El asunto Bankia puede
abordarse con el foco en el “rescate” de la entidad financiera, es
decir, los 22.429 millones de euros de ayudas públicas que según el
Banco de España recibió el banco y que los peritos investigadores del
caso elevaron, en un escrito dirigido al juez, a 46.000 millones de
euros. Desde un punto de vista laboral, se podría analizar el ERE
acordado en 2013 entre Bankia y las organizaciones sindicales, que
establecía 4.500 bajas (540 de ellas forzosas). Otro ángulo posible es
el de la corrupción. La responsabilidad del expresidente de Bankia,
Rodrigo Rato, en la salida a bolsa de la corporación o incluso su
aparición en los “papeles de Panamá”, país en el que el exministro del
PP contaba con dos sociedades “offshore” y más de 3,6 millones de euros.
No tendría menos interés el afer de las tarjetas “black” y directivos
como Miguel Blesa, presidente de CajaMadrid durante trece años.
El taller de creación teatral “El esperpento bajo la arena” ha elegido el anuncio de una campaña publicitaria de Bankia que afirmaba lo siguiente: “Ver una obra de teatro griega, obviamente en griego antiguo, es la comisión que te cobra tu mujer por olvidarte del aniversario; en la vida ya pagas demasiadas comisiones; ven a Bankia y te quitamos todas las comisiones de tus cuentas”.
La obra de teatro “Ni noble, ni buena, ni sagrada: Bankia”, que se representará entre el 30 de junio y el 3 de julio en la Sala Ultramar de Valencia, es una respuesta al anuncio del banco nacionalizado, que el director del drama, Paco Zarzoso, califica como “terrorista, mentiroso y machista”. Los participantes del taller creativo son también los actores de la obra (se trata en su mayoría de actores profesionales). Pero se da la circunstancia que además son los autores de esta representación de 80 minutos sobre Bankia. Integran la nómina de actores/autores Cristina Oliva, Fernando Soler Roig, José Zamit, Marta Santandreu, Miquel Pellicer, Paola Navalón, Patricia Sornosa, Pepe Mira, Roberto, Roig, Saoro Ferre, Sonia Martell, Wanda Bellanza y Antonio Espejo.
En un principio trataban de realizar una obra sobre Lorca y Valle-Inclán, de cómo estos autores “clásicos” podrían desnudar en un escenario a la actual sociedad española. ¿Cómo reaccionarían ambos ante una campaña publicitaria como la de Bankia? Dado que el teatro es también el arte del misterio y de lo imprevisible, las escenas y diálogos de “Ni noble, ni buena, ni sagrada: Bankia” no pueden desvelarse hasta su estreno, pero Zarzoso adelanta algunos contenidos. Tres meses de ensayo han dado lugar a una escena en la que se contempla España a modo de burdel, como la vería Valle-Inclán. Los personajes esperan a un financiero muy conocido de Bankia. Además, el banco guarda en su caja fuerte los huesos de alguien muy importante. A partir de “Medea”, la tragedia de Eurípides, otra de las escenas desmiente que una obra griega y con diálogos en esta lengua (clásica) carezca de interés. También hay episodios de humor: varias parejas salen del teatro después de presenciar una obra en griego, lo que permite en tono ligero reflexionar sobre las implicaciones del teatro en el mundo actual.
Una escena particularmente divertida es la génesis del anuncio de Bankia, el momento en que los publicistas tienen la genial idea. “Nos hace pensar hasta qué punto todos nos podemos vender al diablo, incluso creadores cultos, inteligentes e ideológicamente comprometidos”, explica Paco Zarzoso, quien imparte talleres de dramaturgia en la Escuela del Actor de Valencia y forma parte de la compañía “Hongaresa”, con dos décadas de presencia en los escenarios. Además es actor, director teatral y dramaturgo con más de 20 obras representadas. En cuanto a “Ni noble, ni buena, ni sagrada: Bankia”, podría definirse como una obra de cuadros o frescos engarzados por conectores simbólicos y poéticos, que hacen avanzar la acción. Como pinturas “negras” o tragicómicas sobre la reacción que suscita el anuncio del banco en la gente que se dedica al teatro.
