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Las redes de tráfico de personas ingresaron más de 4.000 millones de euros en 2015, año que estuvo marcado por la migración de refugiadoshacia Europa, según un informe presentado este martes en Ginebra por Interpol y Europol. El 90% de los migrantes que entraron en la Unión Europea en 2015 dependieron de redes criminales, afirman ambos organismos.
En este sentido, la mayoría del millón de migrantes que entraron en la Unión Europea en 2015 pagaron entre 3.000 y 6.000 euros para completar su camino, lo que supone una horquilla de entre 4.400 y 5.300 millones de euros en total, se expone.
En el informe se advierte de que los migrantes que viajan a la UE son vulnerables a la explotación sexual o al trabajo forzado, ya que necesitan pagar sus deudas con los traficantes.
De cara a lavar el dinero, los traficantes movían grandes cantidades de efectivo a través de las fronteras, que luego eran blanqueadas a través de la compraventa de vehículos, tiendas, restaurantes o compañías de transporte.
Traficantes y migrantes, con igual origen
El informe revela que los organizadores de estas tramas procedían de los mismos países que los propios migrantes, pero en muchas ocasiones tenían permisos de residencia en Europa o pasaporte en regla. “Es un negocio multinacional, con sospechosos provenientes de hasta 100 países”, se lee.
“La estructura básica de las redes de tráfico de migrantes incluye líderes que coordinan actividades en torno a una ruta determinada, organizadores que gestionan actividades de manera local a través de contactos personales y facilitadores de “bajo nivel” y “oportunistas” que dan apoyo a los anteriores, explica el informe.
Los sobornos, elemento clave
Al haber tanto dinero en este contexto, las autoridades apuntan que oficiales corruptos podrían haber permitido que vehículos se saltaran controles en las fronteras o haber permitido que zarpen barcos a cambio de sobornos.
Hasta 250 “puntos calientes” de contrabando han sido identificados, 170 dentro de la UE y 80 en el exterior. Son estaciones de tren, aeropuertos y estaciones de bus, entre otras.
Tiende a la concentración
El informe apunta que no se ha hallado evidencia de que los diferentes grupos criminales lucharan entre sí. Lo que sí se reporta es que redes criminales más grandes han ido tomando el control sobre las pequeñas y más oportunistas, llevando a un “oligopolio”.
A lo largo de 2015, la gran mayoría de los migrantes hicieron arriesgados viajes en botes y barcos a lo largo del Mediterráneo desde Turquía o Libia, para luego completar la ruta por carretera. El informe cifra en 800.000 las personas que aún esperan en Libia su oportunidad de iniciar el viaje a Europa.
Se descartan lazos con el radicalismo
Pero el contexto será diferente: al incrementarse los controles en las fronteras, se apunta que el viaje en avión puede tornarse más atractivo.
También se informa de que las rutas de contrabando podrían ser utilizadas para traficar con drogas o armas. Aun así, se descarta que combatientes extranjeros radicalizados dependan de estas mismas redes para entrar en Europa.
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