Cándido Marquesán Millán
Profesor de Secundaria. Zaragoza
Yo soy socialista y militante del PSOE. Vale, que quede claro. Lo digo con contundencia y con la intención de en un aviso a algunos navegantes despistados y malintencionados de mi mismo partido, que llegan a pensar que la militancia excluye la crítica al partido. Muy al contrario. No ejercer la crítica es propio de una secta. Y mi partido, entiendo que no lo es o por lo menos no debería serlo, aunque los comportamientos de muchos de sus dirigentes sí que son sectarios. Todos conocemos casos de militantes muy competentes que han sido marginados, porque han tenido la osadía de ir en contra del pensamiento dominante. Insisto soy socialista y militante del PSOE. Y voy a ejercer una crítica muy contundente especialmente contra los actuales dirigentes del PSOE. Me parece intolerable, además de muy poco socialista el que por criticar la abstención patriótica, técnica, no sé cómo llamarla, ya que me produce urticaria, a algunos barones parece que no, sufra ataques por parte de algunos militantes del PSOE. Pongo militantes del PSOE y no socialistas, porque el socialismo no es patrimonio de ningún partido político, como algunos dirigentes del PSOE nos quieren hacer ver. Hay otras fuerzas políticas claramente socialistas.
Retorno al tema de la abstención, que sólo nombrarla me produce urticaria. ¡Qué nivel de degradación ha alcanzado la política en España, ya lo pagaremos, cuándo muchos dirigentes del PSOE y bastantes militantes aceptan la abstención, aunque muy pocos tienen las agallas de decirlo abiertamente! Y quien lo dice nos quiere hacer comulgar con ruedas de molino: “La abstención no es apoyo”. ¡Anda ya! Y nos lo dice el que ha recibido la denominación “referente moral del socialismo”. Pues, vaya referente. La abstención es todo un ejemplo de la inmensa capacidad de los poderes económicos y mediáticos de imponer una agenda política determinada. Son capaces si lo necesitan de conseguir cambiar la realidad a través del lenguaje, y lo que era blanco antes, luego es negro. Y todos lo asumimos sumisos y lo aceptamos por patriotismo. Tiene narices eso del patriotismo. Nos lo dice la derecha que piensa que el patriotismo es el envolverse en la bandera y besarla con pasión, el entonar el himno nacional, el festejar la fiesta del 12 de octubre, el presenciar desfiles militares, o descorchar botellas de champán con el triunfo de la “Roja”. Este es un patriotismo de cartón piedra.
La política sin principios, no es política. Es otra cosa. Dentro de mi partido me quieren convencer de que no hay otra opción que la abstención. ¡Cómo que no! Claro que la hay. Negar el que haya otra alternativa, es un insulto al raciocinio. Los que se abstengan en su votación tendrán que hacerlo evidentemente con la nariz tapada. ¿O no lo es permitir el gobierno más corrupto de nuestra historia reciente? Luego que no acusen de hacer lo mismo a los votantes del PP. Si hace 4 años a un militante del PSOE le hubieran dicho que con sus votos iba a continuar en la Moncloa, Mariano Rajoy “el incorruptible”, hubiera creído que era un chiste de mal gusto. ¿Qué dirían ante la abstención los Prieto, Largo Caballero, o Pablo Iglesias, no el de ahora, si levantarán la cabeza? Seguro que retornaban a su tumba.
¿Barones y militantes despistados, es que todavía no os estáis dando cuenta de quiénes hace tiempo defienden nuestra abstención? Los Marhuenda, Inda, Herrera, Cebrián, etc. Que nos dicen que el PSOE es un partido fundamental en nuestra democracia. Mucho que les importa a esta cuadrilla el futuro del PSOE. Mientras tanto se descojonan, porque saben que así el PSOE, con la abstención, que provocará una fractura irreversible, un auténtico suicidio, nunca jamás llegará al poder. Además de haber dejado por el camino los principios, la honra y la dignidad. Que son muy listos, de verdad. Y nosotros muy tontos.
FUENTE: NUEVA TRIBUNA.ES -Público.es
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