¿Hay un hueco en el escenario para celebridades como Rodrigo Rato o Miguel Blesa? Aparecen, pero “esta obra no tiene pretensiones periodísticas ni de estricta actualidad”, matiza Paco Zarzoso. “Eso lo hacen muy bien programas como El Intermedio”. El objetivo es más bien pintar el trasfondo, “estilizado poéticamente”. Tal vez por esta idea de elevarse y trascender que permite el Teatro, el director y los autores/actores han trabajado con grandes dramaturgos como Lorca y Valle. Si el autor de “Luces de Bohemia” viviera hoy, posiblemente incluiría en su obra asuntos como la corrupción y las “preferentes”. Representaría, apunta Zarzoso, “cómo pueden llegar a ser de desalmados los bancos, los mercados y las empresas”. Lorca también inspira el drama sobre Bankia, incluso el título, extraído de los versos de la “Oda a Walt Whitman” inserta en “Poeta en Nueva York”: “Los muertos se descomponen bajo el reloj de las ciudades, / la guerra pasa llorando con un millón de ratas grises, / los ricos dan a sus queridas / pequeños moribundos iluminados, / y la vida no es noble, ni buena, ni sagrada”.
Lorca aparece misteriosamente en la obra, como si quisiera hacerse presente con una de sus frases más conocidas: “Sólo el misterio nos hace vivir, sólo el misterio”. No remite a los terrenos tan mundanos y enfangados como los de Valle Inclán, sino al mundo poético, emocional y metafísico. Pero en Federico García Lorca había también una preocupación política, matiza Paco Zarzoso. Por ejemplo en “La Casa de Bernarda Alba”, aparece una sociedad cerrada y atravesada por el poder de la iglesia. Finalmente, “Lorca representa el contrapunto a una cosa tan prosaica como Bankia”. A los dos autores les une otro nexo, el año de su muerte. Valle falleció el cinco de enero de 1936 en Santiago de Compostela, tras desarrollar un cáncer de vejiga; y Federico murió fusilado el 18 de agosto del mismo año en el camino de Víznar a Alfacar (Granada). Una pregunta planea en torno a esta relación: ¿qué hubiera ocurrido con la dramaturgia española en caso de no desencadenarse la guerra de 1936?
Lorca y Valle-Inclán no aparecen dialogando en la obra sobre Bankia, aunque los autores pensaran en esta posibilidad. Sí conversan sus personajes. En algunos momentos aparece Max Estrella (“Luces de Bohemia”), también “La Mozuela” (“Ligazón”) y otros. Se da una cierta promiscuidad, a la que se recurre en el teatro contemporáneo, que hace posible en pos de la intensidad dramática un intercambio de palabras entre personajes de Valle, de Lorca y afectados de Bankia. “Creo que el teatro de nuestra época es demasiado racional, se habla excesivamente desde la lógica narrativa”, abunda el director de “Ni noble, ni buena, ni sagrada: Bankia”. “Hoy se buscan muchas veces conversaciones significativas y de causa-efecto; pero las relaciones humanas son complejas, de manera que podemos hacer que hablen personas de mundos muy diferentes y que de ahí salgan interesantes cortocircuitos poéticos”. Existen preocupaciones universales al ser humano, en las que no importa época ni condición.
En 2015 este director acometió, también en la Sala Ultramar, un espectáculo sobre Mercadona en el que trabajó con el grupo “Las frescas”. La representación trataba –“con gran poesía”- de once razones para no comprar en los supermercados de esta marca. “Era también sumergirse en las entrañas de una empresa neoliberal”, comenta Zarzoso. Algunas escenas contaban con música del compositor austriaco Franz Schubert (1797-1828), porque en el teatro todo es posible: en el taller se elaboraban textos realistas, surrealistas y postdramáticos. En un momento de la obra aparece la hija del presidente de Mercadona, Juan Roig, con una abogada, que amenaza a los actores con mandarlos a la cárcel por arremeter contra la marca. Surrealismo y diversión. El director encontró un elemento de inspiración en el escritor suizo Robert Walser (1878-1956), autor de novelas como “Jakob Von Gunten”, “El bandido”, o las notas personales conocidas como “Microgramas”. Se habla del literato suizo como un personaje de ambición mínima y generosidad máxima, “todo lo contario que Mercadona”. “Ir contra esta empresa es una manera de entender el mundo”, remata el realizador de la obra.
