El resultado del primer proceso de Podemos camino de Vistalegre 2, donde se marcaban las reglas de votación, se ha zanjado con una victoria de las tesis de Pablo Iglesias. Es evidente que, pese a esa victoria, el resultado deja un mensaje: hace falta llegar a acuerdos.
La propuesta de Pablo Echenique, respaldada por Pablo Iglesias, ha sido por tanto la ganadora. Ha sacado 40.830 votos (41,57%), mientras que la segunda candidatura, la de Íñigo Errejón, ha sacado 38.419 votos (39,12%). La tercera fuerza, los anticapitalistas, han obtenido 10.313 votos (10,50%), un resultado importante. Es importante recordar que la propuesta DesBorda ha sido la primera, ya que si el resultado hubiera sido el inverso los titulares de prensa es evidente que serían radicalmente diferentes. Que nadie abunde, pues, en trampas deshonestas. En política se gana y se pierde y eso es válido para todos y todas.
Es igualmente evidente que el resultado entre estas dos propuestas, si bien demuestra una victoria de las tesis de Echenique, no es menos cierto que no puede ignorar que hay un porcentaje alto de los inscritos en Podemos que, vista la distancia entre Podemos para todas y Recuperar la Ilusión, así como el resultado de la tercera, Podemos en movimiento, reclama diálogo. La enorme participación, la insistencia en que no estaba en juego el liderazgo de Iglesias, la exhortación de todos para encontrar fórmulas más democráticas coincide con la exigencia popular de buscar de una vez por todas el dialogo pendiente para que Podemos deje la discusión interna y se dedique en cuerpo y alma a denunciar el vaciamiento de la democracia y a encontrar soluciones. Tan cierto es que hay sensibilidades diferentes en Podemos como que los inscritos están reclamando más acuerdos y menos ruido.
La explicación de este resultado tiene dos vertientes. Creo que una parte importante de los votantes ha decantado su voto guiándose por la fórmula de votación (recordemos la insistencia en que no se cuestionaba la figura de Iglesias). En esta dirección, la propuesta de Echenique era mucho menos evidente que la de Errejón. No era fácil defender que una elección en un órgano ejecutivo no puede tener la misma proporcionalidad que un órgano legislativo -aunque sea lo correcto-. De la misma manera, la propuesta de Echenique fomentaba los acuerdos en las decisiones de Vistalegre, dando un plus a las listas que fueran capaces de llegar a acuerdos. ¿Rompe la proporcionalidad fomentar el acuerdo? Sí, pero para dar respuesta a una exigencia de unidad que reclaman las bases. De la misma manera que rompe la proporcionalidad establecer mecanismos que no laminen a las listas menos votadas. La información con la que ha trabajado la lista de Errejón, comparando el método de elección con el Parlamento de Madrid o las Cortes (con fotos de Rajoy o Cristina Cifuentes) ha sido claramente eficaz, aunque no decía toda la verdad. No es igual elegir un Parlamento que elegir un órgano ejecutivo. Sin embargo ha logrado su objetivo.
Otra discusión más difícil de valorar tiene que ver con separar la votación de los documentos políticos y de las personas que vayan a representarlos en la dirección. Si Bertín Osborne escribe una canción, no puede ser que se obligue a cantarla a Sabina. ¿Querían los votantes de la lista Recuperar la ilusión hacer esta separación? Lo dudo. Sin embargo, sí parece claro que Errejón quería evitarse competir con Iglesias pero buscaba intentar marcarle el rumbo buscando ganar los documentos políticos. E, incluso, algunos de su equipo querían ir un poco más allá. El resultado de esta votación puede invitarle a dar ese salto. Aunque no creo que tenga lugar. No es evidente que los 38.000 votos obtenidos buscaran sustituir a Iglesias por Errejón, de la misma manera que los 10.000 votos de los anticapitalistas tampoco cuestionan el liderazgo de Iglesias. La campaña la han realizado todos negando ese supuesto. Es evidente que los que buscan insistir en enzarzar a Podemos en una pelea interna hasta Vistalegre 2 van a ir en esa dirección. Y es de suponer que no es lo mismo el planteamiento de Errejón que el de su equipo. También a la interna todas las candidaturas deben hacer su reflexión. Iglesias ha ganado el derecho a asumir la dirección de Podemos si gana, en su caso, la votación junto a los documentos políticos. Es tiempo de llegar a acuerdos o de disputar liderazgos. Ojalá triunfe lo primero.
Creo que una parte no pequeña de la pérdida de votos en junio de Podemos tuvo que ver con el zigzag ideológico marcado por la campaña electoral. El otro gran responsable fue la parlamentarización de la imagen de Podemos, que terminó acercándolo en exceso a los demás partidos. Pablo Iglesias no es un león enjaulado ni puede defender cosas que o bien no se cree o son casi imposibles de explicar en un contexto electoral (como lo de la socialdemocracia). Por eso era una exigencia que Iglesias defendiera ligar la línea política a las personas que vayan a representarla. La victoria de las tesis de Pablo Iglesias pone a Podemos en una línea correcta: instituciones y calle, calle e instituciones. Podemos no nació para sustituir ni al PSOE ni a Izquierda Unida. Nació para reinventar el espacio de la emancipación que antaño ocupaba la izquierda. No para reinventar la izquierda, que es un presupuesto que está lleno de sorpresas. Hasta Felipe González y Renzi y Hollande y Schulz y Susana Díaz dicen que son de izquierdas. Ese espacio está lleno de ruido y confusión. La respuesta está quebrada. Pero la pregunta de la emancipación sigue intacta. Ese espacio debe ser ahora ampliado, reenunciado, desetiquetado y renovado. Los nombres no debieran fragmentar ese ámbito. Gracias a eso Rajoy ha tenido mayoría absoluta con el 30% de los votos.
Quedan dos meses para Vistalegre 2. Ya hay reglas de juego y además un mensaje: toca hablar más, dialogar más y enredar menos. Pero hablar de política. No de liberados, espacios, cargos. Eso es viejo. La honestidas se demuestra en la victoria y en la derrota. La dinámica de estas semanas no ha sino especialmente alegre, lanzando a la opinión pública una imagen de desunión y ruido magnificada por los medios. Es muy importante que nadie en Podemos use los recursos que pone el sistema al servicio de la división. La ciudadanía sabe que solamente Podemos puede plantear una alternativa, y la imagen bronca debilita esa esperanza. Todas las candidaturas deben ahora encontrarse, discutir, llevar a un psicólogo de pareja los desencuentros, recordar todas las cosas que se comparten y saber que son muchos más los asuntos que convocan que los que alejan. Ahora la discusión deja de ser táctica y pasa a ser estratégica: de ideas. Ojalá a partir de ahora empecemos a escuchar planteamientos políticos de fondo. Que sepamos si, realmente, hay diferencias entre las candidaturas más allá de la pelea de poder. Y que Podemos demuestre que, efectivamente, es un partido diferente a los demás.
Fuente: Público.es
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