Susan George, presidenta de honor de ATTAC Francia y del Transnational Institute de Amsterdam. |
“Este tratado es un programa de las corporaciones. Todo lo que contiene se está negociando en nombre de las grandes multinacionales" explica la activista, una de las voces más críticas contra este acuerdo comercial.
BARCELONA. Susan George, la filósofa y politóloga reconocida por su lucha contra el TTIP (Tratado Transatlántico de Comercio e Inversiones), habló la semana pasada con Público sobre los datos que hoy revela Greenpeace Holanda en relación al acuerdo comercial entre EEUU y la UE. “Uno de los propósitos del TTIP es homogeneizar las economías de EEUU y la UE. Con ello, las corporaciones adquieren el poder de controlar las leyes de los estados”, explicó en Barcelona tras participar en el seminario sobre convivencia planetaria organizado por la asociación Imago.
“La cuestión es que este tratado es un programa de las corporaciones. Todo lo que contiene se está negociando en nombre de las grandes multinacionales: éstas contactan con los negociadores, tienen acceso al contenido del tratado y quieren controlar las regulaciones comerciales”, defendió George.
La también presidenta del Comité de Planificación del Transnational Institute de Ámsterdam y presidenta de honor de ATTAC Francia insistió en que este acuerdo comercial afecta, sobre todo, a los ciudadanos europeos porque “EEUU tiene leyes más débiles con el uso de productos químicos o con la permisión del fracking en beneficio del mercado”.
“El interés de los inversores es ir reduciendo las regulaciones, y entrar en el sector de la salud de Europa”, añadió. Como denuncian desde hace tiempo Greenpeace o Ecologistas en Acción, el medio ambiente, la salud y otros derechos laborales se verían afectados en Europa con la firma del tratado.
George se refirió a los municipios como espacios que “tienen mucho que perder con la firma del TTIP” ya que, por ejemplo, en las zonas rurales de España “habrá una pérdida significativa de pequeños agricultores”. Informada sobre las próximas elecciones en el país, George consideró que “hay que votar al partido que sepa decir No” al TTIP y a una economía dominada por las grandes corporaciones.
Demandar a los gobiernos, otro objetivo del TTIP
“Para que los inversores puedan controlar y censurar a los gobiernos”, continuó George, “necesitan desarrollar un sistema de leyes privadas”. Los tribunales de arbitraje que contempla el TTIP, que permitiría a las corporaciones denunciar a los estados que regulen en contra de sus intereses, “impondrían enormes sanciones a los gobiernos, y en consecuencia, a los ciudadanos”. Sin embargo, parece que tanto Alemania como Francia rechazan la firma del tratado si se incluyen estos tribunales privados.
Para George, la firma del tratado comercial con Europa “responde al interés de EEUU por preservar su hegemonía económica mundial, sobre todo contra los BRICS (Brasil, Rusia, China, India y Sudáfrica)”. En relación al avance de las negociaciones, Susan George opina que “por mucho que se diga que este acuerdo se aprobará cuando Obama aún esté en su oficina”, la gente está cada vez más concienciada porque “los medios informan en aumento sobre las repercusiones del TTIP”.
El acuerdo CETA, de las mismas características que el TTIP pero entre la UE y Canadá, también está a punto de ratificarse y para George “es peligroso porque las corporaciones estadounidenses usarán la filiación canadiense para demandar a Europa”.
¿Cuál es la demanda de los inversores europeos?
Susan George también habló de las intenciones de las corporaciones europeas en EEUU. “El interés de Europa es meterse en las maniobras de los EEUU, y quieren hacerlo tanto a nivel federal, estatal como local”. “Lo que no entienden en Europa es que los negociadores nacionales no tienen el poder para traicionar lo que los estados han decidido. El gobierno federal no puede obviar la soberanía estatal”, explicó.
La autora del último libro 'Los usurpadores. Cómo las empresas transnacionales toman el poder', a sus más de 80 años, comentó que va a seguir luchando contra la firma del TTIP, ahora en relación a la vulneración de los derechos humanos. “El impacto del TTIP sobre el medio ambiente ya está extendido, ahora toca involucrar a más gente en esta batalla”.
Fuente: Público.es
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