miércoles, 27 de julio de 2016

Echenique dimisión





Aníbal Malvar
¿Por qué Mariano Rajoy no debe dimitir siendo el líder e ideólogo de una mafia multimillonaria corrupta, y Pablo Echenique sí debe desaparecer por pagar 300 pavos en negro a un asistente? Porque sí. Sencillamente porque sí. Limpiamente porque sí.

Los ocho millones de votantes del PP saben que votan a un delincuente, a un ignorante y a un lacayo, por decirlo a la maniera fina. Es un voto lícito y respetable. Salvo cuando lo consultan con Tomás de Aquino. Pero tampoco nos vayamos a poner muy pejigueros con las creencias, no nos vayan a sentenciar a una lobotomía a lo Zapata.

El problema de lo nuevo es que tiene que ser perfecto, y ahí es donde nos encontramos que los 1,7 millones delincuentes con los que se erige la sede del PP, es mucho más dinero que los 300 euros que pagaba Pablo Echenique en negro a su asistente. Muchísimo más dinero. Como demócrata esperanzado, y lo digo con dolor, prefiero recuperar los 300 euros de Echenique que los 1,7 millones de la sede del PP. Para mí valían más.

Yo no soy ningún santo. Hace unos cuantos años, contraté estafosamente a mi camello para que adquiriera la nacionalidad. Hoy ya no es camello. Y aunque lo fuera. Pero no me presento a ningunas elecciones ni soy representante de nadie. No doy lecciones de ética. Procuro no hablar en la televisión.

Voy a echar de menos a Pablo Echenique, mañana, cuando dimita. Además de persona de inteligencia escaladora, era (e insisto en el era) un ejemplo de todos los palacios que pueden construirse sobre una silla de ruedas. Lo que estafó no cotizando era también para la ley de dependencia. Mierda de palacios. Mierda de silla de ruedas. Mierda de ley de dependencia.

Cuando se ensucia un poquito lo blanco, se nota mucho más la mancha. Los posibilistas me sugerirán que elija tonos ocres, pues son más sufridos y no deslucen el claror cuando se enguarran. Pero no me apetece. Yo quiero ir de blanco.

Yo pierdo una gran inteligencia (Echenique) a cambio de una simple honestidad (dimisión de Echenique). Es parte del juego de esa nueva política, basada en reglas tan viejas. Los liderazgos puros están muy bien, salvo cuando los encarnan seres vivos. Los muertos tienen la virtud de no corromperse nunca.

Hay que ser terrible hasta la perfección, y eso es lo que nos ha vendido Podemos. Yo le perdono al PP sus millones, y al PSOE su cal viva. Venía en sus mentiras, en sus programas, en su Santa Transición y en sus dislates. Pero Podemos nos ha exigido que no le perdonemos nada. Y en eso estamos.

Todo es tan triste que no nos queda más remedio que citar a Baudelaire:

Nadie puede entenderme. ¿Alguno

de estos estúpidos borrachos

ha pensado en sus noches mórbidas

hacerse una mortaja de vino?

Aníbal Malvar
Fuente: Público.es

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