El aplastamiento de la Primavera de Atenas, junto al tranquilizador cuento de hadas de la “recuperación” económica de España estaba destinado a contener el ascenso de Podemos (también conocido como la respuesta española a Syriza) y llevar a Rajoy a una victoria en las elecciones generales. Pero, ay, los votantes tenían otras ideas y le negaron Rajoy una mayoría operativa, otorgando a Podemos una porción de voto mayor de lo que habían previsto los encuestadores y con el resultado de un Parlamento sin mayoría absoluta.
Desde entonces, las frenéticas negociaciones entre el Partido Popular de Rajoy, los consumidos socialistas encabezados por Pedro Sanchez, Ciudadanos, partido neoliberal a la moda, y Podemos no han conseguido llegar a un gobierno de coalición, provocando así nuevas elecciones generales. El resultado de esta nueva carrera electoral dependerá de si Podemos logra ascender de un tercer a un segundo puesto, empujando a los socialistas a un destino semejante al sufrido por los socialistas griegos del PASOK, y al que aguarda a los socialistas franceses el año que viene.
Si fracasa Podemos, se puede prever una gran coalición de partidos del “establishment”, posiblemente con la suma de Ciudadanos. Pero si podemos logra echar a un lado no hacer caso de la humillación de Syriza y superar el clima de miedo de Rajoy para llegar así a convertirse en el segundo mayor partido, un nuevo Parlamento sin mayoría absoluta vendría a señalar el final del sistema bipartidista. Con ello se daría paso a un gobierno adverso a la Troika y a la mayoría acorazada de la que se ha rodeado el ministro de Economía alemán, Wolfgang Schäuble, en el Eurogrupo.
Ese cambio podría anunciar problemas para el exhausto “establishment” de Europa, el cual, por esta razón, está tratando de apresurar la introducción de un nuevo paquete de austeridad en Grecia antes de finales de mayo. Se espera así atrapar a Atenas en una esclavitud permanente por deudas antes de que los votantes españoles pronuncien un veredicto que pueda alterar el equilibrio de poder dentro del Eurogrupo.
Pero ¿logrará Podemos adelantar a los socialistas? Esta perspectiva goza hoy de mayores posibilidades, comparada con diciembre pasado, por tres razones.
En primer lugar, el votante español ya ha probado la sangre del partido gobernante en diciembre pasado, y parece que le ha gustado.
En segundo lugar, dispone de más pruebas de que la Troika y el Eurogrupo del lado están desbordados en toda Europa: no hay más que ver la pelea entre Schäuble y el presidente del Banco Central Europeo sobre la política monetaria.
Tercero, y más importante, Podemos acaba de llegar a un acuerdo con Izquierda Unida, tradicional partido de izquierdas en España que consiguió un millón de votos en diciembre pasado. Junto a otras fuerzas convergentes (las Mareas, Barcelona en Comú, Coalició Compromís), Podemos está construyendo una dinámica que puede puntuar en las urnas más allá de la suma de sus partes.
Pero la mayor flaqueza de Podemos, además de la capitulación de Syriza el verano pasado, es la ausencia de una agenda europea coherente, y su silencio respecto a cómo enfrentarse al Eurogrupo y al Banco Central Europeo, instituciones que con toda probabilidad empezarían a asfixiar un gobierno con su centro en Podemos antes de su designación.
Una mayoría de votantes españoles se inclina por tener un nuevo gobierno que se las vea con las instituciones de la Troika. Pero tienen que saber cómo hará un gobierno de Podemos para contraatacar: qué nuevas medidas políticas propondrá Madrid, no sólo para España sino como alternativa a la actual mezcla política que pone cada vez más en riesgo la integridad de la eurozona.
En diciembre pasado, Podemos cometió el error de oponerse a la austeridad en España sin delinear un programa que alterase el “plan de negocio” de la eurozona, dentro del cual se aloja la política fiscal austeritaria española. Un gobierno que represente a la cuarta mayor economía de la unión monetaria ha de disponer de propuestas claras para la zona euro en su conjunto.
Sin un plan para acabar con el proceso deflacionario por doquier, la promesa de Podemos de acabar con la austeridad en España suena a hueco. Y muchos votantes españoles, que podrían si no subirse al carro de Podemos-Izquierda Unida, se sienten desalentados por ello.
La exigencia de Podemos de poner fin a la austeridad resulta cada vez más oportuna. Temiendo una fuerte reacción en el país, Rajoy ya ha pedido indulgencia a Bruselas en lo que toca a los objetivos de inflación, mientras que José Manuel García Margallo, su ministro de Exteriores, confesaba el otro día “nos hemos pasado cuatro pueblo con la austeridad”, aclarando posteriormente que por “nosotros” quería dar a entender la Comisión Europea. Sin embargo, Podemos debe hacer algo más que pedir (como hacen Rajoy y Matteo Renzi, el primer ministro italiano) indulgencia y el derecho a violar el pacto fiscal de la eurozona. El partido tiene que recalcar ante sus votantes un programa imaginativo que pueda impulsar el crecimiento y arrostrar la deuda-deflación en toda Europa.
Ese programa entrañaría una iniciativa paneuropea de recuperación dirigida por la inversión, de alrededor del 8% de la renta agregada de la eurozona, gestionada por el Banco Europeo de Inversiones (BEI) y financiada mediante una gran emisión de bonos del propio BEI, con el Banco Central Europeo preparado para adquirir estos bonos en el mercado secundario en cuanto surja la necesidad.
También implicaría operaciones del banco central para reducir los costes de servicio de la deuda de los estados miembros en la parte de la deuda nacional que permiten las reglas existentes (60 % de la renta nacional), recapitalizaciones directas de los bancos y, por último pero no menos importante, un programa de lucha contra la pobreza financiado con los beneficios acumulados en el seno de la cuenta del Target 2 del Sistema Europeo de Bancos Centrales.
Esa Agenda Europea insuflaría vientos favorables a las velas de Podemos y convertiría las próximas elecciones en un verdadero punto de inflexión para España y Europa. Contrarrestaría la campaña alarmista que el Partido Popular y Ciudadanos están empezando a librar contra la izquierda y elevaría, de manera más general, el nivel del debate político en todas partes.
Europa está al borde del abismo y nuestra “Unión” se está desintegrando como resultado de una perniciosa mezcla de autoritarismo y mala política. España puede cambiar esto. Pero para que eso suceda, Podemos debe ascender sobre las espaldas de una Agenda Europea atractiva.
exministro de finanzas del gobierno griego de Syriza, es Profesor de
política económica en la Universidad de Atenas. Su libro El Minotauro
Global, para muchos críticos la mejor explicación teórico-económica de
la evolución del capitalismo en las últimas 6 décadas, fue publicado en
castellano por la editorial española Capitán Swing, a partir de la 2ª
edición inglesa revisada. Una extensa y profunda reseña del Minotauro,
en SinPermiso Nº 11, Verano-Otoño 2012.
Newsweek, 11 de mayo de 2016,
Traducción:
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