Fuente: Rebelión
El taller de creación teatral “El esperpento bajo la arena” ha elegido el anuncio de una campaña publicitaria de Bankia que afirmaba lo siguiente: “Ver una obra de teatro griega, obviamente en griego antiguo, es la comisión que te cobra tu mujer por olvidarte del aniversario; en la vida ya pagas demasiadas comisiones; ven a Bankia y te quitamos todas las comisiones de tus cuentas”.
La obra de teatro “Ni noble, ni buena, ni sagrada: Bankia”, que se representará entre el 30 de junio y el 3 de julio en la Sala Ultramar de Valencia, es una respuesta al anuncio del banco nacionalizado, que el director del drama, Paco Zarzoso, califica como “terrorista, mentiroso y machista”. Los participantes del taller creativo son también los actores de la obra (se trata en su mayoría de actores profesionales). Pero se da la circunstancia que además son los autores de esta representación de 80 minutos sobre Bankia. Integran la nómina de actores/autores Cristina Oliva, Fernando Soler Roig, José Zamit, Marta Santandreu, Miquel Pellicer, Paola Navalón, Patricia Sornosa, Pepe Mira, Roberto, Roig, Saoro Ferre, Sonia Martell, Wanda Bellanza y Antonio Espejo.
En un principio trataban de realizar una obra sobre Lorca y Valle-Inclán, de cómo estos autores “clásicos” podrían desnudar en un escenario a la actual sociedad española. ¿Cómo reaccionarían ambos ante una campaña publicitaria como la de Bankia? Dado que el teatro es también el arte del misterio y de lo imprevisible, las escenas y diálogos de “Ni noble, ni buena, ni sagrada: Bankia” no pueden desvelarse hasta su estreno, pero Zarzoso adelanta algunos contenidos. Tres meses de ensayo han dado lugar a una escena en la que se contempla España a modo de burdel, como la vería Valle-Inclán. Los personajes esperan a un financiero muy conocido de Bankia. Además, el banco guarda en su caja fuerte los huesos de alguien muy importante. A partir de “Medea”, la tragedia de Eurípides, otra de las escenas desmiente que una obra griega y con diálogos en esta lengua (clásica) carezca de interés. También hay episodios de humor: varias parejas salen del teatro después de presenciar una obra en griego, lo que permite en tono ligero reflexionar sobre las implicaciones del teatro en el mundo actual.
Una escena particularmente divertida es la génesis del anuncio de Bankia, el momento en que los publicistas tienen la genial idea. “Nos hace pensar hasta qué punto todos nos podemos vender al diablo, incluso creadores cultos, inteligentes e ideológicamente comprometidos”, explica Paco Zarzoso, quien imparte talleres de dramaturgia en la Escuela del Actor de Valencia y forma parte de la compañía “Hongaresa”, con dos décadas de presencia en los escenarios. Además es actor, director teatral y dramaturgo con más de 20 obras representadas. En cuanto a “Ni noble, ni buena, ni sagrada: Bankia”, podría definirse como una obra de cuadros o frescos engarzados por conectores simbólicos y poéticos, que hacen avanzar la acción. Como pinturas “negras” o tragicómicas sobre la reacción que suscita el anuncio del banco en la gente que se dedica al teatro.
