lunes, 12 de marzo de 2012

Ascenso militar Chino

 

UNIDAD NAVAL  DE LA REPÚBLICA POPULAR CHINA

 

 

Fuente editorial de  El País de 12 de Marzo del 2012

Coincidiendo con la última celebración de la Asamblea Nacional Popular antes del cambio de liderazgo que en noviembre convertirá en líder de China al actual vicepresidente Xi Jinping, Pekín ha anunciado que este año aumentará su gasto en defensa en un 11,2%, hasta un total equivalente a 81.000 millones de euros. El Pentágono y otros expertos calculan que puede ser, en realidad, un 50% más. No parecen cifras dignas del "ascenso pacífico" al que aluden los dirigentes chinos. En todo caso, este gasto está en progresión constante desde hace dos décadas, se ha duplicado entre 2005 y 2011 y puede volver a hacerlo de aquí a 2015. Todo ello cuando Obama ha anunciado una reducción de un 5% en su presupuesto militar y el traslado de una parte del poderío militar de Estados Unidos de Europa y Oriente Medio a Asia, lo que Pekín ha interpretado como una respuesta a China. De hecho, el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos de Londres calcula que los gastos militares en Asia —de los que China representa un 30%— superan por primera vez a los de unos europeos obligados a reducirlos por la crisis.

Lo importante no es tanto el gasto total de China en defensa, sino sus prioridades armamentísticas: navales, aéreas y misiles nucleares de largo alcance. A lo que hay que sumar, porque no entran en estas cuentas, su notable capacidad para la ciberguerra y las armas antisatélites que pueden dejar ciego a cualquier adversario.

Está claro que China quiere defender unas líneas de aprovisionamiento por mar, de las que es absolutamente dependiente, y su riqueza humana e industrial concentrada en unas zonas costeras desprotegidas. Pero va más allá, avanzando paulatinamente hacia una capacidad de proyección militar acorde con unos intereses cada vez más globales. Sería importante que EE UU y China reforzaran los contactos y conocimiento entre sus militares, demasiado escasos en la actualidad, para evitar accidentes.

Ahora bien, también es significativo que, según los datos hechos públicos estos mismos días por el ministerio chino de Finanzas, los gastos en lo que llama "seguridad pública" (policía, seguridad del Estado, milicias, tribunales y cárceles), de unos 85.000 millones de euros, vuelven a superar a los dedicados a la seguridad exterior. ¿Realmente a quién teme más el régimen chino, a posibles adversarios exteriores o a su propia gente?

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