Que es
necesaria, diría que imprescindible, una nueva reforma laboral es
indiscutible. Hay que derogar la actual cuanto antes y confeccionar una que
no sea una barra libre para el empresario, sino que ofrezca protección al
empleado y unas condiciones dignas por su trabajo, cosa que ahora no sucede.
Sin embargo, lo que también es indiscutible es que la reforma que la clase
obrera reclama no es la que propone el BBVA.
¿Y qué
esperábamos de un banco? BBVA, junto al Santander, la Caixa y Bankia, son la
punta de lanza del capitalismo español; lo más alejado que podemos encontrar a
las políticas sociales, a la lucha contra la desigualdad. Estas entidades
viven, precisamente, de la desigualdad, de la pobreza de la mayoría y la
riqueza de una minoría. Perpetuar ese modelo es perpetuar su propia
existencia; ni más ni menos.
Por este
motivo propone barbaridades tan absurdas como bajar un 7% los sueldos para
incrementar un 10% el empleo. Una teoría económica que, aunque siempre es
defendida por la patronal y ejecutada por los Gobiernos neoliberales, jamás en
toda la Historia económica se ha dado. Jamás. Siempre que se han llevado a
cabo bajadas de sueldos lo que se ha producido es más destrucción de empleo.
Es pura lógica, a menos sueldo -y en España la gran mayoría ya nos encontramos
por debajo de 800 euros-, menos consumo e, inevitablemente, menos negocio en
las empresas que terminarán por tener que despedir a trabajadores.
Además, se
insta a pagar el salario por productividad, en función del rendimiento,
una triquiñuela capitalista que únicamente sirve para bajar lo que se percibe,
no para subirlo. Dicho de otro modo, es la excusa perfecta para recortar tu
salario cuando el empresario gana menos, pero en época de vacas gordas sólo
para mantenerlo, no para incrementarlo.
No es la
única medida antisocial que propone el BBVA: también reducir la duración de las
prestaciones por desemplo cuando se viva una fase expansiva del ciclo
económico. Terrible. Lo estamos viviendo en la actualidad, en la que desde hace
meses el Gobierno del PP no hace más vender que la macroeconomía va como un
tiro y, sin embargo, cada vez más personas caen bajo el umbral de la pobreza.
Personas a las que, si fuera por el BBVA, se les recortaría el subsidio de
paro.
Otro
sinsentido del informe de la entidad bancaria es reducir las cotizaciones a la
Seguridad Social, que van en función del salario que se percibe y, en cierto
modo, redistribuye la riqueza mínimamente, para en su lugar subir los
impuestos indirectos, como el IVA, que todos pagamos del mismo modo, ya sea
Amancio Ortega o un parado de larga duración.
En suma, las
medidas propuestas por el BBVA parecen lanzar únicamente una advertencia: ‘no
os quejéis, que aún podéis estar peor’. Quizás es un recado para la
inminente campaña electoral; quizás el BBVA ha sacado el látigo a pasear para
que cualquier medida que tengan que tomar sus dos grandes aliados (PP y PSOE) y
su alumno aventajado (Ciudadanos) no parezca tan mala a la hora de tapar el
déficit incumplido con el que nos ha estado mintiendo Mariano Rajoy todos estos
meses.
Quizás sea
en cierto modo un informe-ficción como de hecho los de Montoro fueron unos
Presupuestos-ficción, según ha quedado demostrado posteriormente. Quizás… pero
lo que es un hecho es que la élite sigue pensando que aún puede asfixiar un
poco más a la clase obrera. Están tensando tanto la cuerda que se les
romperá y, entonces, no habrá Ley Mordaza que pueda parar la reacción.
David Bollero
Fuente: Público.es
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