domingo, 28 de febrero de 2016

Diccionario en funciones



 
Enric Juliana


Política es lenguaje. La actual fase de interinidad en España invita a repasar algunas de las palabras y expresiones con lugar destacado en la confusa narración. Algunas son claras y bastante concisas. Otras admiten significados diversos. Hay significantes muy eficaces. Y hay, también, algunos conceptos en construcción.
Abstención. La abstención puede ser la clave principal del primer debate de investidura. La abstención de Podemos, Izquierda Unida, PNV, Compromís, CDC, ERC y Bildu podría dar la presidencia a Pedro Sánchez, sin sumar más apoyos que los que ya tiene amarrados: Ciudadanos y el regionalismo canario. 131 votos a favor, frente a los 123 del Partido Popular. Con el voto en contra de los soberanistas catalanes (17 diputados), a Sánchez no le bastaría con el apoyo del PNV y la abstención de Podemos, IU y Bildu. Los valencianos de Compromís debería votar a favor. Con el voto contrario de Podemos, no hay apaño posible.
Andaluces. El debate de investidura tiene como prólogo la celebración del 28 del febrero, día de Andalucía. La presidenta de la Junta, Susana Díaz, está acentuando el mensaje identitario: Andalucía tiene poder. Poder de veto. Ningún cambio sustantivo es posible en España sin el visto bueno de Andalucía. No habrá pacto respecto a Catalunya sin visado andaluz. No habrá secretario general tranquilo en el PSOE sin permiso del grupo dirigente de Sevilla. Una visión de España.
Brigada Aranzadi. Dícese del conjunto de altos funcionarios que ejercen un papel determinante en las altas esferas. Los abogados del Estado, por ejemplo. Hace un mes, el Partido Popular quería recurrir a la Brigada Aranzadi para proceder a una rápida repetición de las elecciones, mediante un dictamen del Consejo de Estado, si el Rey veía imposible el encargo. Felipe VI desbarató la maniobra, invocando el “orden natural”. Primero planteó el encargo a Mariano Rajoy y cuando este lo rehuyó, se lo dio a Pedro Sánchez. Este pasaje es fundamental para entender la actual coyuntura política.
Catalanes.Tan subrayado está el problema de Catalunya que no aparece, de manera explícita, en el pacto de gobierno PSOE-Ciudadanos. He ahí una buena ironía. Catalunya se está convirtiendo en el gran implícito de la política española. Lo condiciona casi todo, pero es innombrable en los momentos más delicados.
Ciudadanos. Es el partido con el nombre más atractivo. Sus fundadores tuvieron buen olfato. Un ‘significante flotante’, por decirlo a la manera de Ernesto Laclau, el fallecido filósofo posmarxista argentino que tanto ha influido en Podemos. Ciudadanos no sería lo mismo si se llamase Partido Liberal, Partido Reformista, Partido Centrista o Partido de la Nueva España. Ciudadanos puso como condición al PSOE que la firma del pacto tuviese la máxima solemnidad posible el pasado miércoles. Un símbolo y un significante que Sánchez no pudo rehuir, aún sabiendo que podía perjudicarle tácticamente, al facilitar la fuga de Podemos, con el consiguiente arrastre de IU y Compromís.
Conspiración. Otra palabra casi innombrable, aunque presente en muchos pensamientos. El grupo dirigente del PP cree que está siendo víctima de una conspiración para apartar a Mariano Rajoy del primer plano. Jorge Fernández Díaz lo verbalizó hace unos días afirmando que la sucesión de noticias negativas y acciones judiciales contra el PP no son una “casualidad”. Una afirmación de tal calibre en boca del ministro del Interior merece un subrayado especial. El partido que ha gobernado con mayoría absoluta los últimos cuatro años certifica que ha perdido el control de algunas palancas. Es relevante.
Consulta. Contribución catalana a la nueva sintaxis política española. Hubo un día en que el derecho a decidir cruzó el Ebro y se difundió en aerosol. El PSOE estuvo a punto de aceptar una consulta en Catalunya, abandonó la bandera, por temor, y ahora la ha recogido Podemos. He ahí otro significante flotante: equivalencia de más democracia. Para defenderse de los barones y del grupo dirigente de Sevilla, Sánchez ha establecido una comunicación directa con las bases. Ayer, los militantes del PSOE fueron consultados sobre el pacto con Ciudadanos. Pronto habrá petición de “consultas” en el PP.
Gran Centro. Nombre que podemos dar a la alianza programática PSOE-Ciudadanos. Sánchez quiere que ese pacto tenga continuidad, ocurra lo que ocurra la semana que viene. Albert Rivera no romperá los 66 folios del acuerdo, pero habrá que ver qué tipo de compromiso mantiene con el PSOE si las dos votaciones son adversas. Hay un corredor que conduce del Gran Centro a la Gran Coalición.
Ibex 35. Las empresas que conforman el principal índice bursátil español no tienen un comité político conocido, pero se les atribuyen, quizá de manera un tanto exagerada, muchos movimientos en la sombra. La nueva idealización del poder fáctico.
Podemistas. ¿Cómo llamar a los militantes de Podemos? En sentido literal deberían ser denominados voluntaristas. Podemos es otro significante flotante que apela a la posibilidad de romper límites. Hay quien les llama podemitas, con sesgo despectivo. Podemos se alimenta del desprecio de sus adversarios y algunos de ellos aún no lo saben.
Sorayos. Dícese en Madrid de los colaboradores más fieles de la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría. Una red de altos cargos, ubicados en todos los ministerios, que espera su momento. Desde hace semanas, la vicepresidenta se mantiene en un discreto segundo plano. Los sorayos no dan la batalla por perdida.
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Fuente: La Vanguardia

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