Michael Roberts …. 30/8/2015
Mientras escribo el lunes 24 agosto, los mercados bursátiles de todo el mundo están hundiéndose de nuevo. La mayoría de los mercados ya han caído un 10% en el último mes. ¿Por qué está pasando? Las razones son claras. La economía china, ahora oficialmente la más grande del mundo (al menos según el FMI y su peculiar método de paridad del poder adquisitivo), se está desacelerando rápidamente. Todas las noticias que salen de China muestra un empeoramiento de la situación de la producción manufacturera, la inversión, las exportaciones y, sobre todo, la compra de materias primas procedentes de otros países. La caída de la demanda en China de productos básicos ha provocado una enorme caída de los precios de las materias primas (los precios del petróleo, los alimentos, el hierro, el carbón, los metales industriales, etc.). Esta caída de los precios significa menos exportaciones para países como Brasil, Australia, Indonesia, Argentina, etc. Los chinos tampoco están comprando tantos BMW, bolsos de lujo, máquinas herramientas, autos, etc tanto en su país como en el extranjero. Eso es una mala noticia para Europa y Japón, pero también para los EE.UU..
La otra causa es que, además de la desaceleración global en las llamadas "economías emergentes", la recuperación económica en las economías capitalistas "maduras" sigue siendo débil y en algunos casos parece haber perdido fuelle. La economía de Estados Unidos ha tenido sus mejores cifras desde el final de la gran recesión a mediados de 2009. Pero su crecimiento del PIB real apenas supera el 2% anual y su sector manufacturero está retrocediendo. La economía de la eurozona apenas crece. Pero sólo porque Alemania, principal potencia económica, ha sido capaz de recuperarse un poco. El resto de la zona euro se ha estancado y en algunos casos (Finlandia, Grecia), se sigue contrayendo. Japón, del que se esperaba un fuerte crecimiento gracias a las políticas de 'Abenomics', en honor del primer ministro japonés Abe, el dinero barato del banco central, el aumento del gasto público y las reformas neoliberales del mercado laboral, no ha logrado recuperarse significativamente. En las principales economías capitalistas sigue siendo un espejismo un fuerte y sostenido crecimiento económico. Otro problema es la gran fortaleza del dólar. Los bancos y las instituciones financieras -que están preocupados por el crecimiento económico en otros lugares y que buscan mayores ganancias en una economía segura- se han abalanzado a comprar activos en dólares. Y a medida que el precio del petróleo cae (y el precio es en dólares), más capital ha fluido hacia los mercados en dólares para compensar. Pero ello ha provocado una fuerte caída en el valor de otras monedas. Muchas empresas de todo el mundo se han endeudado en dólares pero ganan sus ingresos en sus monedas nacionales. Así que el volumen del servicio de la deuda de las empresas en las economías emergentes está aumentando. Muchas empresas tendrán menos beneficios y más deudas. Así que la perspectiva de una crisis de deuda privada del sector empresarial es real.
Lo que pone de manifiesto una gran verdad sobre la "recuperación económica" global, tal como se está produciendo, desde el año 2009. Se ha basado principalmente, no en la inversión en sectores productivos para elevar la productividad y el empleo, sino en capital ficticio, la compra de acciones propias, la inversión en bonos públicos y privados y en bienes inmobiliarios. El flujo de dinero barato e inacabable de los bancos centrales y sus programas de flexibilización cuantitativa (QE) ha rescatado el sistema bancario, pero no la parte productiva de las economías capitalistas. Incluso los bancos centrales están empezando a dudar si la QE ha sido tan eficaz. Stephen Williamson, vicepresidente del Banco de la Reserva Federal de St. Louis, acaba de publicar un estudio en el que llega a la siguiente conclusión: "No hay ninguna investigación, que yo sepa, que establezca un enlace causal entre la QE y los objetivos últimos de la Fed: la inflación y la actividad económica real. De hecho, pruebas circunstanciales sugieren que la QE ha sido ineficaz“. El volumen general de la deuda no se ha reducido y ha crecido en los sectores empresariales de las principales economías. Todavía hay una enorme capa de capital ficticio, como lo llamó Marx. Esto es lo que ahora está estallando. Parece que los inversores globales están empezando a darse cuenta de que la "recuperación" es ficticia y que solo es otro espejismo inflado por el crédito. Los defensores de esta nueva burbuja de crédito, como Ben Bernanke, el ex jefe de la Reserva Federal de Estados Unidos, y Larry Summers, el gurú del 'estancamiento secular', están preocupados. En el FT de hoy, Summers escribe que "una evaluación razonable de las condiciones actuales sugiere que aumentar las tasas de interés en un futuro cercano sería un grave error”. La Reserva Federal quería comenzar a subir las tasas de interés a finales de este año debido a que la recuperación económica de Estados Unidos parecía asegurada. En anteriores notas he señalado el riesgo que esto supone para la economía global si todavía esta en lo que he calificado como la Larga Depresión (que no es lo mismo que el estancamiento secular). Summers también está preocupado. Pero ¿qué proponen que hagan al respecto los responsables políticos de Estados Unidos? Summers simplemente pide que continue la política de tipos de interés bajos que ha fracasado hasta ahora a la hora de restaurar el crecimiento económico y que en su lugar simplemente ha alimentado un boom crediticio y el aumento de la desigualdad de rentas y riqueza. "El crecimiento satisfactorio, si se puede lograr, requiere tasas de interés muy bajas, que históricamente sólo hemos visto durante las crisis económicas”. Así que dinero barato para siempre si dependiese de Summers. Summers dice que puede haber otras medidas: “como promover la inversión pública y privada”. Pero no proporciona ninguna explicación de cómo aumentar la inversión del sector capitalista en un ambiente en el que la rentabilidad se esta reduciendo a nivel mundial a pesar de la burbuja de crédito. ¿Y dónde está la inversión pública? El sistema capitalista necesita eliminar el capital ficticio acumulado como resultado de las políticas de Bernanke y Summers y los bancos centrales de Reino Unido, Japón y ahora el BCE. Necesita reducir el apalancamiento no aumentarlo. El mercado de valores comienza a reconocerlo. Por supuesto, 'desapalancar' significaría otra gran crisis mundial para devaluar el capital y restaurar la rentabilidad en los sectores productivos. Ese futuro está cada vez más cerca.
Michael Roberts es un reconocido economista marxista británico, que ha trabajador 30 años en la City londinense como analista económico y publica el blog The Next Recession.
Traducción para www.sinpermiso.info. Gustavo Buster
Fuente: www.sinpermiso.info
https://thenextrecession.wordpress.com/2015/08/31/getting-out-of-the-jackson-hole/
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