Cuando pactar con los independentistas “no tenía explicación” para el Partido PopularMariano Rajoy, en el Congreso (AP) |
“No vale todo”, escribió Mariano Rajoy en su Twitter cuando el PSOE cedió senadores a ERC y Convergència para poder tener grupo propio en la Cámara Alta
DAVID RUIZ MARULL
“Donde dije digo, digo Diego”, reza el refranero popular. Una expresión que conocen bien la mayoría de los políticos españoles. El último en reflejar ese trasfondo de la naturaleza humana ha sido el Partido Popular con su pacto secreto con Convergència, el PNV y Coalición Canaria para asegurar la vicepresidencia primera del Congreso para Ciudadanos y la vicepresidencia tercera para la popular Rosa Romero.
Porque, aunque PP y C’s vendieron que su pacto les permitía repartirse la presidencia de la cámara y otros cuatro puestos en la Mesa, lo cierto es que necesitaban el apoyo de otras formaciones para confirmar los puestos que ellos querían. Sus 169 escaños les daban margen para certificar la vicepresidencia primera para Nacho Prendes (C’s), que acumuló 96 votos, pero dejaba en el aire que Romero (83) pudiera ser vicepresidenta tercera, ya que un pacto de Podemos con los nacionalistas podía relegar al Partido Popular a la cuarta vicepresidencia.
¿Y tan importante es el orden final? Pues parece ser que sí, sobretodo si tenemos en cuenta que los vicepresidentes, por su orden, sustituyen al Presidente, ejerciendo sus funciones en caso de vacante, ausencia o imposibilidad de éste, según determina el artículo 33 del Reglamento del Congreso.
Así que el PP no tuvo reparos de pactar con un partido como Convergència, con el que mantiene una guerra abierta desde que el partido hegemónico de la centroderecha catalana apostó por la independencia de Catalunya. A CDC también le convenía ceder algunos de sus votos al Partido Popular, ya que así podía conseguir, como contrapartida, que el PP viera con buenos ojos interpretar de forma amplia las normas para permitir que la formación que en Madrid lidera Quico Homs tenga grupo propio en la Cámara Baja.
Pero ya no es solo que sorprenda a los ciudadanos esa oscura maniobra -ninguno de los nacionalistas ha querido aún confirmar que cedió sus votos- entre dos partidos que compartieron grandes pactos en el pasado pero que están totalmente enfrentados ahora mismo. También sorprende que lo que no valía para el PSOE -dentro de ese constante juego de presiones que es la política- sí haya valido para el PP.
“La cesión del PSOE a independentistas en el #Senado no tiene explicación. Para llegar a la Presidencia del Gobierno no vale todo”, escribía Mariano Rajoy, presidente del Gobierno en funciones, el pasado 16 de enero para criticar que los socialistas cedieran dos senadores a ERC y otros dos Convergència para poder tener grupo propio en la Cámara Alta.
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Mariano Rajoy Brey ✔ @marianorajoy
La cesión del PSOE a independentistas en el #Senado no tiene explicación. Para llegar a la Presidencia del Gobierno no vale todo
14:43 - 16 ene 2016
Ferraz utilizó entonces el mismo argumento que Génova usa ahora para defenderse de las críticas, tanto internas como externas. Aseguraron que era un gesto de “cortesía parlamentaria”, una “práctica habitual” en las Cortes que no implicaba hacer concesiones en ninguna “negociación” posterior.
No era solo Rajoy el que atacó con contundencia ese posible pacto de los socialistas con los independentistas catalanes. “Para nosotros, e imagino que para muchos votantes del PSOE, es incomprensible. A mí me gustaría saber qué opinan los votantes de Lugo o de Cantabria, que ven que su voto va a servir para dar voz y para dar más participación y más relieve a los independentistas en el Senado”, afirmaba la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría.
“El PSOE -decía Rafael Hernando, portavoz del PP en el Congreso- pretende pactar con los bolivarianos (Podemos) y con quienes quieren romper España. Irse con la extrema izquierda o con los independentistas sería algo muy negativo”.
Jorge Fernández Díaz, ministro de Interior en funciones, decía en enero, antes que salieran a la luz sus conversaciones con el director de la Oficina Antifrau de Catalunya, Daniel de Alfonso, que era difícil entender que el Partido Socislista formaran Gobierno con la “connivencia” de ERC y Convergència. “Matemáticamente sería posible, pero sería letal para España”, afirmó.
Pablo Casado, vicesecretario de comunicación del Partido Popular, se atrevió a llamar “judas” a Pedro Sánchez por intentarlo “todo para ser presidente en cinco minutos”, incluso “echarse en brazos de los que quieren romper España”.
Fuente: La Vanguardia
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