miércoles, 7 de septiembre de 2016

El esfuerzo por mantener el predominio en el Pacífico



Edward Hunt
CounterPunch/Viento Sur


En los últimos años, el gobierno de Obama ha realizado tremendos esfuerzos por fortalecer el poder de EE UU en la región Asia-Pacífico. Aplicando la llamada política de “pivotar y reequilibrar” (pivot and rebalance) en la zona, el gobierno ha hecho todo lo posible por consolidar la presencia de EE UU como potencia en la región.

“Como presidente, he reequilibrado la política exterior estadounidense de tal modo que estamos desempeñando un papel más importante y duradero en la región Asia-Pacífico”, explicó el presidente Barack Obama el 2 de agosto de 2016. EE UU tiene “un gran interés en mantenerse como potencia en la región”.

Con esta orientación, el gobierno de Obama también ha perseguido un objetivo ya conocido para la región. Mientras que el gobierno ha podido presentar su política como un importante cambio de estrategia de EE UU, el caso es que los dirigentes de este país llevan decenios tratando de consolidar la presencia de EE UU como potencia en la región. Cuando el gobierno de Obama anunció por primera vez la idea de “pivotar y reequilibrar” hacia la región, a finales de 2011, los analistas del Servicio de Investigación del Congreso reconocieron que el planteamiento del gobierno se parecía a la estrategia estadounidense ya en vigor. “Buena parte de la política de ‘pivotar” hacia la región Asia-Pacífico es una continuación y ampliación de políticas ya emprendidas por gobiernos anteriores, así como desde el comienzo del mandato del propio presidente Obama”, señalaron los analistas.

Más recientemente, el secretario de prensa del Pentágono, Peter Cook, hizo un comentario similar. Preguntado a comienzos de julio de 2016 sobre el aumento de buques estadounidenses patrullando el mar del Sur de China, Cook respondió diciendo que “lo que estamos haciendo en esa parte del mundo es coherente con lo que hemos hecho durante décadas”. En efecto, Cooke defendió las operaciones reconociendo que EE UU ha mantenido históricamente una poderosa presencia en la zona. “No hay nada nuevo en lo que está haciendo EE UU”, añadió. Al mismo tiempo, el gobierno de Obama ha actuado de acuerdo con la idea de que está centrándose y tratando de reequilibrar las fuerzas en la región Asia-Pacífico. Más allá de sus actividades en el mar del Sur de China, el gobierno ha concebido y aplicado una serie de nuevas iniciativas militares y económicas que acentúan significativamente la implicación de EE UU en toda la zona.

En primer lugar, el gobierno de Obama ha reforzado la presencia militar de EE UU. Pese al hecho de que al comienzo del mandato de Obama el Mando del Pacífico de EE UU ya contaba con alrededor de 300 000 soldados, el gobierno decidió incrementar la presencia de fuerzas en toda la región. Actualmente “estamos enviando más fuerzas a la región”, explicó el secretario de Defensa, Ashton Carter, en una declaración escrita remitida en marzo de 2016 a la comisión del Senado encargada de las fuerzas armadas. Entrando en detalles, Carter especificó que “estamos desarrollando y aplicando nuevas iniciativas de consolidación –en lugares como Guam, las Marianas Septentrionales, Filipinas, Australia y Singapur­– y modernizando nuestras instalaciones ya existentes en Corea y Japón, y seguimos reforzando las alianzas existentes y otras nuevas, desde India hasta Vietnam.”

El mes siguiente, el funcionario de Exteriores Antony J. Blinken confirmó a su vez la acumulación de fuerzas militares. El gobierno de Obama “traslada personal estadounidense a lugares nuevos y más numerosos, como el norte de Australia y nuevas bases en Filipinas, y moderniza las instalaciones existentes en Japón y la República de Corea”, confirmó Blinken. Es más, una serie de políticos de EE UU quisieran que el gobierno de Obama fuera incluso más allá. Pese al hecho de que la presencia estadounidense se ha ampliado a cerca de 360 000 militares en toda la región, algunos políticos han reclamado una presencia todavía mayor. Hoy “me pregunto si contamos allí con un palo suficientemente grande”, declaró el diputado Bradley Byrne durante una audiencia del Congreso a comienzos de julio de 2016. En otras palabras, Byrne quería saber si el gobierno de Obama mantenía una presencia militar suficientemente fuerte para intimidar efectivamente a sus rivales. “¿Contamos con los activos militares adecuados en los lugares idóneos para hacer lo que tengamos que hacer a fin de cumplir los objetivos de EE UU tanto desde el punto de vista militar como en otros aspectos?”, preguntó Byrne.

