políticos con cifras de dos dígitos en las encuestas, tienen intrigada a la gente: ¿se está repitiendo la década de 1930?

A primera vista, las similitudes son reales. La decisión del Reino Unido de votar para salir de la UE se asemeja a la decisión de abandonar, presos del pánico, el patrón oro en septiembre de 1931. El Reino Unido se convirtió así en la primera potencia en renunciar al sistema económico mundial. La incipiente ruptura del Partido Laborista es un reflejo de la ruptura que mantuvo al partido lejos del poder durante 14 años. Y por supuesto el trasfondo económico, de depresión y crisis bancaria, tiene cierto parecido con la situación actual.

Pero un estudio más profundo de la década de los treinta revelará que actualmente estamos mejor y, en varios sentidos, en una situación mucho más salvable, aunque en un aspecto sea peor.

Tras la caída de la bolsa de Wall Street en 1929, la caída económica hecho raíces en 1931 con la quiebra de bancos a ambos lados del Atlántico, la imposición de medidas de austeridad en economías ya de por sí débiles, el uso de aranceles, el bloqueo de monedas y el nacionalismo económico.

El hecho de que los miembros de la élite abogaran por el desempleo masivo como una medida de presión para bajar los sueldos creó el ambiente propicio para que la situación explotara; los grupos abiertamente fascistas, militarizados y genocidas encendieron la mecha. Tras el primer logro electoral de Hitler en 1930, el Partido Nazi tardó solo dos años en obtener el 37% de los votos.

Luego, en 1934 hay una manifestación masiva de extrema derecha en París y el levantamiento de los mineros asturianos en España, reprimido por el Ejército. En 1935 comienza el rearme de Alemania. En España, la Guerra Civil se inicia en 1936. Ese mismo año, los trabajadores de EEUU y de Francia organizan tomas masivas de fábricas y Stalin comienza con su “gran purga”.

Es en este período cuando los años treinta adquieren su característica principal: la rendición de la democracia, la certeza de una guerra y la marcha hacia la muerte de millones de civiles.

En la actualidad, para nosotros, la diferencia más grande y positiva es que partimos de la base de una economía mundial globalizada. Nuestro punto de partida es un sistema económico cualitativamente más interdependiente, en el que ya se tiene pleno conocimiento de que la autarquía (incluso para los políticos a los que les gustaría probarla) sería un suicidio.

Este conocimiento fue el que obligó a las desorientadas élites a coordinar medidas de estímulo extraordinarias durante las reuniones del G20 de Londres (2009) y Cannes (2011) para prevenir una caída como la de 1930. Aquellos que deambulaban por estos encuentros (entre los que me incluyo) diciendo que las medidas no eran las adecuadas deberían admitir que, a pesar de la incompetencia, los gobiernos actuaron de buena fe. El sector de los poderosos rechazó economías “procíclicas”, como las que sumieron a EEUU en la Gran Depresión y a Alemania en el fascismo. En todos lados, salvo Europa (aunque también en Europa), el extremismo de derecha se ha podido mantener a raya por el momento.

El problema es que, políticamente, hemos ido más allá de la década de 1930.

Hollande prolongará el estado de emergencia tres meses más
Imagen de archivo del ataque en Niza EFE
Hagamos el esfuerzo de prestar atención a lo que se cuece en las redes sociales: el odio organizado hacia la actriz negra Leslie Jones, el racismo y la misoginia anónimos, la habitual asociación del odio anti-izquierdista con el odio anti-islamista. Hagamos el intento, aunque sea por una sola vez, de ver lo que algunas personas tienen que ver a diario: jóvenes negros asesinados por policías en EEUU; cuerpos de niños despedazados por las bombas de Asad o por las fuerzas aéreas rusas o estadounidenses; blogueros crucificados en público por el Estado Islámico o cuerpos mutilados de franceses de fiesta en Niza.

En los primeros días de la Guerra Civil española, cuando las tropas de Franco tomaron Badajoz y fusilaron a 2.000 habitantes, el observador militar de la Wehrmacht alemana estaba tan asqueado que recomendó que a las tropas alemanas jamás se les permitiera servir junto a las de Franco. Tenía miedo de que se volvieran “brutales”.

En las memorias escritas durante la década de 1930 y los años de la guerra, casi siempre hay un momento de comprensión: al ver un cadáver o al entender que se le puede disparar a los prisioneros o que la Convención de Ginebra no siempre es respetada.

La brutalidad es superior a la de los años 30

Lamentablemente, en pura brutalidad hoy hemos sobrepasado la de los años treinta. En la lucha entre los gobiernos y las poblaciones civiles, la Convención de Ginebra no se aplica.

Lo peor de todo acerca de este presente (y millones de personas lo pueden decir) es la velocidad con la que vamos hacia la catarsis. Es imposible imaginar que todo vaya a quedar en una aburrida inmovilidad.

Cuando vemos a los matones de Erdoğan enviando a la cárcel a periodistas que han defendido la democracia toda su vida en Turquía, un país donde según informa Amnistía Internacional las palizas, violaciones y torturas son moneda corriente, se hace posible imaginar que estos sucesos puedan ocurrir en otras democracias que lo son solo de nombre.

Seguidores del presidente de Turquía Recep Tayyip Erdogan lanzan proclamas en la plaza Taksim en Estambul, Turquía, tras el golpe de Estado militar
Seguidores del presidente de Turquía Recep Tayyip Erdogan lanzan proclamas en la plaza Taksim en Estambul, Turquía, tras el golpe de Estado militar EFE
Junto a todo esto, tenemos dos cosas que los años treinta no tenían: miles de millones de personas instruidas e ilustradas en este planeta y el concepto de derechos humanos universales e inalienables.

Cuando, al comienzo de esta agitación social, leí el libro Indignez Vous! (¡Indignaos!) , de Stéphane Hessel (uno de los panfletos que inspiraron las protestas del movimiento Occupy), me pregunté por qué Hessel hacía tanto hincapié en la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

Hessel fue miembro de la resistencia francesa y ayudó a escribir la Declaración de 1948. Dirigiéndose a los jóvenes indignados de 2008, Hessel dedicó varios párrafos largos a explicar por qué lucharon tan duro para que la palabra utilizada fuera "universal" y no “internacional”: “Así se previene el debate a favor de la plena soberanía que tanto les gusta a los estados cuando llevan a cabo crímenes de lesa humanidad en su territorio".

La generación de Hessel entendió que, incluso si todo fuera una pantomima para cubrir la hegemonía de EEUU, un sistema global y universal de Derechos Humanos dejaría un legado perdurable. Hoy en día, cuando un periodista o un empleado de una ONG se encuentra en medio de una masacre, primero piensa (si tiene la preparación correcta) en obtener pruebas para un juicio. Luego, en la primicia.

Así que no. Esta no es la década de 1930 con drones y gente que insulta y molesta en las redes sociales. Tenemos un sistema global resistente que debemos defender. Para saber qué pasará si no lo protegemos, basta con escuchar lo que se dice en cualquier red social.

Traducido por Francisco de Zárate
Fuente: theguardian - eldiario.es

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