¿Hay un hueco en el escenario para celebridades como Rodrigo Rato o Miguel Blesa? Aparecen, pero “esta obra no tiene pretensiones periodísticas ni de estricta actualidad”, matiza Paco Zarzoso. “Eso lo hacen muy bien programas como El Intermedio”. El objetivo es más bien pintar el trasfondo, “estilizado poéticamente”. Tal vez por esta idea de elevarse y trascender que permite el Teatro, el director y los autores/actores han trabajado con grandes dramaturgos como Lorca y Valle. Si el autor de “Luces de Bohemia” viviera hoy, posiblemente incluiría en su obra asuntos como la corrupción y las “preferentes”. Representaría, apunta Zarzoso, “cómo pueden llegar a ser de desalmados los bancos, los mercados y las empresas”. Lorca también inspira el drama sobre Bankia, incluso el título, extraído de los versos de la “Oda a Walt Whitman” inserta en “Poeta en Nueva York”: “Los muertos se descomponen bajo el reloj de las ciudades, / la guerra pasa llorando con un millón de ratas grises, / los ricos dan a sus queridas / pequeños moribundos iluminados, / y la vida no es noble, ni buena, ni sagrada”.
Lorca aparece misteriosamente en la obra, como si quisiera hacerse presente con una de sus frases más conocidas: “Sólo el misterio nos hace vivir, sólo el misterio”. No remite a los terrenos tan mundanos y enfangados como los de Valle Inclán, sino al mundo poético, emocional y metafísico. Pero en Federico García Lorca había también una preocupación política, matiza Paco Zarzoso. Por ejemplo en “La Casa de Bernarda Alba”, aparece una sociedad cerrada y atravesada por el poder de la iglesia. Finalmente, “Lorca representa el contrapunto a una cosa tan prosaica como Bankia”. A los dos autores les une otro nexo, el año de su muerte. Valle falleció el cinco de enero de 1936 en Santiago de Compostela, tras desarrollar un cáncer de vejiga; y Federico murió fusilado el 18 de agosto del mismo año en el camino de Víznar a Alfacar (Granada). Una pregunta planea en torno a esta relación: ¿qué hubiera ocurrido con la dramaturgia española en caso de no desencadenarse la guerra de 1936?
Lorca y Valle-Inclán no aparecen dialogando en la obra sobre Bankia, aunque los autores pensaran en esta posibilidad. Sí conversan sus personajes. En algunos momentos aparece Max Estrella (“Luces de Bohemia”), también “La Mozuela” (“Ligazón”) y otros. Se da una cierta promiscuidad, a la que se recurre en el teatro contemporáneo, que hace posible en pos de la intensidad dramática un intercambio de palabras entre personajes de Valle, de Lorca y afectados de Bankia. “Creo que el teatro de nuestra época es demasiado racional, se habla excesivamente desde la lógica narrativa”, abunda el director de “Ni noble, ni buena, ni sagrada: Bankia”. “Hoy se buscan muchas veces conversaciones significativas y de causa-efecto; pero las relaciones humanas son complejas, de manera que podemos hacer que hablen personas de mundos muy diferentes y que de ahí salgan interesantes cortocircuitos poéticos”. Existen preocupaciones universales al ser humano, en las que no importa época ni condición.
En 2015 este director acometió, también en la Sala Ultramar, un espectáculo sobre Mercadona en el que trabajó con el grupo “Las frescas”. La representación trataba –“con gran poesía”- de once razones para no comprar en los supermercados de esta marca. “Era también sumergirse en las entrañas de una empresa neoliberal”, comenta Zarzoso. Algunas escenas contaban con música del compositor austriaco Franz Schubert (1797-1828), porque en el teatro todo es posible: en el taller se elaboraban textos realistas, surrealistas y postdramáticos. En un momento de la obra aparece la hija del presidente de Mercadona, Juan Roig, con una abogada, que amenaza a los actores con mandarlos a la cárcel por arremeter contra la marca. Surrealismo y diversión. El director encontró un elemento de inspiración en el escritor suizo Robert Walser (1878-1956), autor de novelas como “Jakob Von Gunten”, “El bandido”, o las notas personales conocidas como “Microgramas”. Se habla del literato suizo como un personaje de ambición mínima y generosidad máxima, “todo lo contario que Mercadona”. “Ir contra esta empresa es una manera de entender el mundo”, remata el realizador de la obra.
Fuente: Rebelión
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