Ante estas presiones, el gobierno de Obama considera todavía más justificado su modo de proceder. Puesto que ya ha reforzado significativamente el potencial militar de EE UU en toda la zona, ha respondido tranquilamente a sus críticos señalando el incremento de las actividades militares. “Estamos acumulando nuestras propias fuerzas en la región”, aseguró el funcionario del Departamento de Defensa, Abraham M. Denmark, en respuesta al diputado. “Nuestras operaciones también han aumentado.” De hecho, el gobierno de Obama ha hecho todavía más por reforzar la presencia estadounidense en la zona. En vez de basarse únicamente en su gran palo para mantener su posición como potencia en la región, el gobierno de Obama ha hecho un importante esfuerzo por desempeñar un papel más directo en el proceso de desarrollo económico de la región.

La importancia estratégica del TPP

Concretamente, el gobierno de EE UU ha impulsado la entrada en vigor de un nuevo tratado comercial regional llamado Asociación Transpacífica (Trans-Pacific Partnership, TPP) con el fin de reforzar su influencia económica. En estrecha colaboración con sus socios regionales en el desarrollo del pacto, el gobierno ha intentado definir más claramente las reglas del comercio y de los intercambios regionales. La aprobación del TPP “reforzaría nuestro poder económico”, explicó el secretario de Defensa, Ashton Carter, en un discurso de abril de 2015. Por tanto, “probablemente es uno de los componentes más importantes del reequilibrio”.

Meses más tarde, la diplomática estadounidense Caroline Kennedy calificó asimismo el tratado comercial previsto de elemento clave de la estrategia de EE UU. El TPP es “un tratado de importancia estratégica” que “vinculará” más estrechamente a EE UU con “el conjunto de la región Asia-Pacífico”, declaró Kennedy. Con sus comentarios, Kennedy vino a decir que el pacto reforzaría significativamente el poder permanente de EE UU en la zona. Más recientemente, el secretario de Estado John Kerry ha repetido el mismo argumento de fondo. La aplicación del TPP “no solo reforzará nuestra preeminencia económica”, sino que también “consolidará nuestras alianzas” y “nos vinculará con países cuya ayuda necesitamos”, declaró Kerry.

Portavoces del gobierno admiten sin lugar a dudas que la aprobación del TPP le ayudará a poner en práctica su estrategia regional. Para ellos, el tratado propuesto es un potente instrumento estratégico y defienden sin cesar la medida como importante iniciativa estratégica que consolidará todavía más la posición de EE UU en la región. “Apoyo el TPP por sus importantes ventajas estratégicas”, declaró el presidente Obama en mayo de 2016.

Al impulsar el TPP, el gobierno también insiste en que tiene más posibilidades de alcanzar sus objetivos en la región. Mientras que sus críticos siguen pensando que el gobierno no está haciendo lo suficiente para afirmar el poder de EE UU en la zona, fuentes gubernamentales siguen convencidas de que están utilizando todos los medios de que disponen para mantener a EE UU como la potencia predominante en el Pacífico. “No duden ni un segundo de que somos una potencia del Pacífico”, declaró el vicepresidente Joe Biden durante su visita a la región en julio de 2016. “Estamos aquí para quedarnos.”

En efecto, el gobierno hace todo lo posible por asegurar que EE UU desempeñe un papel principal en Asia. Simplemente mueve sus piezas para mantener el predominio de EE UU. “En cuanto al legado que dejo en términos de reequilibrio, no cabe duda de que estamos haciendo lo que debemos”, insistió el presidente Obama.


Edward Hunt es experto estadounidense en guerras e imperialismo.

http://www.counterpunch.org/2016/08/24/maintaining-u-s-dominance-in-the-pacific/

Traducción: VIENTO SUR

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