SAN FRANCISCO. CALIFORNIA
En California, por muchas razones el estado más importante de Estados Unidos, los latinos serán mayoría relativa a partir del mes de marzo. El 39 por ciento de la población del estado tendrá ese origen, superando a 38 por ciento de la población blanca. La información se desprende de un reporte de la oficina del gobernador del estado. Si a ese porcentaje se agrega la población de origen asiático y afroestadunidense, el resultado es que California será todo menos un estado de blancos.
Dos conclusiones importantes se pueden sacar del reporte, la primera de ellas económica. Tomando en consideración que la población blanca es el grupo étnico de edad más avanzada, según el censo, quienes tendrán la mayor responsabilidad de mantener la economía del estado serán los latinos. La segunda consideración es de orden político. De hacerse cargo de su importancia y potencial, los latinos estarán en posibilidad de influir en las decisiones de las que han estado marginados tradicionalmente.
Antes de que esto último suceda es necesario que superen algunos de los obstáculos que les han impedido constituirse en una importante fuerza, no sólo de trabajo, sino política y económica. Una de ellas es su invariable deserción del sistema escolar: menos de 4 por ciento de ellos se gradúan de la universidad. Esto los pone en clara desventaja con aquellos que obtienen un título universitario, que les abre las puertas a puestos de dirección en el sector privado y público. Otro obstáculo es la relativa apatía que han demostrado para participar en procesos políticos que vayan más allá de defender su estatus migratorio. Tomando en consideración el creciente número de latinos, son contados los casos como el de Antonio Villarraigosa, quien fue alcalde de Los Ángeles, la ciudad más poblada de Estados Unidos. Deben multiplicarse si quieren ser tomados en consideración, no sólo en California y otros estados, sino también en el Congreso estadunidense, donde su participación debe aumentar en relación con la población que representan.
No hay que elaborar mucho para entender la importancia que día a día cobran quienes salieron de su país buscando mejor vida, la mayoría de ellos de origen mexicano. No obstante las evidencias, aún hay quienes no lo entienden y siguen negándose a una reforma que les dé un estatus migratorio digno. No pasará mucho tiempo para verlos convertidos en estatuas de sal.
Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2014/01/20/opinion/014o1pol
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