sábado, 16 de abril de 2016

La nueva política de asilo: El muro





José Antonio Mérida Donoso

Rebelión

En la Antigüedad, las murallas y muros se construían principalmente para detener el paso de grupos invasores armados o ejércitos. Así ocurre con la Gran Muralla China o el Muro de Adriano, protegiéndose por un lado pero al mismo tiempo permaneciendo aislados. En la actualidad los muros se construyen para impedir o dificultar el paso de civiles. Muros como el de Palestina se construyen desde el 23 de junio de 2002 a pesar de que la opinión consultiva dictada por la Corte Internacional de Justicia el 9 de julio de 2004, decretó la ilegalidad del muro y exigió su desmantelamiento. En 2003, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó una resolución que exigía a Israel interrumpir la construcción del muro. No es el único muro “apartheid” construido en los últimos años. En fronteras como Botsuana/Zimbabue (2003) se extienden 500 km Antiinmigración, en Brunei/Limbag Flag (2005) otros 20 km. En España este concepto se conoce bien desde los muros de Ceuta (2001) 8 km y Melilla (1998) 11 km. Los constructores y sus simpatizantes nunca aceptan las consecuencias negativas de estos muros y se justifican mencionando razones de seguridad. Galeano reflexionaba sobre esto apuntando: “Desde siempre, las mariposas y las golondrinas y los flamencos vuelan huyendo del frío, año tras año, y nadan las ballenas en busca de otra mar y los salmones y las truchas en busca de sus ríos. Ellos viajan miles de leguas, por los libres caminos del aire y del agua. No son libres, en cambio, los caminos del éxodo humano”. En inmensas caravanas, marchan los fugitivos de la vida imposible. Viajan desde el sur hacia el norte y desde el sol naciente hacia el poniente. Les han robado su lugar en el mundo”… Como se sabe, el 13 de Abril del 2015 murió el autor uruguayo, el que evocara en su “Emigración ahora”, que la naturaleza humana no entiende de barreras ni fronteras. Sin embargo, la UE cuya responsabilidad en los conflictos de la UE es indudable ante la venta de armas que han existido en los últimos años, sigue respondiendo con muros. El premio Nobel de literatura José Saramago decía “Somos la memoria que tenemos y la responsabilidad que asumimos. Sin memoria no existimos y sin responsabilidad quizá no merezcamos existir”. La UE y los Estados miembros deberían tener más memoria –Francia como vendedor de armas a Siria, Austria y Polonia a Irak-y responsabilidad en vez de organizar una subasta de refugiados vergonzosa y a blindarse con muros de alambres, mientras los envían a Turquía. Los más vulnerables, las familias con niños, son los primeros en ceder en las deportaciones de Grecia a Turquía. Otro premio nobel, esta vez turco, nos recordaba que los niños son “las primeras víctimas de la inmoralidad que conllevaba el desplome de las grandes civilizaciones y el derrumbe de las memoria”.



Dignidad humana, libertad, democracia, igualdad, Estado de Derecho y respeto de los derechos humanos son valores consagrados en los Tratados de la UE. La Carta de los Derechos Fundamentales firmada era en teoría, una declaración clara y firme de los derechos de los ciudadanos de la UE… La no discriminación, junto con la igualdad ante la ley, suponen los principios básicos y generales de la protección de los Derechos Humanos aplicables a todas las personas “sin distinción de ningún tipo, tales como raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política u otra, origen social o nacional, propiedad, nacimiento u otro status”. El artículo 14 de la Declaración Universal de Derechos Humanos reconoce el Derecho al asilo: “En caso de persecución, toda persona tiene derecho a buscar asilo, y a disfrutar de él, en cualquier país”.

Galeano nos recordaba que aunque “hay quienes creen que el destino descansa en las rodillas de los dioses, pero la verdad es que trabaja, como un desafío candente, sobre las conciencias de los hombres”. El escritor fue un referente a nivel mundial de una escritura comprometida…quizá la mejor manera de recordarlo en el aniversario de su muerte sea pidiendo "más galeanos” adquiriendo un mayor compromiso y un posicionamiento ante la “ideología de la inacción y la apatía política” que cada vez fragua más en el pensamiento ciudadano y que parece querer abarcarlo todo. El muro de Idomeni simplemente no se puede permitir.



Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

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