Jesús Gellida
Rebelión
El La infamia de la cúpula del PSOE decidió por 139 votos a favor y 96 en contra facilitar la investidura de Rajoy. Comandados por la federación andaluza se impone la postura de la gestora de regalar sin condiciones la investidura a los populares, se descarta la posibilidad de una abstención parcial y se profundiza en la herida abierta con la dimisión de Sánchez (1).
Las intenciones de “coser” y de “conciliar” el PSOE son actualmente una quimera con el cambio de rumbo histórico ya que lo que está sucediendo realmente es que se está desgarrando el partido por el enfrentamiento con el PSC, con el resto de diputados díscolos y con una mayoría de la militancia. En este sentido el PSC ratificó en su consejo nacional el No a Rajoy argumentando que “ hay que asegurar la utilidad del PSC como instrumento político para los ciudadanos que se sienten progresistas y catalanistas ". Una decisión que se enmarca dentro del contexto catalán y que es una posición para la supervivencia de un PSC que se puede ver fagocitado a corto plazo por En Comú Podem. Esta decisión es considerada por la gestora del PSOE como una ruptura unilateral de la leal unidad de acción y apela a la sensatez de los y las diputadas a la hora de votar en la investidura. Habrá que ver cómo evoluciona la relación del PSC con el PSOE que se podría incluso romper; situación que acabaría de hundir a los socialistas. Por otro lado, hay también más diputados díscolos que ya han hecho público que romperán la disciplina de partido votando No a la investidura del candidato popular y otros que están indecisos. Se calcula que, contando con los del PSC, hay entre 15 y 20 diputados en el Congreso que desobedecerán la imposición del comité federal del PSOE. Veremos en este caso cual es la reacción de la actual cúpula del partido y si se los expulsa; posición que partiría formalmente el partido en dos. Finalmente miles de militantes socialistas se están movilizando a través de las agrupaciones locales aprobando resoluciones defendiendo el No a Rajoy. Zaragoza, Castelló, Almería, Albacete o Cádiz son algunos ejemplos. Hay que advertir también que más de 90.000 firmas recogidas favorables al No constatan que las bases socialistas no olvidarán fácilmente que se tumbara al primer secretario general elegido en primarias y tampoco que se entregue el gobierno a los populares.
Esta situación confirma la crisis histórica en que se encuentra uno de los puntales del régimen del 78 que con la cesión del gobierno al PP ha optado por la continuidad de las políticas económicas y sociales austericidas, por la corrupción y por la carencia de diálogo para resolver la relación entre Cataluña y España. Una crisis que no afecta sólo al PSOE sino al sistema de partidos español y que supone el fin del “turnismo” entre los partidos de un bipartidismo que se hunde. Una crisis de la socialdemocracia española reconvertida en social-liberalismo que ya no representa los intereses de las clases populares y trabajadoras sino los de las grandes corporaciones económicas, financieras y mediáticas. Un PSOE que está cavando su propia tumba y que tarde o temprano será reemplazada por otras fuerzas políticas que si representan estos intereses sociales.
La enmienda a la totalidad del régimen del 78 en general y del bipartidismo en particular que supuso el 15M y el posterior surgimiento de Podemos, de las confluencias y de los ayuntamientos del cambio como Barcelona, Madrid o Cádiz, -entre otros muchos-, constatan el alejamiento de una mayoría social respecto a las élites políticas, en este caso, socialistas que desde hace tres décadas abrazan el neoliberalismo como rumbo en sus políticas públicas y que tienen su punto culminante en la capitulación ante los populares en una inmolación para intentar salvar un régimen y un partido que hacen aguas.
Finalmente, después de más de 300 días de gobierno en funciones, este fin de semana Rajoy obtendrá una mayoría suficiente para la investidura en segunda votación con los apoyos de Ciudadanos y de parte del PSOE, abriéndose así un nuevo periodo político en las instituciones y en las calles. Una investidura exitosa que es el preludio de unos nuevos presupuestos que ya tienen que incorporar recortes por 10.000 millones, según la UE, en un plan de ajuste hasta 2017 i en los que el PSOE, -o lo que quede del partido-, se verá obligado a apoyar por “responsabilidad” de Estado siendo partícipe, una vez más, de las políticas austericidas y neoliberales que tanto sufrimiento causan a la mayoría de la población.
Nota:
(1) Ver el artículo “La pasokización del PSOE”
@jesusgellida
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
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