lunes, 7 de noviembre de 2011

Las 4 opciones de Alemania

 

 

 

¿CUANTO DURARÁ?

 

Autor Pedro Solé

Hay tantos análisis sobre la crisis, y en ésta intervienen tantos factores, que resulta difícil formarse una idea de conjunto. En este breve artículo no pretendo aportar ideas nuevas, sino sólo sintetizar las líneas maestras ya identificadas de lo que está ocurriendo.

En la coyuntura actual se están superponiendo tres crisis distintas, aunque interrelacionadas:

1) El exceso mundial de capitales improductivos (que no pueden ser reinvertidos de forma productiva por la saturación de los mercados). Esto genera burbujas (inmobiliaria, alimentaria…) y paralelamente sobreendeudamiento (muchos Estados, bancos, empresas y particulares han adquirido deudas que ya no pueden pagar)

2) El traslado de muchos puestos de trabajo del Primer Mundo a los países emergentes. Esto produce estancamiento en el Primer Mundo y crecimientos del 8-10% en los emergentes (y el estancamiento no se arregla ni con austeridad ni con más endeudamiento)

3) La inconsistencia del euro: en la zona euro funcionamos con una sola moneda, pero, al no existir unión política, la insolvencia de un Estado no es asumida por los otros Estados. Como consecuencia, se desmadran las famosas “primas de riesgo”, que hacen más probable todavía el impago.

Hay otras importantes crisis en el horizonte (el exceso de dólares en circulación, el agotamiento de los combustibles fósiles, el cambio climático, la superpoblación), pero ahora mismo están “dormidas”, subordinadas. En un análisis a corto plazo pueden ignorarse.

Centrémonos en la crisis del euro, que explota cuando la inconsistencia 3 se combina con el sobreendeudamiento 1. Hay 4 posibles alternativas para enfocarla:

1) Romper el euro (lo cual puede hacerse de varias maneras: saliéndose el Sur, saliéndose Alemania, acordándose colectivamente su desmantelamiento, etc.).

2) Integrar la zona euro todo lo que sea necesario, responsabilizándose todos los países de las deudas de cada uno de ellos.

3) Imprimir masivamente euros para pagar las deudas, de forma que los Estados no necesiten poner dinero pero todos los ciudadanos del euro pierdan poder adquisitivo (siendo ellos los que asumen en ese caso los impagos de deuda)

4) Aplicar quitas de deuda masivas (es decir, generalizar la solución griega)

Alemania es obviamente quien tiene la batuta y quien elige entre unas opciones y otras. El problema es que todas ellas le resultan inaceptables. Romper el euro implicaría que sus exportaciones caerían en picado (al revalorizarse mucho el marco contra las otras monedas europeas) y que sus bancos perderían los dineros prestados al Sur (pues esas deudas en euros, convertidas en monedas locales, resultarían absolutamente impagables). Responsabilizarse de las deudas del Sur (vía eurobonos, por ejemplo) o devaluar fuertemente el euro es violentamente rechazado por la ciudadanía alemana. Las quitas de deuda masivas pondrían obviamente contra las cuerdas a los bancos alemanes (entre otros), de ahí que Alemania intente sobre todo que el Sur pague sus deudas, aplicando con ese fin toda la austeridad que haga falta.

El Gobierno alemán se mueve por ello constantemente en el filo de la navaja: de un lado ha de evitar que quiebre la banca alemana, de otro ha de prevenir que cualquier partido antieuropeo se lleve de pronto todos los votos de los ciudadanos alemanes (como ocurrió en 1933). De ahí que vaya aplicando las soluciones 2, 3 y 4 en pequeñas dosis, las imprescindibles para que la pelota ruede unos meses más, a ver si así capea el temporal. La descripción de los dirigentes alemanes como “vacilantes, tímidos o torpes” es miope: no es que ignoren cómo se puede solucionar la crisis del euro, es que la aplicación de las posibles soluciones tendría fuertes repercusiones internas.

Recientemente se ha elevado el fondo de rescate europeo a 1 billón de euros. ¿Este parche da para mucho tiempo? Resulta dudoso: la deuda del Estado italiano es de 1,8 billones (imposible de pagar), una quita del 40% se comería lo que queda de ese fondo (pues la mayor parte tendría que ser asumida por él para que no quebraran muchos bancos). Los tiburones de la inversión saben que tienen a Europa cogida por sus partes íntimas y van a seguir apretando (aunque ellos también corren riesgos, véase la quiebra de MF Global)

Pedro Solé

1-11-11

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