Michael Roberts
En diciembre pasado, la Reserva Federal decidió elevar su tasa de interés política por primera vez desde la Gran Recesión. En ese momento, la Fed creía que la economía de Estados Unidos estaba empezando a crecer a una velocidad lo suficientemente rápida como para absorber todos los parados y crear las condiciones para el aumento de la demanda y de los precios. Janet Yellen, la directora de la Reserva Federal explicó que la economía de Estados Unidos "está en el buen camino de la mejora sostenible." Y "tenemos confianza en la economía de Estados Unidos". Se esperaba que la Fed volvería a subir las tasas de interés hasta un 1% en 2016, con el fin de controlar la inflación y evitar un aumento pronunciado de los salarios.
Seis meses más tarde, la Fed no ha vuelto a subir las tasas de interés. Y la razón es evidente: el crecimiento económico de Estados Unidos, lejos de estar en el “buen camino de la mejora sostenible”, se ha ralentizado. En el primer trimestre de 2016, el crecimiento del PIB real aumentó sólo a un ritmo anual del 0,8%. Y hoy, Yellen dijo ante el World Affairs Council en Filadelfia que las últimas cifras de crecimiento del empleo habían sido decepcionantes, y aunque ella seguía siendo optimista, había pocas razones para aumentar más las tasas de interés. De hecho, solo hubo un aumento de 38.000 nuevos puestos de trabajo en mayo, la mitad de la previsión de consenso de 160.000 empleos.
El mercado de trabajo de Estados Unidos, lejos de hacerse 'rígido', comienza a debilitarse. El índice de la situación del mercado de trabajo de la Fed fue revisado a la baja hasta un -3.4 desde el -0.8 de abril, mientras que la cifra de mayo fue de -4.8, lo que confirma una reducción más rápida. Una disminución de la tasa tan pronunciada presagiaba en el pasado una nueva recesión económica.
Y de acuerdo con un sondeo entre economistas convencionales de la Asociación Nacional de la Economía de Empresa (NABE), el crecimiento económico de Estados Unidos se debilitará en 2016 hasta situarse en su ritmo más lento en cuatro años, sólo un 1,9%, frente a una previsión anterior del 2,5%. Pero incluso podría ser optimista.
Si, la tasa de desempleo en mayo cayó hasta el 4,7%, la más baja desde noviembre de 2007, pero lo hizo por razones equivocadas, porque el empleo de los hogares apenas aumentó. Es sólo debido a que la fuerza de trabajo se redujo en 458.000 personas que han renunciado a buscar trabajo. La tasa de participación laboral (el número de personas que trabajan en comparación con aquellos en edad de trabajar), que había aumentado ligeramente, cayó de nuevo.
Actualmente hay 7,4 millones de adultos estadounidenses oficialmente en paro, pero hay que añadir el 'subempleo' (a tiempo parcial, temporal, etc.) y la cifra se acerca mucho más a los 20 millones. El empleo a tiempo completo se redujo en otros 59.000 tras una caída de 316.000 en abril. Las personas que trabajan a tiempo parcial por razones económicas - en realidad prefieren un empleo a tiempo completo, pero no han tenido esa suerte – creció de golpe en 468.000 casos, el aumento mensual más acusado desde septiembre de 2012.
Janet Yellen puede pensar que la economía de Estados Unidos va cada vez mejor, pero la experiencia de los estadounidenses es otra. La deuda por préstamos estudiantiles nunca ha sido mayor. Las solicitudes para cupones de alimentos se encuentran en un máximo histórico. Los costes sanitarios siguen aumentando, y la desigualdad crece, mientras que los ingresos familiares promedio caen.
El porcentaje de hombres entre 25 y 54 años (los años con mayor capacidad de trabajo) que no tienen un empleo se encuentra en su punto más alto. El ingreso familiar promedio real es todavía un 1,3% menor que en 2007.
El crecimiento de la productividad del trabajo es el punto de referencia para el crecimiento económico de Estados Unidos. Se redujo a una tasa anual de 1,7% en el T4 del año pasado y siguió con una caída de 1,0% en el T1 de este año. La productividad está en declive porque el crecimiento de la inversión empresarial ha sido débil. Como he indicado anteriormente , el crecimiento de la inversión empresarial depende en última instancia de la rentabilidad del capital y la rentabilidad se ha mantenido baja. Y ahora los beneficios totales están cayendo. Los economistas de la NABE estiman que los beneficios empresariales caerán este año por primera vez desde 2011, cuando se redujeron un 2,9 por ciento.
He sostenido en notas anteriores que la economía estadounidense se dirige hacia una nueva recesión el próximo año o el siguiente. De acuerdo con JP Morgan, el banco de inversión estadounidense, la probabilidad de una recesión en los próximos 12 meses nunca ha sido mayor durante la recuperación económica actual. "Nuestro indicador macroeconómico preferido de la probabilidad de que una recesión comience en el plazo de 12 meses ha subido del 30%, el 5 de mayo pasado, al 34% la semana pasada y el 36% en la actualidad".
Sin embargo, Yellen sigue teniendo esperanzas. "Veo buenas razones para esperar que las fuerzas positivas que apoyan el crecimiento del empleo y una mayor inflación conseguirán imponerse a las negativas", dijo Yellen. "En consecuencia, espero que la expansión económica continúe, con una nueva mejora del mercado laboral y un crecimiento del PIB moderado". Ya veremos.
Michael Roberts
es un reconocido economista marxista británico, que ha trabajador 30 años en la City londinense como analista económico y publica el blog The Next Recession.
Fuente: Sin Permiso
https://theand-the-us-economy/nextrecession.wordpress.com/2016/06/06/janet-yellen-and-the-us-econo
Traducción:
G. Buster
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