Yago Álvarez
El Salmón Contracorriente
Más de 100 activistas y políticos firman un manifiesto por una auditoría pública
Encaramos la recta final de esta segunda campaña electoral y, por fin, hemos podido ver un debate en el que se han enfrentado los cuatro candidatos de los partidos mayoritarios. Durante el bloque dedicado a debatir temas económicos se hablaron muchos de los asuntos que preocupan a la ciudadanía española, pero, como ocurrió en las pasadas elecciones, se volvió a obviar un tema económico que afecta de una manera transversal a los demás: la deuda.
Todos contra Rajoy en la parte de economía”, han proclamado los medios durante el día de ayer al hablar sobre este tramo del debate en el que Sánchez, Rivera e Iglesias recriminaron los continuos recortes que hemos sufrido durante los cuatro últimos años, la precarización del mercado laboral, las cifras de crecimiento o el exceso de déficit público. Pero ninguno de ellos nombró la grave situación de endeudamiento en la que se encuentra el país.
El nivel de deuda es sin duda la cifra macroeconómica más escandalosa de nuestra economía. La que ha sufrido una mayor desviación en los últimos cuatro años. La deuda del Estado español se ha incrementado en unos 350.000 millones de euros, pasando de estar en torno al 60% a comienzos de 2012 al 100% del PIB en la actualidad. La partida de los Presupuestos del Estado para el pago de los intereses de la deuda es de 33.490 millones de euros en 2016, la tercera mayor partida sólo detrás del pago de las pensiones y las transferencias a las comunidades autónomas. Dicha cantidad es cuatro veces más de los 8.000 millones que nos pide recortar Bruselas para equilibrar nuestro déficit y superior a ese crecimiento del 3% del PIB ‒que equivaldría a 30.000 millones‒ del que tanto alardea el Gobierno.
Más allá de las cifras económicas, el pago de esta deuda ha sido el único motivo por el que se ha modificado nuestra Constitución desde que se firmó en 1978. Algo que no ha ocurrido con ninguna de las otras cuestiones y problemas que abarcan un gran espacio en los debates y campañas electorales, como la cuestión de Cataluña o el derecho a la vivienda.
Se habla de los recortes, pero no de lo que los causa Una de las principales armas arrojadizas que usaron contra Rajoy los otros tres candidatos fueron los recortes. Las cifras y porcentajes de disminución de las partidas de sanidad, educación, I+D, protección social o las dedicadas a políticas de igualdad fueron vertidas por los tres candidatos a modo de acusación sobre el presidente en funciones. Nuevamente, ninguno de ellos habló de cuál es la partida de los Presupuestos del Estado que nunca ha dejado de aumentar en los últimos años.
En la gráfica podemos observar cómo ha crecido la partida dedicada al pago de intereses al mismo tiempo que los recortes disminuían las partidas de las que tanto se habló en el debate. En 2012, nos gastamos 26.696 millones de euros, 28.574 millones en 2013, 33.372 millones en 2014, 33.000 millones en 2015 y para este año 2016, tal y como indicábamos anteriormente, se han presupuestado 33.490 millones de euros. ¿Por qué ningún partido habla de la deuda?
El tema de la deuda parece que sigue siendo completamente tabú en los discursos, mítines y debates políticos, por no hablar de las “auditorías ciudadanas”, término que sólo hemos oído en la campaña electoral de Podemos a las elecciones europeas hace dos años. Como se explica en el artículo “Por qué la deuda no aparece en el CIS”, la deuda no está entre nuestras preocupaciones porque las élites financieras y políticas se han encargado de separarla de sus consecuencias en nuestro imaginario. Esta estrategia se refleja claramente en las campañas electorales, en las que los partidos políticos eluden completamente el tema restando importancia a un asunto que, como ya hemos visto, afecta transversalmente a toda la población.
“Si no es por nuestras políticas, estaríamos como Grecia”
Algunos de los candidatos aprovecharon la difícil situación de Grecia para atacar al candidato de Unidos Podemos y así sacar rédito político de los abrazos entre Iglesias y Alexis Tsipras durante la campaña electoral griega. Dibujaban un escenario en el que España acabaría en la misma situación que Grecia si gobernara Unidos Podemos.
La situación de Grecia y España tiene varios factores en común en cuanto a sus niveles de deuda, pero con cuatro años de distancia. Los dos países han sufrido un bipartidismo plagado de corrupción y despilfarro que los ha llevado a unos niveles de deuda insostenibles. La deuda de Grecia, en las elecciones generales de hace cinco años, era la equivalente al 100% de su PIB, exactamente la que tiene España ahora mismo. En Grecia, una “gran coalición” del bipartidismo adoptó los nuevos recortes austericidas que la Troika exigió, igual que los 8.000 millones de euros que Bruselas ya ha pedido que España recorte, algo que Mariano Rajoy ha prometido hacer en una carta enviada al jefe de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker. Cuatro años de gobierno del bipartidismo griego aplicando las recetas de austeridad y de privatizaciones han llevado la deuda del país heleno al 180% de su PIB, algo que podría ocurrir en España con un gobierno que no revierta las políticas de austeridad y ni realice una auditoría de la deuda. El presidente en funciones afirmó durante el debate que si no hubiera sido por las políticas aplicadas por su partido en los últimos cuatro años “estaríamos como Grecia”, pero las cifras de la deuda indican que continuar con estas políticas nos está llevando exactamente por la misma suerte que los griegos, pero de este paralelismo tampoco habló nadie durante el debate de los candidatos ni durante la campaña.
Con la intención de introducir la problemática de la deuda en el debate político, la Plataforma de la Auditoría Ciudadana de la Deuda (PACD) ha publicado el manifiesto “El nuevo gobierno del Estado español debe auditar la deuda pública con activa participación ciudadana”, que arranca con las firmas de más de 100 activistas, políticas y políticos entre los que se encuentran Carlos Sánchez Mato, concejal de Economía y Hacienda de la ciudad de Madrid; Eric Toussaint, portavoz del Comité por la Anulación de la Deuda del Tercer Mundo; Lidia Senra, eurodiputada por Alternativa Galega de Esquerda, o Miguel Urbán Crespo, eurodiputado por Podemos. El manifiesto, abierto para toda persona que lo quiera firmar, se hará llegar a todos los partidos políticos la última semana de campaña.
Fuente original: http://www.elsalmoncontracorriente.es/?La-deuda-la-gran-ausente-en-el
Fuente: Rebelión
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