jueves, 29 de octubre de 2015

Rajoy ha ganado las elecciones esta mañana gracias a Catalunya

 

Arturo González

Por paradojas de la política y de la vida quien es el principal culpable de la exacerbación del independentismo catalán es el mayor beneficiario de su torpeza. La gran mayoría de españoles no quiere que Catalunya se independice y están dispuestos a depositar su confianza en quien con mejor garantía se lo asegure: Rajoy.

Porque todos los demás flaquean al promover salidas menos contundentes y más inciertas. Incluso el líder de Ciudadanos resulta más bisoño ante semejante desafío. Mientras que Rajoy está dispuesto, como ya ha dicho y de ahí su éxito, a emplear todos los medios necesarios para impedir lo que él y millones de españoles consideran alta traición. Los que hagan falta, incluido, se supone, el Ejército, que para eso está ahí, según el artículo 8 de la Constitución Española. Ni el Rey ni el propio Ejército aceptarían ser burlados en sus obligaciones y pasar a la historia de la ruptura de España.

Rajoy ha permitido que, con su intransigencia, la situación llegue a un punto de no retorno y ahora, con las decisiones anunciadas, recupera, confirma e incrementa el favor y previsible voto de los españoles opuestos frontalmente a la independencia. El diálogo ya es imposible para llegar a cualquier acuerdo que no sea la independencia. Los catalanes, por convicción unos o por dejarse arrastrar otros, ya no se conformarían con soluciones menos traumáticas, como podrían ser privilegios fiscales que pudieran ser semejantes a los vascos o navarros. Se han enrocado en el todo o nada y sin duda van a tirar para adelante. Por eso, aunque como primera y más probable medida les priven de su autonomía, la guerra continuará, dando lugar a una inestabilidad política y de todo tipo de enorme magnitud. Rajoy cuenta con el apoyo mayoritario de los españoles, y los catalanes con el de su terquedad en el empeño. Ya no bastaría ni un referéndum a escala nacional con participación de todo el pueblo español, que no estaría exento de razones. Los catalanes solo aceptarían un referéndum exclusivamente del pueblo catalán, lo que Rajoy no admitiría de ninguna de las maneras.

El hecho de que el Presidente del Gobierno haya incluido en su declaración institucional la envenenada expresión “mientras yo sea Presidente del Gobierno” supone la vacuna para seguir siéndolo y conseguir que le voten masivamente en las próximas elecciones.

Se avecinan tiempos convulsos en Catalunya y es fácil adivinar que el pueblo catalán no se rendirá, sintiéndose, además, víctimas y con sus derechos democráticos, dicen, machacados. Yo, desde luego, no me atrevo a predecir el futuro de Catalunya. Pero sí me atrevo a predecir el de España el 20 de diciembre. Pesimista y agorero que es uno. Lo lógico sería que a Rajoy lo fulminaran por incapaz. Pero no sé hasta qué punto la lógica prima sobre el muro de los sentimientos de unos y otros.

FUENTE: PUBLICO.ES

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