miércoles, 24 de febrero de 2016

Los dilemas del cambio político en España


Lo más curioso, para no decir lo más tristemente divertido, es que las instituciones democráticas son buscadas y queridas por organismos no democráticos.José Saramago 




José M. Torres
Expresidente de la Fundación Rubén Darío
Durante estos días, estamos asistiendo a una enconada batalla entre el inmovilismo y el cambio, representado en su conjunto por tres grandes sectores de fuerzas políticas:
Por una parte, hay dos grandes fuerzas en liza, encabezadas por Pedro Sánchez (PSOE, 90 diputados) y Mariano Rajoy (PP, 123 diputados), los dos grandes partidos que se repartieron el poder durante 40 años y disfrutaron de una democracia a su medida. Los líderes de ambos partidos se excluyen mutuamente en lo personal, pero no es así partidariamente, pues sus agendas antisociales son bien compatibles y están plenamente subordinadas a la Agenda Europea (austeridad, dominio del capital financiero, expansión multinacional, lógica imperialista, etc.). Total 213 diputados.
Por otra parte, hay dos fuerzas emergentes, Podemos (69 diputados) y C’s (40 diputados) completamente excluyentes en su agenda social. La primera de ellas proviene de un clamor ciudadano surgido de las mareas y del 15-M, que rechaza la lógica financiera que representa el cambio y la segunda, nada de eso porque es tutelada por la banca. Total 109 diputados.
Por último, un tercer sector, de fuerzas independentistas en mayor o menor grado, compuesto por un total de 26 diputados: 17 catalanes (ERC+DIL), 8 vascos (PNV+Bildu) y 1 diputado de Islas Canarias, un movimiento múltiple que se escapa al control de la monarquía.
El conjunto reúne así 348 diputados (213+109+26) que sumados a los  2 de Izquierda Unida completa la cámara de 350 diputados.
Para ganar la investidura puede haber alianzas parlamentarias que no impliquen coaliciones de Gobierno, o bien coaliciones de Gobierno que incluyen alianzas parlamentarias para legislar incluso.
En base a esto encontraríamos las siguientes combinaciones:
A.- PP+PSOE+C’s (coalición parlamentaria dirigida necesariamente por Rajoy, sin necesidad de una coalición de Gobierno):
El poder económico está forzando la creación de una coalición entre PP+PSOE+C’s (253 diputados; 72,3%), que constituiría la mayor estabilidad para Bruselas-Merkel-EEUU. Pero esta unión solo es posible con Rajoy como presidente de Gobierno y por ello, Sánchez la rechaza frontalmente. Sin embargo, en los centros de poder están estudiando que la pueda dirigir un tercer líder, un diputado de consenso como promueve Felipe González.  O bien si Pedro Sánchez ocupara la vicepresidencia —que ya ha sido ofrecida por el PP—, daría lugar a la presidencia de Rajoy o incluso, ser sacrificardo por otro más asequible del PP.
B.- PSOE+Podemos+IU+independentistas (187 diputados, mayoría del 53,4%):
Esta sería la coalición más beneficiosa para Podemos, pues implicaría una alianza de Gobierno (Pablo Iglesias como vicepresidente) y por tanto, un pacto de incluya el ‘derecho a decidir’ y una agenda social, pero ésta sería contraria a Bruselas-Merkel-EEUU. El poder que le daría a Iglesias sobre los medios de comunicación, el CNI, el Fiscal General, los jueces  e incluso poder tirar de la manta de la corrupción, lo hacen inverosímil, hoy por hoy.
A.1.- PP+C’s (coalición de Gobierno dirigida por Rajoy, donde C’s obtendría algún ministerio):
Es perfectamente compatible, pero esta unión sumaría sólo 163 diputados (46,6%). Para que Rajoy sea investido, es necesaria la abstención de PSOE y así ganaría por mayoría simple.
Resultaría un Gobierno muy inestable con el riesgo de unas elecciones anticipadas. No es la solución ideal para el poder económico ni para Bruselas-Merkel-EEUU.
B.1.- PSOE+C’s  
Aritméticamente, esta coalición sumaría 130 diputados y para ganar precisaría la abstención del PP. Si el PP votara en contra, se precisaría la abstención de Podemos, de IU y de al menos 21 independentistas, lo cual no va ocurrir.
Por tanto esa alianza solo puede ganar por mayoría simple con la abstención de los 123 diputados del PP, aunque eso es también altamente improbable.
C.- PSOE+C’s+Podemos 
Los tres partidos sumarían 199 diputados. Lógicamente votaría en contra el PP más todos los independentistas (total  151). Ganaría por mayoría absoluta, pero Podemos sufriría en primer lugar la fractura de sus corrientes que defienden el derecho a decidir: Catalunya 12, Valencia 9, Galicia 6 y País Vasco 5. Total 32 diputados. Y eso arrastraría a Podemos al desastre.
Solo hay 3 combinaciones posibles: A, B y A.1. La coalición B es altamente improbable por oponerse frontalmente al poder económico y a Bruselas-Merkel.
De las dos opciones que quedan (A y A.1), la que más interesa al PSOE (a su lógica de partido que no colgará sus hábitos cambiándolos por otros  anti-establishment) es la A, pero esa no es asumible por Pedro Sánchez, que de no ceder ante Felipe González se vería obligado a aceptar la A.1 con una negociación bajo la mesa con el PP para que éste se abstenga. De lo contrario, habría unos nuevos comicios.
Elecciones anticipadas
Ya se ha previsto el 26 de junio como la fecha de esas elecciones.
De aquí a entonces, la monarquía tiene ante sí grandes inconvenientes: mayor descrédito de la política, desgaste de los partidos y gran abstención, con el riesgo de que los emergentes más molestos aumenten su cuota de diputados. Entrará en juego la manipulación informativa para desacreditar a Podemos (y a sus líderes) todo lo posible y restarle 20 o 30 diputados, para entregárselos a C’s y IU-Unidad Popular. Este trabajo de ingeniería mediática ya ha comenzado.
Por otra parte, los escándalos de corrupción devaluarán al PP, ya que perderá otros tantos diputados, permitiendo al PSOE  formar el siguiente Gobierno, haciendo ya posible el pacto con PP y C’s para llevar a cabo las reformas pendientes de la Constitución, poder judicial, apaciguamiento del independentismo, cierta limpieza de la corrupción, etc., entrando en acción el ‘relato felipista’, donde el cambio se promete aunque no se cumpla.
Las encuestas, la manipulación difamatoria de los más importantes medios y el dinero controlado por los bancos, van a prodigarse contra Podemos, pues el establishment se juega la cohesión de sus gestores políticos, y el riesgo de desórdenes es grande si, ante el descontento social que viene,  no existe una fuerza de cambio disciplinada, experimentada y organizada que pueda sustituir a los grandes partidos de la transición en fase terminal, pero que con C’s sumarían una holgada mayoría absoluta, siguiendo el ejemplo de Alemania.
Para hacer frente a esa situación adversa interna y externa, Podemos tiene todavía la oportunidad de convertirse en el primer partido de la oposición, seguir con la bandera del cambio, evitando abandonar su agenda social, poniendo al desnudo el engaño de un reformismo constitucional retórico, insistiendo en la reivindicación territorial del derecho a decidir, pero, además, tendrá que favorecer —con partidos afines— su proyección internacional, sumándose al movimiento democratizador por una Europa de los pueblos.
Fuente: Público.es

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