viernes, 16 de octubre de 2015

"Rusia mantiene una política que ha sido la misma desde siempre"

 

 
Entrevista a Guillermo Almeyra, editorialista internacional de La Jornada (México)
"Rusia mantiene una política que ha sido la misma desde siempre"
Mario Hernández
 
-M.H.: Un tema que quiero tratar hoy es la intervención de Rusia en Medio Oriente. Después de muchos años, en los ´70 hubo una actividad diplomática militar activa, luego fue Afganistán, pero desde ese momento Rusia no intervenía en la política de Medio Oriente y menos aún a través de una acción militar como la que está llevando adelante contra el Estado Islámico (EI) en Siria, inclusive en una suerte de alianza con Irán y el pedido de Irak para que actúe también en su territorio contra el EI. Esto ha dado lugar a una gran cantidad de opiniones, se ha llegado a plantear que estos bombardeos iniciados el 30 de septiembre registran un antes y un después en la política internacional, se habla de un resurgimiento de un mundo multipolar, etc. Me gustaría conocer su opinión.

-G.A.: Rusia, y al hablar de Rusia me refiero a los zares, al nacionalismo ruso de Stalin en la URSS y ahora Rusia, siempre ha tenido en su geopolítica un interés muy grande por el Mediterráneo, las aguas cálidas y el camino a la India, fue así con los zares, Stalin mantuvo esta política y sus sucesores también. Los acuerdos con el Egipto de Nasser y sus sucesores, el armamento egipcio, independientemente de que el comunismo era ilegal, el acuerdo con Siria, el apoyo del Partido Comunista al gobierno del padre de Assad, etc. Putin no hace más que reafirmar eso, pero lo hace en un mundo que cambió.
La URSS mandó tropas y aseguró el triunfo del ejército clandestino judío contra los palestinos y el despojo de éstos en 1948 creyendo que así debilitaba al colonialismo inglés que controlaba Palestina. Israel nació con las armas rusas. Medio Oriente e Irán formó una sola cosa con Afganistán, Rusia fue su protector desde 1917, para entrar en la India contra los colonialistas.
En ese sentido hay una continuidad, lo que pasa es que las cosas han cambiado, porque los franceses que colonizaban Siria y el Líbano están destrozados, los ingleses también, Estados Unidos fracasó en Irak de manera estruendosa y fracasó en Afganistán, ha tenido que llegar a un acuerdo con Irán después de hostilizarlo todo lo posible, entonces Putin ocupa un vacío apoyando a Bashar al-Assad y se asegura puertos en el Mediterráneo y el control de una zona que es inestable, con eso presiona a Turquía, a Israel, donde hay tendencias nacionalistas que temen a las barbaridades que hace la diplomacia de Estados Unidos, que no los tiene en cuenta como protagonistas sino como servidores y que puede debilitarlos en la lucha por controlar definitivamente Palestina, entonces también establece una alianza de petroleros con Irán, recupera en parte el petróleo sirio, para evitar que el EI utilice el petróleo iraquí y el sirio que roba, para bajar los precios aún más en el mercado internacional, que a Rusia no le conviene porque es un país exportador de petróleo.
Entonces, tiene intereses económicos, viejos intereses políticos y estratégicos y coincide todo eso en la llamada lucha contra el terrorismo, donde se alía con China, que tiene también el problema de los musulmanes ultra que están llevando a cabo ataques terroristas en la zona occidental de China. Además, coincide con este país en las políticas de apoyo a Irán y en confrontar a Estados Unidos que tiene planes claros contra ambos y apoya al régimen de Ucrania. Es un problema sumamente complejo, pero Rusia mantiene una política que ha sido la misma desde siempre.

-M.H.: Hace días leí un artículo en La Jornada, que me llamó la atención porque hacía referencia a la renuncia del General John Allen y su sustitución. En relación a esta cuestión señalaba que de alguna manera esta renuncia del General Allen, que era el enviado especial del presidente Barak Obama ante la coalición internacional contra el EI, demostraría que Obama está purgando su administración y desarrollando una política de discreta alianza con Teherán y Moscú. 

