El PSOE, ¡¡¡ tiembla!!! |
Aunque aún
resta la ratificación definitiva de las bases, nada parece que tumbará el acuerdo para que Podemos e IU acudan
juntos a las urnas el próximo 26 de junio. La convergencia de la izquierda
llega tarde, es cierto, pero al menos llega y con el aval de que tiene
principios. Y eso es lo que teme el PSOE, que si algo ha demostrado -una
vez más- durante el fiasco que ha supuesto el proceso de pactos, es que los
socialistas perdieron el norte -lo que había de ser su norte- hace años.
Mientras el
PSOE no ha dudado un segundo, no sólo en pactar, sino en casi fusionarse con
Ciudadanos -del que en campaña aseguró que era una amenaza para el Estado
de Bienestar- para no apearse de La Moncloa, Podemos se ha mantenido firme
mostrando su incompatibilidad. IU, por su parte, ha sido el único que ha
logrado sentar a la mesa a todos los partidos de la izquierda,
materializando lo que los viejos del lugar añoran, el espíritu de ‘los Pactos
de La Moncloa’, pero mejorado, porque en esta ocasión no se iba a esconder la
basura bajo la alfombra. Ahí el PSOE, que era quien por experiencia y
por ser quien aspiraba a gobernar, tenía que tirar del carro, andaba a por
uvas… siempre pareció que en lugar de liderar el proceso de pactos ibar a
rebufo del resto, reactivo, en lugar de proactivo.
Por otro
lado y aunque sea una lástima, parece muy complicado que en las próximas
elecciones generales haya algún partido que desbanque al PP del primero puesto
por número de votos. Tal y como explica Carlos Enrique Bayo, su
electorado de rentistas y pensionistas aún le sostiene -a lo que hay que sumar
el incomprensible voto de muchos parados-. Sin embargo, los datos nos engañan
al constatar que este nuevo frente de izquierdas es
la primera fuerza entre los menores de 55 años y ahí es donde el
PSOE se echa a temblar.
Ahí es
donde, a las puertas del quinto aniversario el 15-M que servirá de puesta de
largo de la convergencia con el regreso de los indignados a las plazas, los
socialistas ven peligrar su actual posición como segunda fuerza política.
Podemos e IU son más complementarios de los que muchos han querido ver,
comenzando por su capacidad para ilusionar. El desencanto que quizás ha podido
cosechar Pablo Iglesias durante los pactos, lo aplaca y con creces el
candidato mejor valorado de todos, el único que supera el aprobado, que es
Alberto Garzón.
El PSOE no
teme, está aterrado por la alianza Podemos-IU. A pesar de haber movilizado al
partido para vendernos que Pedro Sánchez es su único candidato, en el gran
granero de votos socialistas, en Andalucía, Susana Díaz tiene claro que ella
es la que atraerá más votos. La campaña que prepara la hija del fontanero
es ‘marca Susana’ y así lo pactará con los alcaldes andaluces, cuestionando una
vez más el liderazgo de su secretario general. Díaz necesita como respirar
sacar buen resultado en Andalucía, aunque el PSOE pierda las elecciones,
pues ese será su aval para desplazar a Sánchez de Ferraz.
Imagino que
el PSOE entiende a la perfección el enigma de por qué aún hay ciertos electores
que siguen votando al PP… es el mismo enigma de por qué en Andalucía, aunque
cada vez menos, sigue ganando el PSOE: Mientras el diputado Miguel Ángel
Heredia presume de comedores escolares, ese mismo día salta la noticia de un
colegio en lugar de servir comida, dan bocadillos a los niños por falta de
personal, las listas de espera en el Servicio Andaluz de Salud (SAS) son
eternas -a pesar de que las privadas hacen su agosto con las derivaciones
que hace el SAS para pruebas diagnósticas-, el paro y el fracaso escolar están
lejos de alcanzar cifras dentro de lo razonable… por no hablar de los
casos de corrupción, en los que la falta de transparencia ha sido la
tónica general.
Se aproxima
el 26-J y hoy más que nunca desde hace cinco años, cuando nació el 15-M, los
españoles vislumbran una alternativa real al bipartidismo. Será difícil
conseguir que el PP no sea la fuerza más votada por una mera cuestión de
desinformación ciudadana -las mentiras de Rajoy en la anterior campaña sobre el
objetivo de déficit deberían relegarle al último puesto- y falta de madurez
democrática en este país, pero la nueva alianza puede contar con tantos apoyos
que sí forje un Gobierno con el apoyo del PSOE. Lo positivo de esa alianza, es
que los socialistas estarán en una posición de inferioridad, que sin
duda no le vendrá mal para que de una vez por todas sus bases cojan las
riendas y regeneren el partido.
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