El crecimiento
económico se ha generalizado en el planeta, pero no en beneficio de
todo el mundo sino, por lo contrario, con un aumento de las
desigualdades. 62 individuos poseen igual riqueza que las 3.6 mil
millones de personas que constituyen el 50% más pobre del planeta. Así
lo alerta la confederación internacional de organizaciones no
gubernamentales para la lucha contra la pobreza OXFAM, en su más
reciente informe titulado “Una economía al servicio del 1%”, presentado
ante el Foro Económico Mundial en Davos (Suiza) por su Directora
Winnie Byanyima.
“Mientras que los ingresos de los más acaudalados se han incrementado desde 2010 un 44%; los de la mitad más pobre se han reducido el 41%. No obstante que la economía global se ha duplicado en 30 años hasta los 78 billones de dólares y la riqueza mundial ha alcanzado los 267 billones (valor neto de todos los activos financieros y no financieros), es cada vez más evidente que las mayorías quedan excluidas del reparto.
Oxfam advierte que la desigualdad extrema, se está instalando a escala mundial, pese a que ello ha dejado de formar parte de las preocupaciones de las élites del Foro Económico Mundial, tanto en su más reciente encuentro como en el anterior Foro de 2014. “La mejoría económica ha alejado de estos selectos clubes la preocupación por las cuestiones sociales, aunque el paro estructural y el subempleo aún forman parte de los riesgos que sólo incluyen cuando se les pregunta, tal como se recoge en el Informe sobre riesgos globales 2016 emitido por este organismo”.
Oxfam considera igualmente que una de las herramientas que permiten a los más poderosos incrementar aún más sus ganancias, además de la tendencia de los últimos 30 años a reducir los tipos marginales de las rentas más altas, son los paraísos fiscales.
Aunque no existan cifras oficiales, el estudio de Oxfam hace referencia a estudios recientes según los cuales estos paraísos fiscales, con baja o nula tributación, esconden una suma equivalente a la riqueza total de Alemania y el Reino Unido.
El informe de OXFAM dice haber analizado unas doscientas empresas, incluyendo las más grandes del mundo asociadas al Foro Económico Mundial, resultando que nueve de cada diez de ellas están presentes en paraísos fiscales.
Los recursos que de tal manera escapan al control de los gobiernos, se estiman en unos 100.000 millones de dólares al año, provocando recortes en el estado del bienestar o elevaciones de los impuestos "que afectan desproporcionadamente en mayor medida a los sectores más pobres de la población".
Una de las claves de la concentración de la riqueza reside en el aumento de los rendimientos del capital, desde los intereses hasta los dividendos. De hecho, en todos los Estados económicamente más avanzados y en la mayoría de los países en vías de desarrollo, la participación de los salarios en la renta nacional se ha estado reduciendo, "lo cual significa que se benefician cada vez menos en el crecimiento económico", como advirtiera el economista francés Thomas Piketty en su libro “El capital en el siglo XXI” en el que éste señala cómo, en cambio, los dueños del capital observan cómo éste crece "de forma constante y a un ritmo significativamente más rápido que el crecimiento económico".
En el ámbito laboral, la brecha salarial entre los trabajadores y los directivos se ha ampliado. Los ingresos de los asalariados medios se han estancado o han bajado, en tanto que los de los altos ejecutivos se han disparado. De hecho, “los salarios no solo no remuneran debidamente los esfuerzos de los trabajadores, sino que tampoco satisfacen las necesidades de las personas y las familias en términos de ingresos”.
En la Unión Europea (UE), alrededor del 9% de las personas que trabajan se encuentran en riesgo de pobreza y este porcentaje ha crecido en la última década, según el informe. Un indicador que lo refleja claramente es que el índice de productividad laboral ha acrecentado su brecha respecto al de crecimiento del salario real. Oxfam es una Confederación Internacional de organizaciones que se desempeña en 94 países en la búsqueda de soluciones a la pobreza y a lo que considera injusticias en todo el mundo. Fue fundada originalmente en 1942 como Comité Oxford para la Alivio de la hambruna por un grupo de Cuáqueros, activistas sociales y académicos de la Universidad de Oxford, en Gran Bretaña. Su misión original era persuadir al Gobierno británico para que permitiera la ayuda alimentaria para aliviar la hambruna a los ciudadanos de Grecia atrapados entre la ocupación militar de la Alemania Nazi y los bloqueos navales de las potencias aliadas.