-G.A.: El problema es que Arabia Saudita es un asociado leproso de Estados Unidos, para colmo ahora quiere crucificar a un hombre y después cortarle la cabeza, cosa que a Obama le cae muy mal.
-M.H.: Llama poderosamente la atención que Naciones Unidas, que celebró su 70º aniversario, haya nombrado a Arabia Saudita titular de su Comisión de Derechos Humanos.
-G.A.: Es como ponerlo a Hitler como defensor del orden. Arabia Saudita está detrás del EI, que es una creación, entre otras cosas, de Israel pero lo mantienen las monarquías de Arabia Saudita, Qatar y Estados Unidos; entonces, si quiere aislar al EI, Estados Unidos tiene que dejar de protegerlo y al mismo tiempo permitir que sus aliados non sanctos lo hagan. El que mejor puede hacer eso es el ejército ruso, que no solamente bombardea constantemente desde el Mar Caspio con sus unidades navales, sino que también establecieron un acuerdo con el gobierno de Irak, el de Siria y los Hezbolá en el Líbano para tener tropas de tierra y junto con los iraníes ocupar el terreno que han bombardeado sus aviones.
Hay un acuerdo con el eje Irán-Moscú, porque para Estados Unidos, aunque su doctrina militar diga que puede llevar a cabo varias guerras al mismo tiempo, en esta situación de crisis económica mundial, de situación política interna muy difícil para los demócratas en Estados Unidos frente a las elecciones, necesita un mínimo de paz en la escala internacional, no puede seguir apoyando como antes de modo provocativo a Ucrania contra Rusia, no puede seguir haciendo escándalo por Crimea, de hecho ya no lo hace, no puede intervenir en Medio Oriente y en Afganistán, incluso se está yendo; entonces, hay una crisis de la diplomacia de Estados Unidos que Rusia aprovecha.
Hay que recordar que Rusia no es la continuación de la Unión Soviética, aunque continúa en buena parte su política. Rusia es un país capitalista como lo es China y como lo es Estados Unidos, y aunque tenga contradicciones con Estados Unidos, hay una alianza de fondo para que las aguas sigan más o menos calmas.

Se van a reproducir en Portugal las condiciones que llevaron a Tsipras en Grecia
-M.H.: Hubo elecciones en Portugal el pasado fin de semana con una alta abstención, un 43%. De todas maneras volvió a ganar la coalición de derecha que lidera Passos Coelho, aunque el resto de los partidos de izquierda, si es que podemos ubicar dentro de ese marco al Partido Socialista, tienen mayoría en el Parlamento. ¿Cómo analiza esta elección a 40 años de lo que fuera la “Revolución de los claveles”?

-G.A.: Los socialistas se encargaron de acabar con la Revolución de los claveles, por su conservatismo. Ahora el Partido Socialista habla de una alianza de izquierda, el Partido Comunista está en negociaciones, aunque plantea la salida del Euro, está en negociaciones con los socialistas, por un gobierno que se autocalificaría de izquierda. Hay una discusión en el Bloque de izquierda que sacó más votos y más diputados que el Partido Comunista, sobre si entrar a un gobierno de ese tipo con el Partido Comunista y los socialistas, que tendrían mayoría absoluta o no entrar. Esto no se resolvió todavía pero hay un ala del Bloque que sí es partidario de una alianza con los socialistas. Entonces, podría haber un gobierno de centro izquierda, de comunistas, socialistas y una parte del Bloque de izquierda; otra parte quedaría afuera como crítica.
Portugal está en una crisis muy grande, sigue la desocupación, la caída del PBI, tiene una deuda externa enorme y no tiene soluciones dentro del actual europeísmo, está en una situación parecida a la que estaba Grecia antes, se van a reproducir en Portugal las condiciones que llevaron a Tsipras en Grecia en su momento.
Lamentablemente, el Bloque de izquierda y los comunistas son muy débiles, más allá de que el Bloque triplicó sus votos en relación a las anteriores elecciones y tiene 19 diputados. El Partido Comunista está estable, tiene los mismos votos que en 2011, tiene un electorado firme y una cierta influencia sindical, pero una política que no ha cambiado mucho.
En esa izquierda tendría que haber un progreso ideológico y programático, buscar una alternativa y solamente un sector del Bloque tiene eso y no el conjunto, de modo que si nos encontramos con un gobierno de unidad socialista, será una alianza contra natura, donde unos, los socialistas, son europeístas y están dispuestos a mantenerse en el marco de lo que define Bruselas y otros, como el Partido Comunista, hablan de salir del Euro, pero siguen haciendo la política que fortalece al gran capital. Sería un gobierno muy poco eficaz pero, de todas maneras, crearía una etapa de transición en Portugal donde, desde la Revolución de los claveles no se ha vuelto a presentar la posibilidad de un gobierno que no sea reaccionario.

FUENTE: REBELIÓN
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.








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