MORÓN DE LA FRONTERA, SEVILLA G. Buster · · · · · |
El próximo 1 de junio, el Secretario de Estado Kerry firmará en Madrid junto a su colega español el protocolo para la enmienda del Convenio de Cooperación para la Defensa entre España y EE UU de 1988 que debe permitir la presencia permanente en la base de Morón de la Frontera de la Fuerza Especial de Reacción Rápida de los Marines (SP-MAGTF CR) para África.
Compuesta por 500 marines, 350 soldados de apoyo, 6 aviones de despegue vertical V-22 Osprey y 2 Hércules C-130, la unidad lleva operando de manera provisional en Morón desde abril de 2013, tras la autorización del Consejo de Ministros a la petición por carta del Secretario de Defensa Chuck Hagel al ministro Morenés. Apoyándose en el art. 22 del Convenio de Defensa, que prevé el carácter provisional de este tipo de despliegues, la única explicación oficial, por el momento es la que ofreció el secretario de estado Gonzalo de Benito ante la comisión de exteriores del Congreso el 19 de junio de 2013. A la pregunta de cuales iban a ser sus misiones, su respuesta no pudo ser más clarividente: "De manera que no va a haber un control de las operaciones, porque no corresponde ...pero va a haber una comunicación fluida que hay a diario …y se va a conocer que las operaciones se sujetarán como es lógico a la petición que se formuló".
Pero una extensión y dos años más tarde, el propio Convenio exige para su presencia definitiva una reforma, mediante -como ya viene siendo habitual- un protocolo anejo. Así lo solicitó el Presidente Obama durante la visita de Rajoy a Washington en enero de 2014, con una ampliación del 50% de los efectivos, hasta llegar a los 3.500 marines y unos 40 aviones y así se ha procedido a ello con la mayor discrección. Tanta, que el ministro de defensa Morenés todavía no ha comparecido para tratar del tema ante la mortecina (a juzgar por el número de sus reuniones) comisión de defensa del Congreso y la única mención que es posible encontrar en las abundantes páginas de Diario de Sesiones es un ambiguo punto 5 –que no menciona ni a Morón ni a la unidad de marines- en una proposición no de ley de 2015 del PP y del PSOE en relación con los objetivos de España en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
Dos misiones tácticas
La Fuerza Especial de los Marines estacionada desde 2013 en Morón fue creada tras el ataque contra la embajada de EEUU en Bengazi, Libia, el 11 de septiembre de 2012. El ataque, perpetrado por milicias islamistas anti-Gadaffi como respuesta al video Innocence of Muslims, acabó con la vida del Embajador Stevens, un diplomático y dos agentes de la CIA. Más allá de los errores de inteligencia y diplomáticos, la unidad de apoyo exterior desplegada la noche del ataque en la base de Sigonella, en Sicilia, no llegó a actuar porque ya era demasiado tarde.
Dependiente del Cuartel General para África de Sttutgart (US AFRICOM), la unidad intervino en diciembre de 2013 en la evacuación del personal de la Embajada de EE UU en Juba, Sudán Sur, en un ejemplo de lo que el ministerio de defensa español había calificado con anterioridad de "misión humanitaria" y que evitó un desastre semejante al de Bengazi.
La doctrina táctica de la unidad pone un especial énfasis en el entrenamiento conjunto con tropas aliadas en la región del Mediterráneo y su apoyo logístico frente a los peligros de desestabilización política y terrorismo islamista en África del Norte. Francia cuenta con una unidad similar estacionada en el norte de Mauritania, además de su intervención militar en Mali.
Pero como se señalo en su día (ECD, 7/5/2013), la unidad de los marines de Morón, a 15 minutos de despliegue aéreo de la base naval de Rota, base permanente del escudo de defensa anti-misiles naval AEGIS para el Mediterráneo y de cuatro destructores con misiles SM-3 de EE UU, funcionaria en su caso como mecanismo defensivo de intervención inmediata.
La reforma permanente de los Acuerdos de Defensa de 1988
Como ya ocurrió en octubre de 2011, cuando un agónico gobierno Zapatero firmó la reforma del Convenio de Defensa con EE UU que suponía la transformación de Rota en la base del sistema de guerra naval y anti-misiles de EE UU en el Mediterráneo, de nuevo es un gobierno a pocos meses de unas elecciones generales, que muy probablemente perderá, el que vuelve a subordinar la defensa del Reino de España a los intereses estratégicos de EE UU. Muchos de los argumentos expuestos en SP en aquella ocasión vuelven a estar de plena actualidad. En especial la connivencia del PP y del PSOE, que será manifiesta cuando aprueben en el Congreso el nuevo anejo de enmienda al Acuerdo de 1988.
Una vez más, los bien intencionados argumentos sobre el número de puestos de trabajo que se crearán para la adecuación de la base de Morón de la Frontera chocan con la realidad de los continuos recortes de plantilla del personal civil de las bases de Rota y Morón y de las empresas subcontratistas privadas. Los 22 millones de euros de inversión previstos estarán sujetos a las condiciones de seguridad militares de EE UU, que descartarán prácticamente a las empresas españolas.
Pero lo fundamental es la erosión continua y sistemática de los elementos de soberanía recuperados en el Acuerdo de Defensa de 1988 como respuesta del gobierno de Felipe González a las condiciones para el ingreso de España en la Alianza Atlántica tras el referéndum de 1986. El famoso decálogo de seguridad incluía, además de la no integración en la estructura militar de la OTAN, la renegociación de los Acuerdos de la dictadura franquista con EE UU de 1953 y la reducción de las bases militares de la Guerra Fría de EE UU en España, transformadas Rota y Morón en bases de "utilización conjunta".
En el clima creado por los ataques del 11 de septiembre de 2001 contra las Torres Gemelas de Nueva York y el Pentágono en Washington DC, el gobierno Aznar, en su segunda legislatura, forzó un cambio radical de la doctrina estratégica de defensa en la que se había apoyado la negociación del Acuerdo de Defensa de 1988 y propuso un nuevo protocolo en 2002. La orientación del mismo respondía a la integración de España en la estructura militar de la OTAN y a la Declaración Conjunta de 11 de enero de 2001: el "espíritu de las Azores" comprometía la seguridad del reino de España a las decisiones estratégicas unilaterales de EE UU, y culminaría en el apoyo a la guerra e invasión de Irak.
El intervalo que supuso la retirada de las tropas de Irak por el primer gobierno Zapatero no evitó que, tras la debacle política del giro neoliberal de mayo de 2010, en octubre de 2011 el gobierno Zapatero también hiciese un giro similar en defensa y seguridad con la autorización para la instalación del sistema AEGIS y el escudo antimisiles en Rota. Con esta nueva enmienda al Acuerdo de Defensa de 1988 en relación con la base de Morón su desnaturalización es casi total.
Al amparo de una interpretación del articulo 96 de la Constitución de 1978 que sería imposible de sostener en cualquier otro terreno de la administración del estado, se sigue hurtando a la soberanía popular la definición de los intereses estratégicos y defensivos del estado, llegando hasta el punto de que resulta imposible conocer el presupuesto de defensa por las continuas ampliaciones de lo asignado a ese capítulo en el Presupuesto general del estado. La defensa del estado se ha convertido en la indefensión de sus ciudadanos. Y no es de esperar que sean los marines de Morón los que vengan a rescatarnos.
Gustavo Búster es miembro del Comité de Redacción de SinPermiso.
FUENTE: SinPermiso
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lunes, 1 de junio de 2015
Marines en Morón: Rajoy y la guerra del siglo XXI
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