sábado, 19 de septiembre de 2015

Cuando el franquismo prohibió el Toro de la Vega

 

 

Strambotic

tordesillas

Por increíble que parezca, el enconado debate sobre la brutalidad del Toro de la Vega tuvo lugar hace más de medio siglo, en pleno franquismo. En diciembre de 1963, una circular del Ministerio de Gobernación prohibió la crueldad con animales en los festejos populares, con lo que la bárbara celebración de Tordesillas quedó en suspenso hasta 1977. Ya en democracia, el Toro de la Vega volvió a ser lanceado cada mes de septiembre como una muestra del retorno (¡ay!) “de las libertades”.

La Circular 32/1963 prohibía “cualquier fiesta taurina que no fuera la corrida de toros comercial “normativizada”, tratando de establecer así una separación radical entre el “arte” de las corridas de toros, que se deseaba prestigiar, y el salvajismo y mal gusto del resto de festejos populares y tradicionales en los que el toro tenía protagonismo, que se pretendía erradicar”, escribe Juan Carlos Blanco en El País. Las imágenes difundidas por el NoDo de la brutal celebración escandalizaron incluso a tipos con la piel tan dura como Fraga Iribarne, que firmó la circular.

toro647

Al año siguiente, se produjeron serios enfrentamientos entre los vecinos y los agentes de la Guardia Civil (no existía aún nada parecido a defensores de los derechos de los animales). Pero ni siquiera la Guardia Civil consiguió evitar que dos lanceros mataran al toro, aunque fueron detenidos y golpeados en el cuartelillo, como mandaban los cánones de la Benemérita.

Durante los siguientes años tuvo lugar un pulso entre el Gobierno y las autoridades locales. Éstas pedían permiso para continuar con esta “tradición, tan querida” por los vecinos de Tordesillas. Una comisión encabezada por el alcalde y varios miembros de la Falange viajaron a Madrid en 1966 para intentar la revocación de la prohibición. No lo lograron, pero al menos fue autorizada una modalidad más suave del tormento, sin muerte del toro.

La versión descafeinada de la fiesta no convencía a los vecinos, tal y como recoge El Norte de Castilla:

«Ahora, mire usted, ya esto no es como antes. La prueba es que cada año viene menos gente», se lamentaban al periodista: «El toro, ahora, tiene la vida ganada de antemano. Y el Toro Vega es, o era, la lucha de un buen atleta por la vida. Dicen que no se puede matar porque el toro sufre mucho. ¿Y esas corridas en que se les pincha una y otra vez, se les pica, se les apuntilla? ¿Ahí qué pasa?».

En 1970, el lobby taurino, encabezado por Gregorio Marañón Moya y Antolín de Santiago, consiguieron que las autoridades volvieran a autorizar la modalidad “tradicional”, esto es acabando con la vida del toro. Desde entonces viene celebrándose en su modalidad actual, por más que la circular de Fraga no fuera derogada hasta 1977. El Toro de la Vega es Fiesta de Interés Turístico Nacional desde 1980. Le llaman democracia y tururú.

Fuente: público.es

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores