Rajoy, Sánchez, Iglesias y Rivera. |
ANTONIO AVENDAÑO / 26 Jun 2016
Lo que hace excepcionales las elecciones generales de hoy es que con toda seguridad habrá sorpresa en ellas, aunque todavía no sepamos cuál. Habrá sorpresa si aciertan las encuestas y la habrá si no lo hacen.
Sorpresa 1
El PP y Ciudadanos suman una mayoría amplia. Es improbable pero no imposible. Las encuestas no han previsto este resultado pero es que lo propio de las encuestas es la imposibilidad congénita que tienen para prever lo imposible. Es el resultado preferido por el PSOE porque le ahorraría el incierto, amargo y comprometido trago de tener que inclinarse hacia el PP –¡España, aparta de mí este cáliz!– o hacia Podemos –¡Pueblo mío de mi corazón, no me hagas esto!–.
Sorpresa 2
El PP mejora con claridad sus resultados del 20D. No lo prevén las encuestas, pero tampoco es imposible. Sería una buena noticia para la derecha pero una mala noticia para el país por no haber sido capaz de castigar los muchos pecados mortales del PP que merecían ser castigados, el último de ellos el vergonzosísimo ‘Jorgegate’ protagonizado por el pío ministro Fernández Díaz. (Por cierto: ¿jueces y fiscales no tienen NADA que DECIR a propósito de las ideas del ministro del Interior sobre la utilización de la justicia para obtener ventaja electoral?)
Sorpresa 3
Podemos adelanta al PSOE y ambos rozan la mayoría absoluta. No sería una sorpresa para las encuestas, pero sí para la historia, sí para España e incluso sí para Europa. De hecho, sería tal sorpresa que podría cambiar no el rumbo político del país, pero sí el modo de encararlo. Los socialistas no han desvelado qué harían en ese caso: contra lo que muchos piensan, su silencio no se debe a la astucia sino a la necesidad. No dicen qué harán porque no saben qué harán.
Sorpresa 4
Podemos adelanta al PSOE, ambos rozan la mayoría absoluta y Pablo Iglesias se olvida de referéndum. O habla de él en su rueda de prensa de esta noche pero sin el énfasis con que lo hizo el 20D, lo que de hecho equivaldría a no hablar de él. Es lo que pronostican los independentistas catalanes, irritados porque Podemos les está robando la cartera –¡también a ellos!– y convencidos de que la apuesta de Pablo Ladrón de Carteras por la consulta no es sincera, sino meramente instrumental: su prioridad, piensan lo soberanistas, no es consultar a Cataluña, sino gobernar en España.
Sorpresa 5
Podemos no adelanta al PSOE. En este caso la sorpresa sería para los encuestadores… y para el PSOE, pero no tendría mayor importancia: los pobres (encuestadores y socialistas) se han llevado ya tantas sorpresas en los últimos años que sumar otra más no tendría mayor importancia. Aunque Podemos gane en votos, si no aventaja al PSOE en escaños se llevará una gran decepción porque habrá visto defraudadas sus expectativas. Aunque sus líderes proclamaran lo contrario, Podemos sentiría esa victoria parcial como una derrota total. (Consejo: fijarse esta noche en la carita de Iglesias; ella sí dirá la verdad de sus sentimientos porque las caritas de la noche electoral siempre la dicen).
Sorpresa 6
Podemos iguala o incluso gana al PP. Sería un hecho excepcional que ninguna encuesta pronostica, pero de nuevo hay que recordar que las encuestas nunca pronostican cisnes negros. En ese caso, el terremoto sería total pero solo en apariencia. Podemos tendría la legitimidad moral de la victoria, pero no las armas para imponer sus promesas, muchas de ellas, por lo demás, lo bastante imprecisas como para ser incumplidas sin grave riesgo para la vida del artista.
Fuente: Público.es
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