En general y aunque el nacionalismo es reiteradamente atacado, las naciones siguen organizando desfiles y conmemorando viejas victorias, fiestas nacionales y monumentos a un mítico soldado desconocido de guerras olvidadas. Francia, Rusia y China serían el ejemplo, cada 9 de mayo la Plaza Roja de Moscú se llena de un estruendo que cuadra muy bien con la obertura 1812 de Chaikovski.
Pero y ¿ALEMANIA?
Pese a lo
que se dice, la suerte bélica del país germano ha sido bien triste durante el
pasado siglo; 1918 y 1945 son para los alemanes despertares de pesadilla, sobre
todo el último de esos años, el OCASO DE LOS DIOSES que algunas veces se dijo.
La división del país, el espectro de los juicios de NURENBERG y tantas otras
circunstancias de todos bien conocidas, hacen difícil la satisfacción nacional,
hay además mucha vigilancia, no vaya a ser que…
Pero resulta
que Alemania está ahí, con su lugar geográfico central, su demografía, su
tradición cultural y científica su lengua tan rica, su pensamiento, por citar
algo desde Manuel Kant a Jorge Federico Hegel, Schopenhauer o Marx sin olvidar
claro está la música, Bach, Schubert o Brahms...
Tras más de
70 años de la rendición de Berlín, Alemania con más o menos milagros, al
parecer todos económicos, ocupa un alto lugar en el mundo cerca del consejo de
seguridad de Naciones Unidas.
Pero en los
años 40 y 50 del siglo XX, se pronunciaron discursos de vencedores que no
fueron palabras al viento. Se potenció el europeísmo contra Rusia y contra una
resurrección de lo alemán, la capital estuvo en Bonn signo de la derrota hasta
que volvió a la Puerta de Brandemburgo.
Se decía que
Mitterrand para animar a sus conciudadanos a votar en favor de Maastricht lanzó
un reto, más vale una Alemania europea que una Europa alemana.
Los
gobernantes alemanes desde Konrad Adenauer a Ángela Merkel parecen querer
hacerse perdonar por la creciente potencia de su país, con un poder mercantil
de pocos sentimientos, de poca vibración, el complejo es tan grande que en
muchos foros los delegados de Alemania usan el inglés en sus intervenciones
¿Por qué?
Habermmas y
otros pensadores ven en la hegemonía alemana algo sin voluntad de liderazgo, el
país nieto de Bismarck no asume o no se le permite asumir el componente
político de su potencia. En Frankfurt está el Banco Europeo, ese es el signo, pero
otras expresiones de ese poder, ¿dónde están?
El BREXIT es
una manifestación inglesa de su nacionalidad identitaria, el Frente Nacional de
Francia, las elecciones en Austria o los votos de Holanda, muestran que el
europeísmo impuesto tras la guerra va calando cada vez menos en las respectivas
opiniones públicas.
El éxito
reciente de ALTERNATIVE FÜR DEUCTLAND (AFD), puede apuntar al cabo del tiempo
que en el territorio de la vieja RDA y ahora en todo el espacio nacional alemán
se van echando al baúl de los recuerdos los complejos de “derrotados”. No se trata
de rehabilitar al nazismo, pero sí de que ese país viva en plenitud sus triunfos
industriales y económicos ya que una cultura es mucho más que las aburridas
fluctuaciones del euro o las tribulaciones del malhadado DEUCHTBANK
ICH BIN ESTOLTZ EIN DEUCTCHER ZUSEIN
(ESTOY
ORGULLOSO DE SER ALEMAN)
Jose Ramón Montes GATONEGRO
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