jueves, 24 de abril de 2014

Italia: La democracia átona

 

IL CAVALIERE

 

Rossana Rossanda

La asignación de Silvio Berlusconi a los servicios sociales legitima políticamente al Cavaliere, que podrá tranquilamente hacer campaña electoral para las elecciones europeas. Reina soberana una atonía democrática.  Y cubre también las mofas de la ministra Boschi contra los juristas "saboteadores de las reformas"

Nos hemos enterado esta mañana, a pocos días de la fecha en la que la magistratura milanesa debería definir a los términos de la ejecución de una pena decidida hace cerca de siete meses para Silvio Berlusconi, que se han orientado a asignarlo a una actividad en los servicios sociales (cuya naturaleza sigue siendo obscura) que, de todos modos, no le impediría hacer política, incluyendo la campaña electoral para las elecciones europeas. Si es cierto, sería una verdadera y auténtica tomadura de pelo. En realidad, el problema con el Cavaliere es su ingerencia de más de veinte años en la esfera pública; a nadie le interesa, todavía menos a quien esto escribe, desde siempre poco persuadida del papel educativo de la cárcel, poner límites a su libertad personal física, tanto más dada su edad, sino impedirle precisamente una función política por los delitos cometidos contra la fiscalidad del Estado y por la manipulación de un juez. 

Resulta además asombroso cómo la prensa libre no sólo parece no tener nada que decir sobre la legitimación del Berlusconi político sino que no ha comentado los términos con los que la señora Boschi ha insultado a Rodotà, Zagrebelski y, en general, a los juristas, como saboteadores de las magníficas reformas que querría realizar Renzi.

Reformas más enunciadas que concretadas. En el tema del trabajo, un retrasado y permanente zig-zag de posiciones parece llegar, con el acuerdo del ministro Poletti, a una mayor precarización del contrato de trabajo; por lo que respecta a la ley electoral, la propuesta es en muchos aspectos inadecuada para la severa admonición del Tribunal Constitucional y de hecho está bloqueada por el momento; y la tercera y proclamada reforma consistiría en la pura y simple transformación del Senado en una asamblea ya no electiva, con nulos poderes de hecho, o por lo menos, menos que modestos. 

Y sobre este fondo de atonía democrática es donde se multiplica el vocerío del equipo de Matteo Renzi, rebautizado  – siempre por la prensa libre – “Matteo”, definición que durante cerca de dos mil años, se ha referido exclusivamente al primero de los evangelistas. Parece una pésima comedia.

Rossana Rossanda es miembro del Consejo Editorial de SinPermiso

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