Isidro Gabino San Martín Jorge García Tudela
Los hechos contrastados tras diferentes relatos en varios medios de comunicación, incluido Público.es, son los siguientes:
Viernes
16:00 (hora española). Llegan las primeras informaciones:
Una gran explosión mata a dos policías afganos y uno español (Isidro Gabino San Martín). Es la primera parte de un patrón habitual: explosión cerca a la embajada y ataque de hombres armados que combatirán hasta morir, sin negociar ni rendirse. Los tiroteos y las operaciones de rescate son complejas y costosas.
Lo normal es que los edificios que rodean a las embajadas sean ocupados por los trabajadores de la misma, para evitar los peligros de los desplazamientos. En este caso, la embajada española es de las pocas que se encuentra fuera de la zona segura, siendo la casa del embajador la única que se localiza en esa zona. Es una cuestión fundamentalmente económica. Es decir, es cuestión de dinero que los trabajadores de la embajada se jueguen la vida día tras día.
18:30 horas
Mariano Rajoy afirma: “Esta tarde se corrió la noticia de que podía haber habido un ataque a la embajada de España en Afganistán. No ha sido así. No ha habido un ataque ni era la intención de hacerlo contra la embajada de España en Afganistán. Así lo han indicado los talibanes. Era un ataque contra algunas casas de huéspedes que estaban muy próximas a la embajada… En este momento, han sido liberadas todas las personas que estaban trabajando como funcionarios en la embajada de España en Afganistán, y por tanto lo que parecía que era una mala noticia, pues al final por fortuna no es así. Creo que no hay víctimas españolas, no era un ataque contra nosotros…”
Siguiendo el patrón habitual miente y ofrece información errónea sobre lo sucedido, lo que recuerda mucho a la gestión de la información que se hizo después del accidente de salvamento aéreo en Canarias, en el que fallecieron tres militares.
Varios medios internacionales habían informado con anterioridad a la declaración de Mariano Rajoy lo que estaba sucediendo, entre ellos la BBC.
A esa hora ya se sabia que dos vehículos de la embajada habían ardido, tres de los atacantes habían logrado penetrar en la embajada o la residencia en la que vive el personal español, dos españoles habían podido escapar, dos policías afganos habían muerto y no se podía asegurar que el resto de los que habitaban la residencia estuvieran a salvo.
22:00
Se confirma que han sido eliminados dos talibanes pero se piensa que hay tres o cuatro más que resisten dentro de las viviendas de los españoles.
24:00
El edificio principal de la embajada ya había sido liberado, pero continúan los combates en otros dos edificios.
Sábado
12:00 horas
Se confirma la muerte de un segundo español (Jorge García Tudela) y comienzan a llegar desde diferentes vías relatos de combates de horas (9 o 12 según las versiones) en las que tuvieron que repeler ataques con fusiles y granadas.
15:00 horas
El gobierno afirma que se trata de “un ataque contra España”.
Conclusiones
1) Si la embajada estuviera en la zona segura, en la que se encuentran la mayoría de embajadas y la casa del embajador, tal vez el ataque no se habría producido o no habría tenido consecuencias tan graves.
2) Mariano Rajoy es un mentiroso o un incompetente o, lo que es peor, ambas.
3) Ha llegado la hora de que nuestros militares, guardias civiles o policías dejen de morir por no adoptarse las necesarias medidas de seguridad. Y algo no menos importante, sobre todo para las familias de los afectados, debe de ponerse fin a las calamitosas gestiones de la información que se hace cada vez que se produce una tragedia (eso en el caso de no tratarse de burdos engaños). Es decir, ya es hora de dejar de mentir y engañar por un puñado de votos.
Mentir sobre los cadáveres de los muertos y la sangre de los heridos es para que dimitan de forma inmediata todos los involucrados en tal infamia, sobre todo si no es la primera vez que sucede.
(Una última reflexión: Si en lugar de ser policías que tienen libertad de expresión y sindicatos, se hubiese tratado de militares, hoy todos creerían al presidente del gobierno. Con ello, creo que es obvia la razón de limitar la libertad de expresión a militares)
Luis Gonzalo Segura, exteniente del Ejército de Tierra y autor de las novelas “Código rojo” (2015) y “Un paso al frente” (2014).
Fuente: Público.es
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