“Mientras que los ingresos de los más acaudalados se han incrementado desde 2010 un 44%; los de la mitad más pobre se han reducido el 41%. No obstante que la economía global se ha duplicado en 30 años hasta los 78 billones de dólares y la riqueza mundial ha alcanzado los 267 billones (valor neto de todos los activos financieros y no financieros), es cada vez más evidente que las mayorías quedan excluidas del reparto.
Oxfam advierte que la desigualdad extrema, se está instalando a escala mundial, pese a que ello ha dejado de formar parte de las preocupaciones de las élites del Foro Económico Mundial, tanto en su más reciente encuentro como en el anterior Foro de 2014. “La mejoría económica ha alejado de estos selectos clubes la preocupación por las cuestiones sociales, aunque el paro estructural y el subempleo aún forman parte de los riesgos que sólo incluyen cuando se les pregunta, tal como se recoge en el Informe sobre riesgos globales 2016 emitido por este organismo”.
Oxfam considera igualmente que una de las herramientas que permiten a los más poderosos incrementar aún más sus ganancias, además de la tendencia de los últimos 30 años a reducir los tipos marginales de las rentas más altas, son los paraísos fiscales.
Aunque no existan cifras oficiales, el estudio de Oxfam hace referencia a estudios recientes según los cuales estos paraísos fiscales, con baja o nula tributación, esconden una suma equivalente a la riqueza total de Alemania y el Reino Unido.
El informe de OXFAM dice haber analizado unas doscientas empresas, incluyendo las más grandes del mundo asociadas al Foro Económico Mundial, resultando que nueve de cada diez de ellas están presentes en paraísos fiscales.
Los recursos que de tal manera escapan al control de los gobiernos, se estiman en unos 100.000 millones de dólares al año, provocando recortes en el estado del bienestar o elevaciones de los impuestos "que afectan desproporcionadamente en mayor medida a los sectores más pobres de la población".
Una de las claves de la concentración de la riqueza reside en el aumento de los rendimientos del capital, desde los intereses hasta los dividendos. De hecho, en todos los Estados económicamente más avanzados y en la mayoría de los países en vías de desarrollo, la participación de los salarios en la renta nacional se ha estado reduciendo, "lo cual significa que se benefician cada vez menos en el crecimiento económico", como advirtiera el economista francés Thomas Piketty en su libro “El capital en el siglo XXI” en el que éste señala cómo, en cambio, los dueños del capital observan cómo éste crece "de forma constante y a un ritmo significativamente más rápido que el crecimiento económico".
En el ámbito laboral, la brecha salarial entre los trabajadores y los directivos se ha ampliado. Los ingresos de los asalariados medios se han estancado o han bajado, en tanto que los de los altos ejecutivos se han disparado. De hecho, “los salarios no solo no remuneran debidamente los esfuerzos de los trabajadores, sino que tampoco satisfacen las necesidades de las personas y las familias en términos de ingresos”.
En la Unión Europea (UE), alrededor del 9% de las personas que trabajan se encuentran en riesgo de pobreza y este porcentaje ha crecido en la última década, según el informe. Un indicador que lo refleja claramente es que el índice de productividad laboral ha acrecentado su brecha respecto al de crecimiento del salario real. Oxfam es una Confederación Internacional de organizaciones que se desempeña en 94 países en la búsqueda de soluciones a la pobreza y a lo que considera injusticias en todo el mundo. Fue fundada originalmente en 1942 como Comité Oxford para la Alivio de la hambruna por un grupo de Cuáqueros, activistas sociales y académicos de la Universidad de Oxford, en Gran Bretaña. Su misión original era persuadir al Gobierno británico para que permitiera la ayuda alimentaria para aliviar la hambruna a los ciudadanos de Grecia atrapados entre la ocupación militar de la Alemania Nazi y los bloqueos navales de las potencias aliadas.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
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