jueves, 7 de enero de 2016

El lado oscuro de la fuerza: Doña Pilar Rahola


 
Pilar Rahola
 



Botifler es una de las peores nociones generadas por el periodismo y la literatura política nacionalista en Cataluña. Un botifler no es un españolista. En el lenguaje secesionista, un españolista es un federalista, como el que suscribe, un autonomista o alguien no partidario del nacionalismo catalán. Un botifler, en cambio, es alguien que se ha movido en determinados nudos del ámbito nacionalista catalán y que, en un determinado momento y por diversas causas, duda, cambia de opinión, se cuestiona postulados o principios indiscutibles, critica la cosmovisión dominante, se aleja de la ideología nacionalista, etc. Traiciona a la causa, lo peor de lo peor. Es un traidor y contra él o ella todo vale.
 
Tras la decisión de la CUP del pasado domingo, cuando acordaron hacer lo que habían repetido mil veces durante la campaña electoral (no hacer presidente al neoliberal hijo político del molt ex honorable presidente de la Generalitat) la red está llena de descalificaciones de este tipo. Algunas de las voces provienen de las propias filas de la CUP. Sin embargo, como era de esperar, la descalificación más zafia y abyecta tiene a Doña Pilar Rahola como autora. Vale la pena leer con calma sus palabras: “Los agradecimientos por el no de la CUP hay que mandarlos al CNI (centro de espionaje español). No os equivoquéis de dirección”.

No hace falta señalar las dimensiones de ignominia y bajura poliética de la reflexión de la Señora de 8tv, una de las intelectuales orgánicas del secesionismo más próximas al presidente de Convergencia Democrática de Cataluña, una organización llena de corrupciones y de corruptos. Es imposible imitar a la Sra. Rahola pero, transitando por un sendero paralelo, cabe aconsejar que los emails críticos con su descalificación, que espero ustedes escriban, no se envíen a su cuenta de correo. Probablemente esté bloqueada. Lo mejor es enviarlos directamente al Mossad. Recepción segura y entrega inmediata.

La Señora Rahola, en la tarde del lunes, ha puesto como ejemplo de buen hacer político la dimisión de Antonio Baños. Baños, el cabeza de lista de la CUP, repitió mil veces durante la campaña que él, que ellos jamás harían a Mas presidente. La razón de su dimisión: no puedo asumir la decisión de la CUP, la misma posición que él aireó quince veces diarias durante todos los días de campaña. Para Lluís Llach, uno de los supuestos independientes de Junts pel Sí, Baños es uno de los buenos. Los demás según él, deben ser unos impresentables. En la cosmovisión de Llach, la coherencia es lo perverso y la inconsistencia merece un premio. ¡¡Fue un cantautor que a muchos nos formó musical y políticamente!! ¡¡Qué error, qué inmenso horror!!

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

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